Origen de la vida

República bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación

U. E. Colegio Rómulo Gallegos

Barquisimeto – Edo. Lara

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Elaborado por:

-Betsabeth Satizabal.

Año y sección:

-4to “A”

Profesora:

-Milagro Barradas.

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Aunque se ha avanzado mucho en su estudio, la aparición de la vida en la Tierra sigue siendo uno de los más complejos misterios para la ciencia. Nuestro planeta tiene los ingredientes necesarios para que esta florezca, pero ¿Cómo surgió la vida cuando en la Tierra solo había sustancias inorgánicas?

En este trabajo te explicaremos algunos de los experimentos que realizaron los científicos que dedicaron su vida a la investigación de este tema.

En tal sentido, este trabajo se presenta bajo la siguiente estructura: Portada, introducción, desarrollo, anexos y conclusión.

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Oparin planteó la existencia de una serie de procesos evolutivos que en el origen de la vida se fueron superponiendo y desarrollando a la vez. Estos procesos se iniciaron con la formación de la Tierra primitiva.

Según la teoría propuesta por Alexander Oparin en 1924, los coacervados son las formaciones coloidales que pudieron desarrollarse hasta considerarse las primeras formas de vida.

Para dar inicio a su experimento, dicho científico tomó sustancias sencillas, en este caso el agua, gelatina y otra similar de goma arábiga; mezcla ahora las soluciones y observa inmediatamente que la mezcla se enturbia, luego, toma una muestra y la examina al microscopio, ahí observa que en las soluciones han aparecido unas gotas que se organizaron formando una membrana primitiva que le permitió relacionarse con su medio ambiente. A esto, Oparin le llamó coacervado, que viene siendo la organización de moléculas orgánicas en micro esferas de agua que pueden aumentar de tamaño y dividirse dando origen a otra de menor tamaño siendo esto una especie de reproducción asexual.

En mi opinión si es posible volver a realizar este experimento ya que podemos recrearlo de una forma simple y accesible ya que solo necesitaríamos disolver dos tipos de sustancias orgánicas, una proteína (grenetina-gelatina) y un carbohidrato (goma arábiga), en agua; éstas son cosas que podemos conseguir en cualquier tienda de cocina o repostería y así podríamos recrear muy fácilmente este interesante experimento.

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En 1952, Stanley Miller propuso a Harold Urey, su entonces director en la universidad de Chicago, la realización de un experimento que simulara las condiciones químicas y ambientales de la Tierra primitiva, para ver si estas podían dar lugar a moléculas orgánicas. Urey aceptó la propuesta y permitió la realización del experimento.

En el experimento se introdujeron los gases que ellos creían habrían sido típicos de la atmósfera de la Tierra poco después de su formación, es decir, metano, amoniaco e hidrógeno, en un frasco de laboratorio. Además, situaron agua en otro frasco, medio lleno, conectado al anterior. A continuación, calentaron el frasco de agua, para que produjera vapor y este penetrara en el frasco de los gases, donde se mezcló con ellos. Al mismo tiempo, una serie de electrodos lanzaban repetidamente chispas eléctricas en la mezcla, como si los relámpagos de una tormenta estuvieran actuando en la atmósfera. Para ver el resultado de toda esta actividad, los científicos enfriaron el frasco de los gases, permitiendo que el vapor de agua se condensara y precipitara arrastrando cualquier nueva sustancia producida. Este líquido quedó atrapado en un conducto inferior, al que podía accederse para su análisis.

Las sucesivas descargas provocaron reacciones químicas, y muy pronto el precipitado empezó a obtener un color rosado que hacía prever la aparición de sustancias distintas a las originales. Finalmente, analizaron los residuos producidos y, para su sorpresa, detectaron un total de cinco aminoácidos, tres de ellos con gran seguridad.

Sus conclusiones representaron la primera comprobación y demostración de que las moléculas orgánicas pueden formarse espontáneamente partiendo de unos adecuados factores ambientales combinados con sustancias inorgánicas consideradas simples.

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