Sindrome De Klouver
lilapalomo26 de Mayo de 2014
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Síndrome de Klüver-Bucy
De los cuatro lóbulos cerebrales, frontal, parietal, temporal y occipital, el temporal es el que, al parecer, tiene mayores conexiones con el sistema límbico, aparte de albergar en él estructuras subcorticales que, como la amígdala y el hipocampo, pertenecen por sí mismas al sistema límbico. El polo anterior del lóbulo temporal está considerado como el área de asociación del sistema límbico y, a excepción del área órbito-frontal del lóbulo frontal, que posee fuertes conexiones con este sistema, son los trastornos de la función del lóbulo temporal los que producen más síntomas relacionados con emociones, estados de ánimos y conductas emocionales.
Probablemente, una de las experiencias que nos hace más humanos es la sensación de la propia personalidad, del yo, de la mismidad o como quiera llamársele a ese sentimiento de la identidad personal que, para muchos, yo mismo incluido, sigue siendo un misterio. Nada en la naturaleza parece permanente, panta rei, todo fluye, que decía Heráclito, incluidos los tejidos de nuestro propio cuerpo. Y sin embargo, tenemos la sensación subjetiva de que somos los mismos en cuerpo y mente desde la niñez hasta la senectud, a pesar de saber que el cuerpo se renueva constantemente y que en el terreno mental, nuestro conocimiento del entorno, nuestra memoria, nuestras creencias y actitudes ante el mundo van cambiando a lo largo de la vida.
Cierto es que genética e inmunológicamente somos singulares, pero no existe ninguna prueba que establezca una relación entre la sensación subjetiva del yo con los factores genéticos o inmunológicos. Más bien parece que esta sensación subjetiva depende de las funciones cognitivas del cerebro, como veremos enseguida. Y, dentro del cerebro, parece fuera de duda que en esta sensación de la propia individualidad el lóbulo temporal juega un papel predominante.
Pero antes de pasar a explicar los trastornos que implican una modificación de esta sensación subjetiva de la propia personalidad, empecemos por describir lo que ocurre en animales cercanos a nosotros cuando se extirpan ambos lóbulos temporales, incluidos la amígdala y el hipocampo y las áreas corticales adyacentes. En monos, esto fue realizado en 1939 por Klüver y Bucy, y los resultados de esta ablación han pasado a la literatura científica bajo el nombre de síndrome de Klüver-Bucy.
Tras la lesión, los animales desarrollaron lo que se llamó una “ceguera psíquica”, consistente en la aproximación sin vacilaciones a objetos tanto animados como inanimados y explorarlos con la boca en vez de con las manos, no importando si los objetos eran alimentos, heces, una serpiente (que normalmente produce pavor en estos animales) o una bombilla eléctrica.
Otros síntomas típicos son la compulsiva atención a cualquier estímulo visual que se les presentase, y la falta de respuestas normalmente asociadas a estímulos que producen miedo o cólera.
Por otro lado, estos monos mostraban igualmente una desinhibición de conductas hetero y homosexuales, tratando de copular incluso con animales de otras especies, como gatos o gallinas.
En la conducta social, estos animales, tras la lesión del lóbulo temporal, descienden rápidamente en la jerarquía de dominancia que se establece en las colonias de monos, pero también son capaces de luchar con los monos más fuertes y dominantes de la colonia, lo que conduce a ser lesionados gravemente por ellos. En resumen: toda una mina para la psicopatología.
Las estructuras responsables de estas conductas son las estructuras profundas de los lóbulos temporales, especialmente la amígdala. Precisamente por estos datos y muchos otros se ha llegado a la conclusión que la amígdala es la estructura por la que los estímulos sensoriales adquieren una significación
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