Obesidad La obesidad mórbida

Obesidad

La obesidad mórbida se ha convertido en un grave problema de salud debido a la frecuencia de comorbilidad con la que va asociada; por lo tanto, se considera una enfermedad multifactorial en la cual intervienen diversos factores tanto médicos como psicológicos.

Esta enfermedad a menudo conlleva consecuencias y complicaciones del exceso de peso que inciden en el ámbito físico y que suelen afectar a los sistemas cardiovascular, respiratorio, digestivo, osteoarticular, reproductivo, endocrino-metabólico, neurológico y dermatológico, entre otros; además de que tiene relación con determinados tipos de cáncer y con problemas psicológicos, como trastornos adaptativos y/o trastornos psiquiátricos primarios que actúan como precipitantes o mantenedores del exceso de peso patológico (trastorno por atracones).

De acuerdo con Sejias y Feuchtman (2007), los obesos suelen responder con vergüenza, pena, culpa. Muchos de ellos, en particular los pacientes de nivel socioeconómico medio y alto, experimentan repetidos fracasos para controlar su peso. La carga no siempre desemboca en una depresión clínica, pero si reduce la autoestima del paciente en algunas áreas de funcionamiento y se ve afectada la calidad de vida general del individuo; la presencia de complicaciones como la diabetes tienden a tensificar tales sentimientos. La frustración y la vergüenza se intensifican cuando los pacientes, luego de una perdida de peso, vuelven a subir, esta sensación a veces se ve exacerbada cuando los mismos profesionales sugieren que el paciente no desea bajar de peso, pues de lo contrario habría hecho mas esfuerzos para lograrlo.

Las condiciones del ambiente en que se desenvuelve un paciente influyen en la percepción que el tenga de su funcionamiento, así como de su propio bienestar psicológico, físico o social, en especial por las características de una enfermedad estigmatizada por la sociedad como es la obesidad.

La sociedad es hostil con los individuos que tienen sobrepeso. Históricamente, el común de la gente ha creído que la perdida de peso es una cuestión de fuerza de voluntad. Los individuos obesos han sido considerados débiles y poco motivados, una visión que se ajusta a las demandes de perdida de peso fácil que prometen muchos libros de dietas. Por otro lado, también existe una participación importante de factores psicológicos y/o psiquiátricos, que involucran aspectos socioculturales, genéticos, ambientales y familiares, los cuales se sabe que interfieren en el desarrollo o mantenimiento de la obesidad.

También se han definido los trastornos por atracón y la conducta de comer compulsivamente, los cuales contribuyen al desarrollo de la obesidad en ciertos individuos, siendo mas común en mujeres que en hombres.

El 30% de los obesos que asisten a clínicas de reducción de peso a solicitar una cirugía bariátrica presenta el trastorno por atracón. Este parece asociarse con una mayor asiduidad de depresión y mayores fluctuaciones de peso. Un elevado estrés emocional por lo común se relación con el trastorno por atracón.

Los trastornos y conductas alimentarias anómalas son elementos comunes en pacientes obesos, en quienes se reporta una mayor tasa de trastorno por atracón, bulimia nerviosa, síndrome de ingesta nocturna, exceso de ingesta hídrica, insatisfacción corporal y comportamiento alimentario desestructurado.

Los pacientes que presentan una conducta alimentaria mas desestructurada, con desinhibición y sensación de hambre continua, son quienes solicitan el tratamiento quirúrgico con mas posibilidad.

Se trata, sin duda, de una mas de las paradojas que reflejan nuestra realidad. En efecto, todavía no logramos vencer la desnutrición y sus consecuencias que causan mas de 8 000 defunciones al año, y sin embargo ya nos asfixian el sobrepeso y la obesidad que causan la muerte de decenas de miles de individuos cada año. En el mismo sentido habría que decir que conocemos mucho sobre la enfermedad y no obstante su frecuencia aumenta cada año, además de que muchas de las muertes que origina se podrían evitar o al menos retardar. Todavía mas, se tiene conciencia de la gravedad que conlleva, pero es poco lo que se hace en la practica para combatirla.

Adicionalmente, se puede afirmar que se trata de un problema creciente que tiene en la diabetes, en las enfermedades cardiovasculares y en las cerebrovasculares, una de sus mas fatídicas consecuencias. Solo para enfatizar en el caso de la diabetes, habría que recordar

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