Paralisis Facial
edwardchacmalara19 de Julio de 2013
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PARALISIS FACIAL
Autores:
Luque López , Mª Carmen
Médico Residente de Familia
Centro de Salud San Andrés Torcal
Area de Urgencia Hospital Clinico Universitario “Virgen Victoria”
Málaga
Guevara Flores, Silvia
Médico Residente de Familia
Centro de Salud San Andrés Torcal
Area de Urgencias Hospital Clinico Universitario “Virgen Victoria”
Málaga
Buforn Galiana, Andrés
Médico Adjunto Area Urgencias
Hospital Clinico Universitario “ Virgen Victoria”
Málaga
Para contactar:
Luque López,MªCarmen
Telfno 952410299 / 656390673
Correo Electrónico:
Carmenlulo@hotmail.com
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I. Introducción
II. Etiología
II.1 Parálisis Facial Idiopática (Parálisis de Bell)
II.2 Herpes Zoster ótico : Síndrome de Ramsay Hunt
II.3 Parálisis facial por Otitis:
A/ Otitis Media Aguda
B/ Otitis media crónica
C/ Otitis externa maligna
D/ Parálisis facial traumática
E/ Parálisis facial yatrogénica
F/ Parálisis facial tumoral
G/ Neurinoma del facial
H/ Hemangioma
I/ Meningioma
J/ Neurinoma del Acústico
K/ Tumor de parótida
L/ Otras Parálisis faciales:
L.1/ Sindrome Menkersson-Rosenthal
L.2/ Hemiatrofia facial
L.3/ Sarcoidosis
L.4/ Síndrome de Guillén-Barré
L.5/ Diplejia facial congénita
L.6/ Enfermedad de Paget
III. Manifestaciones clínicas
III.1. Parálisis facial Central
III.2. Parálisis facial periférica
IV. Diagnóstico
IV.1. Anamnesis
A/ Alteración movilidad facial
B/ Alteraciones sensitivos y sensoriales
C/ Disfunciones parasimpáticas y secretoras
IV.2. Exploración física
A/ General
B/ Exploración neurológica básica
IV. 3 Pruebas complementarias
V. Diagnóstico diferencial
VI. Tratamiento
INDICE
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PARÁLISIS FACIAL.
I. INTRODUCCION.
El inicio de la vía nerviosa responsable de la motilidad facial, se inicia a nivel de la
corteza cerebral y finaliza en las placas motoras de los músculos de la expresión facial. Las
lesiones producidas en algún punto de este trayecto provocaran la parálisis facial, así, para un
correcto diagnóstico etiológico y topográfico es indispensable conocer la anatomía del VII par
craneal.
La vía de la motilidad voluntaria facial se origina en las circunvoluciones frontal ascendente o
prerrolandica y parietal ascendente de la corteza cerebral. Desde estas áreas, los impulsos
nerviosos recorren el haz corticobulbar, la cápsula interna y el mesencéfalo, para establecer
sinapsis con el núcleo del nervio facial a nivel de la protuberancia. De la cara dorsal de dicho
núcleo emergen fibras que, tras dirigirse en sentido dorsomedial y superior, se curvan
rodeando el núcleo del VI par y se dirigen en sentido ventrolateral e inferior orientándose
hacia el borde inferior de la protuberancia, donde emergen constituyendo el origen aparente
de la raíz motora del nervio facial. Las fibras que la componen proporcionan inervación a los
músculos estriados derivados del segundo arco faringeo (TABLA 1).
El facial es un nervio mixto que abandona el tronco cerebral por el surco bulboprotuberancial
por medio de dos divisiones, una rama motora y el nervio intermediario de Wrisberg, las
cuales se unen en el segmento más interno del conducto de Falopio (este conducto presenta
dos ángulos que permite dividirlo en tres porciones: primera o laberíntica, segunda o
timpánica y tercera o mastoidea; es un tortuoso conducto óseo que recorre el espesor del
hueso temporal y que finaliza extracranealmente próximo a la apófisis estiloides, en el
agujero estilomastoideo). El núcleo de origen del facial está situado profundamente en la
calota del protuberancial. Sus fibras motoras siguen un trayecto complicado que rodea al
núcleo de origen del VI par, contribuyendo en parte a formar la eminencia teres, en el suelo
del VI ventrículo. Entre las fibras centrípetas que contiene el nervio facial cabe destacar las
fibras sensoriales gustativas que, procedentes de los dos tercio anteriores de la lengua, se
incorporan al facial, a través del nervio cuerda del tímpano, y un escaso contingente de fibras
de la sensibilidad cutánea del conducto auditivo externo. Las células de las fibras de la
sensibilidad gustativa y cutánea se encuentran en el ganglio geniculado, y sus prolongaciones
centrales alcanzan el núcleo del fascículo solitario y el núcleo espinal del trigémino,
respectivamente. El nervio facial contiene además fibras parasimpáticas para las glándulas
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submandibular, sublingual y lagrimal, que siguen el nervio intermedio de Wrisberg y los
nervios petroso superficial mayor y cuerda del tímpano.
