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Trastorno De La Personalidad JT

jilliantaylor27 de Agosto de 2012

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Introducción

Concepto/Definición de Trastorno de la personalidad

 Fundamentación.

Características de los cliente/pacientes con trastornos de la personalidad

 Conductuales.

 Afectivas.

 Congnitivas.

 Socioculturales.

Grupo de Subtipos de Trastornos de La Personalidad

Grupo A (trastornos raros o excéntricos)

 Paranoide.

 Esquizoide.

 Esquizotípico.

Grupo B (trastornos dramáticos, emocionales o erráticos)

 Antisocial.

 Límite.

 Histriónico.

 Narcisista.

Grupo C (trastornos ansiosos o temerosos)

 Por evitación.

 Por dependencia.

 Compulsivo.

 Pasivo_agresivo.

Teorías Causales

 Teoría Genética.

 Teoría Psicodinámica.

 Teoría del aprendizaje biopsicosocial.

 Teoría Ambiental.

 Teoría Familiar.

Otros tipos de Trastornos de la Personalidad

 Trastorno Multiple de la Personalidad.

 Trastorno Depresivo de la Personalidad.

 Trastorno Sádico de la Personalidad.

 Trasformación de la Personalidad.

 Personalidad Limítrofe o Fronterizada.

Tratamiento Médico

 Medicación (farmacología aplicada).

Valoración de Enfermería

 Entevista.

 Valoración Mental.

 Diagnósticos y planificación de enfermería.

Conclusión

Recomendaciones

Anexo

Bibliografía

Introducción

Concepto/Definición de Trastorno de la personalidad

 Definiciones.

1. Los trastornos de personalidad son un conjunto de perturbaciones o anormalidades que se dan en las dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales y de relación social de los individuos.

2. Conjunto de rasgos y características distintivas de la actitud y conducta de un individuo, que por obra de una permanente interrelación de factores biopsicosociales, determinan una relación distorsionada de tal individuo con la realidad social e interpersonal en la que actúa.

3. Patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta en forma acusada de las expectativas de la cultura del sujeto.

 Fundamentación.

Los desajustes o trastornos son un producto de diferentes causas biológicas o medioambientales y, aunque haya que hacer clasificaciones según ciertas categorías comúnmente aceptadas, el diagnóstico debe hacerse de forma individual. Hay que tener presente que la misma causa puede tener síndromes diferentes y un síndrome determinado puede ser la manifestación de causas diversas, condicionada por la constitución biológica y el medio familiar, escolar y social en el que el individuo se encuentre.

Los obstáculos que impiden que una personalidad se desarrolle eficazmente se conocen con el nombre de frustración, y esta corresponde a las circunstancias que determinan que una necesidad o motivo fracasen en ser satisfechos. El estado emocional que acompaña a este hecho se denomina presión psicológica, tensión o ansiedad.

Los trastornos de personalidad hay que limitarlos, por tanto, a problemas emocionales, afectivos y sociales. Estos últimos sólo cuando haya evidencias de que fueron causados por perturbaciones emocionales o afectivas subyacentes, y no cuando son producidos por situaciones ambientales propiamente, aunque sea muy difícil separar en ocasiones el origen y las consecuencias de estos trastornos, que son, más bien, una red compleja en la que es difícil determinar las causas y los efectos.

Aunque no todos los trastornos de personalidad llevan a conductas de inadaptación social, hay una frecuencia de que las perturbaciones emocionales dan como consecuencia un desajuste social.

Características de los cliente/pacientes con trastornos de la personalidad

 Conductuales.

1. Rasgos dominantes

2. Control conductual

3. Funcionamiento Laboral

4. Déficit

 Afectivas.

1. Expresión de afecto

2. Estabilidad del afecto

3. Reacciones emocionales

 Cognitivas.

Varias características cognitivas distintivas se aplican a todos los trastornos de personalidad. Estas se relacionan directamente con el patrón de respuesta inflexible tan típico para los clientes con diagnósticos.

Como las exigencias de la vida diaria requieren adaptabilidad y flexibilidad para alcanzar soluciones creativas para los problemas a los que se enfrenta todo el mundo.

