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Piroplasmosis equina


Enviado por   •  2 de Julio de 2014  •  1.347 Palabras (6 Páginas)  •  364 Visitas

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Piroplasmosis equina

La piroplasmosis equina (Equine piroplasmosis,

EP) es una enfermedad transmitida por garrapatas

que afecta a caballos, asnos, mulas y cebras. La

enfermedad se transmite por mordidas de garrapatas o

mecánicamente, a causa de la desinfección inadecuada

de agujas u otros instrumentos quirúrgicos. La EP no

es una enfermedad endémica de los Estados Unidos,

ya que, en la actualidad, las especies de garrapatas

locales no portan los parásitos que la causan.

Transmisión

La EP es una enfermedad transmitida por garrapatas,

causada por los parásitos Babesia caballi y Babesia

equi. Las garrapatas ingieren sangre de equinos

infectados y luego, al morder a caballos sanos,

propagan la enfermedad a través del contacto con la

sangre. Las garrapatas que portan los parásitos se

trasladan por el heno, los lechos, los alimentos y la

vegetación.

El único vector natural de la EP en los Estados Unidos

es la garrapata tropical del caballo, Dermacentor

nitens, que se descubrió al sur de los Estados Unidos.

Los parásitos B. caballi y B. equi se han transmitido

de manera experimental a través de tres especies

diferentes de garrapatas de los Estados Unidos: D.

albipictus, garrapata de invierno; D. variabilis, garrapata

del perro americano y Boophilus microplus, garrapata

tropical o del sur del ganado vacuno común.

Debido a que la enfermedad se contagia a través

del contacto con la sangre, la EP también puede

transmitirse a través de agujas contaminadas y otros

instrumentos que penetran la piel. También es común la

infección intrauterina que transmite la madre al potro.

Signos

En un caballo infectado con EP, los signos de la

enfermedad se manifiestan entre los 7 y 22 días.

Los casos de EP pueden ser leves o agudos. Las

formas leves de la enfermedad provocan que los

equinos estén débiles e inapetentes. Los casos más

agudos pueden ocurrir en los lugares donde la EP

no es común y los caballos no han desarrollado una

resistencia a la enfermedad. Los signos de la fase

aguda incluyen fiebre, anemia, membranas mucosas

ictéricas, abdomen inflamado y respiración dificultosa.

Otros signos de EP incluyen alteraciones del sistema

nervioso central, pelaje áspero, estreñimiento, cólicos y

hemoglobinuria, una afección que produce que la orina

sea roja. En algunos casos, el equino puede morir. Sin

embargo, es posible que algunos caballos infectados

manifiesten pocos síntomas o ninguno en la fase

aguda y que no experimenten ningún deterioro en el

rendimiento.

Los caballos que sobreviven a la fase aguda de la

enfermedad podrían continuar siendo portadores de

los parásitos por mucho tiempo. Estos caballos son

fuentes potenciales de infección para otros caballos,

a través de la transmisión de la enfermedad causada

por garrapatas o transmisión mecánica, a través

de mordidas de garrapatas, agujas o instrumentos

quirúrgicos.

Diagnóstico

Debido a que los signos clínicos de la EP no son

específicos de la enfermedad y son similares a los

signos de muchas otras enfermedades y afecciones,

es difícil diagnosticarla. Sin embargo, se la puede

diagnosticar con pruebas de laboratorio. Si hay

sospechas de EP, se debe notificar a los funcionarios

de salud animal federales o estatales, antes de que los

veterinarios recolecten las muestras.

Si ocurre un brote de EP, el APHIS debe informar

a la Organización Mundial de Sanidad Animal (World

Organization for Animal Health, OIE) e indicar las

medidas que se están implementando para erradicar

la enfermedad. La OIE es la organización internacional

que establece las normas para el comercio

internacional seguro de animales y sus productos

derivados.

Tratamiento

En la actualidad, no existe una vacuna contra la EP.

En

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