El nervio facial desde su origen, atraviesa el ángulo pontocerebeloso y penetra en el peñasco
por el conducto auditivo interno (en este se relaciona con el VII par, ocupando una posición
anterosuperior respecto a este) y recorre un trayecto con dos acodaduras. En la primera
acodadura del nervio facial se sitúa el ganglio geniculado, donde se origina el nervio petroso
superficial mayor. En su trayecto descendente, después de la segunda acodadura, se origina
una rama colateral para el músculo del estribo, y posteriormente el nervio cuerda del tímpano.
Abandonando el cráneo por el agujero estilomastoideo, atravesando la parótida (entre los
lóbulos interno y externo), dividiéndose al alcanzar el borde posterior de la mandíbula en dos
ramas: superior o temporal e inferior o cervico-facial. Estas van a subdividirse para originar
las distintas ramas terminales que inervan a los músculos de la expresión facial y en el
cutáneo del cuello.
OREJA
CONDUCTO
AUDITIVO
huesecillos
Ventana oval
Trompa
Eustaquio
Nervio
Acustico
Timpano Canales
Semicirculares
CARACOL
ANATOMIA DEL OIDO
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Las lesiones periféricas del nervio facial producen parálisis de los músculos faciales
de un lado de la cara, acompañada de alteraciones de la secrección lagrimal y salival, y de la
sensibilidad gustativa, dependiendo del trayecto lesionado del nervio. Las lesiones próximas
al ganglio geniculado provocan además parálisis de las funciones motoras gustativas y
secretoras. Lesiones en el ganglio geniculado y en el punto de unión del nervio, con el n.
cuerda del tímpano producen un cuadro similar, pero sin afectación de la secreción lagrimal.
Existiendo hiperacusia, si la lesión es próxima a la emergencia de la colateral al músculo del
estribo. Las lesiones en el agujero estilomastoideo provocan sólo parálisis de los músculos
faciales.
La parálisis facial de origen central (parálisis supranuclear) se diferencia de las parálisis
periféricas por la presencia de síntomas de afectación de otras estructuras del SNC, la
preservación de los músculos frontal y orbicular de los párpados, que poseen una inervación
bilateral, y por una discrepancia notable entre la afectación de los movimientos faciales
volitivos y emocionales.
Las lesiones irritativas del nervio facial producen movimientos faciales involuntarios de
varios tipos. Pudiéndose observar espasmos faciales clónicos, en casos de tumores del ángulo
aneurismas de la arteria basilar. Los espasmos de causa desconocida (espasmo hemifacial
idiopático) pueden ser muy molestos y de difícil tratamiento. Pueden estar originados por la
compresión o distorsión del nervio en la fosa posterior por una arteria o vena aberrante y, en
casos graves, se recomienda una exploración quirúrgica del nervio, en esta zona. Sin
embargo, la inyección de pequeñas dosis de toxina botulínica puede ser eficaz. La esclerosis
múltiple y a veces también los tumores intraparenquimatosos del tronco pueden ocasionar
miocimia facial, una fina contracción fibrilar continua o recurrente de algunos músculos
faciales.
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II. ETIOLOGIA.
La etiología de la parálisis facial periférica, suele ser desconocida, recibiendo esta
forma idiopática, el nombre de parálisis de Bell. La parálisis del nervio facial puede ser
causada, además por: tumores, aneurismas, enfermedad de Paget, leucosis, infecciones
bacterianas: sífilis, lepra y enfermedad de Lyme(en un 10%, siendo en un 25% bilateral),
infecciones víricas: Epstein Barr, sarampión, rubéola, rabia, parotiditis, virus de
inmunodeficiencia humana, citomegalovirus y herpes zoster. La parálisis facial bilateral, rara
vez es idiopática presentándose en el Sdr. Guillain - Barre, Mononucleosis infecciosa,
Sarcoidosis (fiebre uveoparotidea o Sdr. Heerfort) y leucemias. (TABLA 2)
II.1.Parálisis facial idiopática (Parálisis de Bell) 39.7%.
La parálisis facial esencial, parálisis de Bell, es la más frecuente de parálisis facial,
con una incidencia de 23casos /100.000 habitantes y año. No tiene preferencia clara
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