Nutrición en el Ciclo de Vida: Pre-escolar
AnDre CorTezEnsayo10 de Octubre de 2018
2.229 Palabras (9 Páginas)151 Visitas
Nutrición en el Ciclo de Vida: Pre-escolar
Karen Espinoza
Andrea Cortés
Paola Cuero
Pontificia Universidad Católica del Ecuador
4 de Junio del 2018
Nutrición en el Ciclo de Vida
Nutrición Humana
Generalidades
Para Moreno & Galiano (2015), la etapa de preescolar inicia a los 3 años y termina a los 5 años ya que en algunos casos la pubertad inicia desde los 6 años por lo cual desde los 6 años ya se consideran escolares. En esta etapa la alimentación está estrechamente relacionada con los hábitos alimentarios de su familia ya que empezaran a tener un mayor interés sobre los alimentos y observará su entorno lo cual puede influenciar en la preferencia de ciertos alimentos, y también estará relacionada con la alimentación que reciben en la guardería o escuelas (Moreno & Galiano, 2015). Los problemas de alimentación que se presentan en los preescolares están causados por la falta de educación en relación a la alimentación saludable tanto en las guarderías como las escuelas y a la mala alimentación que reciben en sus hogares (Vio et al., 2014). La buena alimentación en esta etapa es fundamental para asegurar el crecimiento y desarrollo óptimo, una vida saludable y la prevención de enfermedades, esta etapa es considerada de crecimiento lento pero continuo por lo que necesitan consumir alimentos en pequeñas cantidades, pero con más frecuencia (Food and Agriculture Organization, 2013).
Objetivos de una buena alimentación
- Prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas que puedan afectar a llevar una vida saludable tanto en su niñez como hasta la etapa adulta (Raspini, Dirr, Di- Iorio & Rinaldi, 2014).
- Asegurar que tengan un crecimiento adecuado y desarrollo físico y cognitivo (Raspini et al, 2014).
- Crear hábitos de alimentación saludable para que en su futuro realicen una correcta elección de los alimentos que deben consumir (Raspini et al, 2014).
- Prevenir tanto deficiencias como excesos alimentarios que puedan provocar el desarrollo de desnutrición, sobrepeso u obesidad (Raspini et al, 2014).
- Desarrollar defensas contra cierto tipo de enfermedades infecciosas con el fin de disminuir las morbilidad y mortalidad infantil (Raspini et al, 2014).
Características fisiológicas
Durante esta etapa el preescolar ya es considerado más autónomo con un crecimiento y desarrollo físico más lento que en la etapa de lactancia, además presentan un desarrollo social, cognitivo y emocional, donde empezaran a desarrollarse sus hábitos alimenticios (Santillana & Farfán, 2013). Se espera que los preescolares tengan un aumento longitudinal de 6-8cm al año y en cuanto a su peso deben aumentar de 2-3kg anuales (Moreno & Galiano, 2015). Sus características tanto físicas como biológicas están determinadas por su genética, hábitos alimentarios y factores ambientales (Santillana & Farfán, 2013). En cuanto a su crecimiento los huesos tendrán un aumento de tamaño, modificando su estructura interna, pero sus tendones y ligamentos todavía son débiles y su columna vertebral no está completamente osificada (Ojeda del Valle, 2015). Existe un aumento de tamaño del sistema cardiovascular por lo que aumenta la presión sistólica provocando que los músculos sean más fuertes, en cuanto al sistema respiratorio en esta etapa se encuentra mucho más estable, la cantidad de hemoglobina y eritrocitos aumentan, en cuanto al sistema endocrino la hipófisis, glándulas suprarrenales y la tiroides alcanzan la diferenciación celular y el sistema nervioso central se da una diferenciación de la corteza cerebral en cuanto a su estructura, tienen más desarrollo de la percepción y atención que también estarán influenciados por los estímulos que se den durante este periodo (Ojeda del Valle, 2015). [pic 1]
Desarrollo Psicosocial
Según González, Solovieva & Quintanar (2014), A medida que el niño va creciendo, sus habilidades (caminata, lenguaje) van aumentando paulatinamente, por ello que su búsqueda exhaustiva del porqué de las cosas le llama la atención y desea salir en búsqueda de lo desconocido. En esta etapa el preescolar se torna “egocentrista” todo gira en torno a él y a medida que transcurre el tiempo se va dando cuenta que está inmerso en un mundo y entorno social mucho más grande que él (González et al., 2014)
Su desarrollo psicosocial abarca lo que es su autonomía, en donde se da cuenta que tiene el control sobre su cuerpo y empieza a expresar su voluntad para realizar cosas, lo que muchas veces implica oponerse al deseo de los demás y a escuchar, y hacer caso a lo que él quiere (Delgado, Salabarría, & Batista, 2017).
