El origen de la vida

El origen de la vida.

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Hola a todos y todas. En esta primera clase vamos a comenzar a recorrer el camino que ha atravesado la humanidad desde sus mismos orígenes. Esta será una tarea de grandes proporciones, con lo cual, no será suficiente una sola clase y tendremos que prestar atención a varios materiales de apoyo, concretamente una película esta clase, y un texto escrito la clase que viene. Como refuerzo vamos a disponer de estas fichas que voy a ir elaborando de manera personal en referencia a los contenidos de la materia que no ameritan lecturas específicas, para no saturar de bibliografía la cursada.

Preguntarnos por los orígenes de la humanidad nos lleva necesariamente a preguntarnos por el origen de la vida misma. Y al respecto, a grandes rasgos existen dos perspectivas, o dos maneras de pensar el problema: Desde una consideración teísta, o desde una visión materialista.

La perspectiva teísta corresponde al pensamiento que considera que tanto los seres humanos como todo lo que existe han sido creados por alguna clase de entidad sobrenatural, una suerte de inteligencia exterior a la naturaleza que la rige y es además su causa. Dentro de esta perspectiva hay quienes plantean la existencia de uno o más dioses, algún colectivo de tipo moral o espiritual destinado a la concreción de un destino manifiesto, como las ideas de nación o raza; o puede tratarse también de algún tipo de conciencia cósmica, de la cual los seres humanos, o todo lo viviente seríamos parte. Es necesario aclarar que dentro de la perspectiva teísta vamos a encontrar matices de todo tipo, en un arco que se extiende desde el fundamentalismo más acérrimo, hasta visiones que se acercan mucho a la perspectiva materialista. Los científicos “religiosos”, sin diferencia de religión, podrían entrar en esta última categoría.

Por otro lado, tenemos la perspectiva materialista. Esta visión considera que la vida surgió en un momento particular de la historia del universo, debido a la combinación de determinados condicionantes únicos, y no se sabe cómo ni en qué medida reproducibles, pero que ulteriormente podrán ser explicados de modo racional. Una evidencia del origen natural de la vida que ofrece el materialismo es el hecho de que la misma se encuentra en permanente evolución; es decir, cambia.

Una mirada del pasado que intenta ser científica se inclinará hacia el materialismo, buscando siempre explicaciones racionales, evitando atribuir la dinámica de tal o cual fenómeno a la acción de fuerzas sobrenaturales. Desarrollar esta manera de pensar le insumió a la humanidad unos dos millones de años, de manera que no es tan simple como parece, y en lo cotidiano solemos recurrir al pensamiento mítico mucho más a menudo de lo que pensaríamos.

Admitimos entonces que la vida se habría originado en la tierra en algún momento, no muy lejano a los 4 mil millones de años que el planeta tiene. Muy probablemente en el agua. Estas primeras formas de vida eran organismos unicelulares, como las amebas, lo protozoarios o ciertos tipos de algas. A partir de entonces las especies de organismos comenzaron un lento pero continuo proceso de cambio y adaptación que aún hoy continúa.

Sabemos con certeza que los animales y las plantas que hoy pueblan la tierra no son las mismas que lo hacían hace millones de años. 60 millones de años atrás, por ejemplo, la tierra estaba poblada por gigantescos dinosaurios, cuyos enormes y afilados dientes han resultado una bendición para la industria del cine 3D. Sin embargo, hoy estos majestuosos animales ya no existen, o los que nos recuerdan a ellos por su ADN o aspecto, son pálidas sombras de sus antecesores (exceptuando algunos reptiles de temer, como los cocodrilos y los dragones de Komodo). La perspectiva científica que sostiene esta afirmación es la llamada Teoría de la Evolución. Esta teoría, que en la actualidad sólo es contradicha por perspectivas religioso fundamentalistas, ofrece una explicación de la dinámica de estos cambios. En otras palabras, explicar cómo el temible tiranosaurio terminó convertido en un ave de corral.

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