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Uveitis Recurrente Equina


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  3.213 Palabras (13 Páginas)  •  716 Visitas

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I. INTRODUCCIÓN

Los equinos responden frente a molestias en los ojos de la misma manera que las personas. La inflamación de la úvea también llamada uveítis, es conocida por unos como una enfermedad y por otros como un signo, esto debido a que la presentación de la uveítis suele ser una manifestación de un proceso orgánico, mientras que la uveítis se manifiesta solitariamente en procesos que solo afecten al ojo, como traumatismo directo por materiales extraños, radiación, mientras se realiza una evaluación veterinaria, por parásitos oculares, etc. Siendo muy importante su diagnóstico para el posterior tratamiento. Usualmente el tratamiento de la uveítis es larga y tediosa, provocando que muchos propietarios desistan y dejen a medias el tratamiento, corriendo peligro esta estructura anatómica (ojo), pudiendo complicarse hasta llegar a un proceso crónico. Dentro de los diferentes tipos de uveítis, existe un tipo que es una de las causas de mayor presentación de ceguera en equinos a nivel mundial, que no es otro más que la Uveítis Equina Recurrente (URE por sus siglas en ingles), su etiología no es muy bien conocida pero se cree que puede ser causada por microorganismos tales como la Leptospira sp., Onchocerca sp., etc. Pero la teoría más aceptada es que es consecuencia de una enfermedad inmunomediada. El tratamiento es largo pero si se sigue adecuadamente puede traer buenos resultados.

II. DEFINICIÓN

El término uveítis se aplica a todo proceso inflamatorio del tracto uveal (iris, cuerpo ciliar, coroides) que en ocasiones involucra a otras estructuras vecinas como el trabeculum, la retina, el cuerpo vítreo, el endotelio corneal y la papila. Además de la frecuente imprecisión de los límites anatómicos del proceso inflamatorio, existe una gran heterogeneidad en su expresión clínica y una amplia gama de enfermedades asociadas. Desde un punto de vista patogénico se admite que, tanto la inflamación inicial como la persistencia de la misma, es el resultado de una compleja combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Aunque los mecanismos patogénicos no son del todo bien conocidos, se acepta que el sistema inmune tiene una participación activa, destacando de manera especial el papel de los linfocitos T y de los antígenos de clase II del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH).

La uveítis puede ser una manifestación de una enfermedad generalizada, formando parte de las denominadas uveítis asociadas a enfermedades sistémicas. Por otro lado, puede constituir una entidad bien definida con características clinicomorfológicas precisas, denominadas uveítis oftalmológicas específicas. Por último, puede ser una entidad clínico patológico aislado que se incluye en el grupo de uveítis idiopáticas.

III. ANATOMIA

La úvea es una túnica vascular, muy pigmentada que está situada entre la lámina corneoescleral por fuera y la retina por dentro. Anatómicamente se divide en tres partes: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides (Figura 1).

El iris es un diafragma musculovascular de 12 mm de diámetro, posee una pertura central denominada pupila y divide al segmento anterior del ojo en dos compartimentos, la cámara anterior y la cámara posterior, que contienen el humor acuoso. El cuerpo ciliar es una estructura triangular de 6 mm de longitud (formada fundamentalmente por los músculos ciliares), se extiende desde la raíz del iris hasta la coroides y ora serrata y se divide en dos partes, los 2 mm anteriores o pars plicata (donde se ubican los procesos ciliares, encargados de la producción de humor acuoso) y los 4 mm posteriores o pars plana. La coroides es una lámina vascular (formada principalmente por vasos sanguíneos), pigmentada, muy fina (0.2 mm) que se localiza entre la esclera y la retina, extendiéndose desde la ora serrata hasta el nervio óptico. El grado de pigmentación de la coroides determina el color del fondo de ojo, pues la retina es una estructura transparente.

El riego sanguíneo del iris proviene del círculo arterial mayor, formado por la unión de las arterias ciliares posteriores largas y las arterias ciliares anteriores. El aporte vascular del cuerpo ciliar proviene de las arterias ciliares posteriores largas mientras que el de la coroides proviene de las arterias ciliares anteriores y posteriores. Los músculos del iris están inervados por el sistema nervioso autónomo (el músculo esfínter del iris por el sistema nervioso parasimpático y el dilatador del iris por el simpático) y la inervación sensitiva del cuerpo ciliar procede de los nervios ciliares. La úvea, junto al cerebro, placenta y testes carece de drenaje linfático. Debido a esta disposición anatómica e histológica al globo ocular y a la úvea, en particular, se le ha atribuido una disposición privilegiada tanto para la localización de las lesiones inflamatorias como para la respuesta inmune. Aunque la función primaria de la úvea es el aporte nutritivo del globo ocular, también contribuye a la refracción ocular (control de la pupila y acomodación del cristalino por los músculos del iris y del cuerpo ciliar) y al drenaje del humor acuoso (contracción de la porción longitudinal del músculo ciliar).

IV. FISIOLOGÍA

Reacción inflamatoria

El iris a través de sus músculos (constrictor y dilatador) actúa como diafragma que regula el ingreso de luz por la pupila; al segmento posterior. El reflejo pupilar fotomotor es más lento en comparación a otras especies. El cuerpo ciliar, a partir del epitelio no pigmentado de los procesos ciliares, forma el humor acuoso (HA), por secreción activa, ultrafiltración y difusión simple a partir del plasma. El HA es un líquido claro que ingresa en la cámara posterior y a través de la pupila pasa a la cámara anterior, donde drena por la vía convencional del canal de Schlemm (trabéculas corneoesclerales) y la vía no convencional (uveoescleral). En equino, la vía uveoescleral tiene una función más importante en el drenaje que en otras especies.

La presión intraocular (PIO) es el resultado de la producción, circulación y drenaje del HA asociado a la rigidez de la capa fibrosa del ojo. El cristalino y la córnea mantienen un intercambio de nutrientes y desechos metabólicos con el HA. La contracción y relajación de los músculos de los cuerpos ciliares produce la acomodación del cristalino. La coroides es la principal fuente de nutrientes de la retina.

V. CLASIFICACIÓN DE LA UVEITIS

Se han propuesto muchas clasificaciones para la uveítis, ninguna de las

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