No obstante comienza a tomar la iniciativa y a través de la imaginación se vuelve más energético y realiza otras actividades que antes no podía (Delgado et al., 2017).
Consecutivamente va aumentado sus habilidades, el preescolar se vuelve ansioso por jugar y relacionarse con las personas que lo rodea (familiares, amigos) y comienza a crear juegos, practicar algún deporte o actividad nueva que le llame la atención (Delgado et al., 2017).
Además en el instante que el niño empieza a tener un propósito, al intentar de ejercer demasiado poder experimentan lo que es la desaprobación de sus actos por lo que sienten culpa de sus acciones (Delgado et al., 2017).
Desarrollo de Patrones Alimentarios
Los patrones alimentarios se expresan a través de la cultura, etnia, creencias, región y aspectos genéticos, los niños a esta edad pueden optar por la imitación de los patrones y hábitos de su madre o su padre (Cubero et al., 2014).
No obstante el preescolar empieza a interesarse por las propiedades organolépticas (olor, color, textura, sabor, temperatura) de los alimento, en lo que respecta a preferir ciertos alimento y hacer de lado a los que no le apetece (aversiones), además implica que puede presentar negación a probar nuevos alimentos y es aquí cuando las practicas alimenticias familiares intervienen directamente, ya que como se tiene conocimiento, la primera escuela es la familia, por ende si los miembros familiares a la hora de comer no ingiere ciertos alimentos(ensaladas, frutas, agua) el preescolar se reusara posterior a ello a ingerirlos fuera de casa y podría generar deficiencia de nutrientes( vitaminas, minerales, macronutrientes) por ende perjudicaría su salud (Contreras, Cruz & Villareyna, 2016).
El preescolar a diferencia del adulto sabe cuándo siente hambre (apetito) y cuando siente saciedad, por ello se aconseja a la hora de la comida dar porciones pequeñas (propias para la edad) para que posterior el niño decida si desea o no más comida (Cubero et al., 2014).
No es recomendable insistir u obligar a un niño a comer más de la cuenta ya que podemos perjudicarlo y hacerlo más propenso de seguir ingiriendo comida cuando no lo siente; nutricionalmente se traduce a incrementar su estado energético y por ende si no realiza alguna actividad que implique un gasto de energía podría padecer sobrepeso y obesidad infantil (Contreras et al., 2016). [pic 2]
Pautas dietéticas
La importancia de satisfacer necesidades energéticas y nutritivas radica en el mantenimiento de las funciones orgánicas, el crecimiento y desarrollo por lo cual es necesario consumir los alimentos en cantidades adecuadas (Quintana et al, 2013). La Academia Nacional de Ciencias Americanas (2010) en forma de RDIs (Dietary Referente Intakes) refiere como prioritario el consumo de lácteos, carnes, pescados, marisco, huevos, legumbres, cereales, frutas y hortalizas basadas en la pirámide alimentaria, lo que se traduce como:
Lácteos: se debe procurar una ingesta de 500-1.000 ml/día, ya que es la fuente principal de calcio y ayuda a la prevención de osteoporosis en etapas adultas. Se recomienda el uso de semidesnatados en porciones de 1 vaso de leche o 2 de yogurt diarias. Además de restringir la mantequilla (82% de grasa), margarina (ácidos grasos trans) y los quesos grasos (> 30% grasas) (Villares, 2015).
Carnes, pescados, mariscos, huevos y legumbres: de preferencia consumir de 5-6 días a la semana cortes magros, evitando grasa visible, piel y viseras en porciones de 50 g (Villares, 2015). Se aconseja el consumo de pescado frente a la carne por su menor contenido energético y su mejor perfil graso ricos en omega 3 (Serra, 2014). Limitar el consumo de embutidos ya que son altos en grasa saturada, colesterol y sal (Serra, 2014). Referente a huevos (yema) no más de uno al día y de tres a la semana, el consumo de legumbre se vuelve indispensable en porciones de 2-3 tazas diarias, de igual manera se promueve con consumo de varios tipos de verduras (Villares, 2015).
...