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PRODUCCIÓN Y DISEÑO DE LA ARQUITECTURA.


Enviado por   •  6 de Abril de 2015  •  1.499 Palabras (6 Páginas)  •  124 Visitas

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PRODUCCIÓN Y DISEÑO DE LA ARQUITECTURA.

Introducción.

Estudiar la carrera de arquitecto como cualquier otra profesión, implica para quien lo hace, la expectativa de dedicarse -en un futuro próximo- a trabajar en ese campo como una forma de vida. Esto significa que a partir del ejercicio de las actividades que constituyen el oficio, se obtendrá el pago económico suficiente para la satisfacción de las necesidades propias de la vida adulta. En muchas ocasiones, ésta posibilidad es exacerbada en diferentes grados, hasta convertirse en el mito de que el mero hecho de obtener el título profesional traerá como consecuencia automática la movilidad social, esto es: el ascenso de condición socioeconómica.

La intención de ésta primera discusión es el cuestionamiento y aclaración de esa idea, para que a partir de ahí el alumno empiece a cuestionarse sus posibilidades de desarrollo en función de los recursos con los que cuenta y de las estrategias que pueda desarrollar. Esto le permitirá poner mayor atención en su formación y además decidir sobre la orientación que le dará a la misma de acuerdo con las metas que se proponga, sabiendo que las posibilidades de obtener trabajo dependen de la interrelación entre las condiciones socioeconómicas en las que se desenvuelva y de su capacidad para insertarse en la realidad económica y social.

¿De quién es la Arquitectura?

Junto con el mito de: la movilidad social consecuencia obligada de la titulación, existe otro igualmente aceptado por muchos de los estudiantes de esta Facultad: éste se refiere a la idea de que es -o al menos debería de ser- el Arquitecto el único responsable de la definición de las características de la arquitectura que se produce en nuestras ciudades. Esta idea es fomentada en gran medida por el enfoque que se da al estudio de la historia y la teoría de la Arquitectura, que fomenta el culto a la personalidad. Con el consabido “de” que se da a las obras, con un sentido de autoría pero también de propiedad. (La Villa Rotonda de Paladio; la Villa Savoye de Le’Corbusier o la Unidad Tlatelolco de Mario Pani.) Como si tales obras, hubieran sido resultado exclusivo de la voluntad y del genio creador de tales personalidades. Comprender la falsedad de tal conceptualización, también ayudará para que los estudiantes de la carrera se puedan fijar opciones de participación que les sirvan en su desempeño profesional.

Para lograr esto, se hace necesario preguntarse ¿quién hace posible que existan nuevos edificios?; ¿se necesita ser arquitecto para generarlos? ¿Para qué los hacen?; ¿cómo y cuánto ganan? Las respuestas a éstas preguntas nos llevan a plantearnos una realidad que generalmente permanece soslayada en los cursos mencionados: Los responsables de que existan nuevos objetos arquitectónicos y se mantengan o adecuen los existentes, no tienen que ser arquitectos; son los dueños o los administradores de grandes recursos que disponen de los mismos para fines específicos más allá del deseo o el placer estético.

La Arquitectura, o los objetos arquitectónicos son, junto con las infraestructuras urbanas, los bienes más caros que se producen en una ciudad. Esto significa que sólo quien sea capaz de controlar el empleo fuertes capitales –propios o ajenos- podrá constituirse en un productor de arquitectura. -La escasez de vivienda de interés social no es consecuencia de la falta de arquitectos, es un problema de financiamiento.

Desde este punto de vista y al margen de sus valores culturales, la Arquitectura es un bien económico y como tal implica un proceso de producción. Ese proceso es complejo e involucra necesariamente un trabajo de equipo, tan complejo como la importancia de los recursos que se dispongan para ese fin. Los arquitectos son parte de ese proceso en algunos casos, pero casi nunca tienen la responsabilidad general.

Para qué se produce la Arquitectura.

La producción de la Arquitectura comparte con la de otros bienes, tendencias y riesgos propios de las condiciones económicas del ámbito y tiempo en que se desarrolla. Pero por su naturaleza de alto costo es particularmente sensible a las crisis económicas, y su recuperación después de las mismas, es un proceso lento y complicado. Además, dada su naturaleza de “inmueble” asociada a la propiedad de la tierra, posibilita ampliamente procesos de especulación lo que hace que el mercado de estos bienes resulte sumamente complicado y difícil de regular.

Existen dos modos principales de producción arquitectónica en función de quienes son los productores. El primero está representado por los “productores no profesionales”, esto es, por agentes que realizan ésta actividad de forma adicional a su ocupación económica principal –muchas veces una sola vez en la vida-. Para ellos la producción de un objeto arquitectónico

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