Estos clientes con frecuencia interpretan las situaciones desde su rígido punto de vista propio y son incapaces de considerar perspectivas alternativas. Como resultado tienden a tener dificultad tanto en el análisis de la realidad como en la solución de problemas.

Aunque estos clientes pueden tener coeficientes intelectuales normales o incluso elevados, su limitada capacidad de ver o aceptar soluciones creativas, frecuentemente les obstaculiza en su trabajo.

 Socioculturales.

Más que considerar que un problema puede estar dentro de ellos, los clientes con trastornos de personalidad tienden a creer que el resto del mundo está fuera del paso. Como resultado, todas las relaciones interpersonales con los demás son difíciles cuando menos, incluyendo las de dentro de la familia.

Como los patrones de conducta son de larga duración y típicos para el cliente, los miembros de la familia frecuentemente perciben al cliente simplemente como que “es de esa forma”.

Estos clientes tienen una larga historia de relaciones tensas o rotas con los hermanos e incluso con los padres; más aun, el matrimonio u otros compromisos interpersonales a largo plazo no se forman ni se mantienen con facilidad.

Diagnóstico (T.P.)

El médico basa el diagnóstico de un trastorno de la personalidad en la expresión por el sujeto de tipos de comportamiento o pensamientos desadaptados. Estos comportamientos tienden a manifestarse porque la persona se resiste tenazmente a cambiarlos a pesar de sus consecuencias desadaptadas.

Además, es probable que el médico perciba el uso inapropiado de la persona de mecanismo de enfrentamiento, a menudo llamados mecanismos de defensa. Aunque todo el mundo utiliza inconscientemente mecanismos de defensa, la persona con trastornos de la personalidad los usa de modo inapropiado o inmaduro.

Tratamiento

Aunque los tratamientos difieren de acuerdo con el tipo de trastorno de la personalidad, algunos principios generales se pueden aplicar a todos. La mayor parte de las personas con un trastorno de la personalidad no sienten la necesidad de tratamiento y, probablemente por esta razón, suelen acudir a la consulta acompañadas de otra persona. Generalmente el paciente puede responder al apoyo que se le presta, pero suele mantenerse firme en cuanto a los patrones de pensamiento y de comportamiento propios de su desadaptación. Generalmente, el apoyo es más eficaz cuando intervienen en él otros pacientes o un psicoterapeuta.

El terapeuta destaca repetidamente las consecuencias indeseables de la forma de pensar y de comportarse de la persona, algunas veces fija límites a este comportamiento y también repetidamente enfrenta a la persona con la realidad. Resulta útil y a menudo esencial la implicación de la familia de la persona afectada, puesto que la presión del grupo puede ser eficaz. Las terapias de grupo y familiares, vivir en grupo en residencias especializadas y la participación en clubes sociales terapéuticos o en grupos de autoayuda pueden ser útiles.

Estas personas a veces tienen ansiedad y depresión, que esperan aliviar con fármacos. Sin embargo, la ansiedad y la depresión que resultan de un trastorno de la personalidad son raramente aliviadas con fármacos de modo satisfactorio y tales síntomas pueden indicar que la persona está realizando algún autoexamen saludable. Más aún, la terapia farmacológica se complica frecuentemente por el mal uso de los fármacos o por los intentos de suicidio. Si la persona padece otro trastorno psiquiátrico, como depresión mayor, fobia o trastorno por pánico, la toma de medicamentos puede resultar adecuada, aunque posiblemente producirán sólo un alivio limitado.

Cambiar una personalidad requiere mucho tiempo. Ningún tratamiento a corto plazo puede curar con éxito un trastorno de la personalidad pero ciertos cambios pueden conseguirse más rápidamente que otros. La temeridad, el aislamiento social, la ausencia de autoafirmación o los exabruptos temperamentales pueden responder a la terapia de modificación de la conducta. Sin embargo, la psicoterapia a largo plazo (terapia hablada), con el objetivo de ayudar a la persona a comprender las causas de su ansiedad y a reconocer su comportamiento desadaptado, es la clave de la mayoría de los tratamientos. Algunos tipos de trastornos de personalidad, como el narcisista

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