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Futuros retos estratégicos para las carreras de Fórmula 1 en la industria del deporte


Enviado por   •  4 de Febrero de 2024  •  Trabajos  •  2.870 Palabras (12 Páginas)  •  62 Visitas

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Futuros retos estratégicos para las carreras de Fórmula 1 en la industria del deporte

Por Juan Pablo Moreno

Introducción

La FIA (Federación Internacional de Automovilismo) inauguró la Fórmula 1 en 1950 y desde entonces “trabaja en tres áreas de actividad interrelacionadas: deporte, campañas y movilidad”. Esto ha convertido a esta competición, no solamente en la cúspide del automovilismo deportivo, sino también en la impulsora de innovación y nuevas tecnologías que han ido impactando positivamente la movilidad a nivel global en las últimas décadas.

La Fórmula 1, principal competición internacional de carreras de autos, es la joya de la corona de un deporte con tradición que ha ido evolucionando de un acceso restringido a participantes con poder adquisitivo (para comprar los mejores autos y poder contratar ayudantes) a organizaciones gigantes creadas con el objetivo de competir al más alto nivel.

A través de su historia, esta competición no ha estado exenta de desafíos, obstáculos y oportunidades que han necesitado la utilización de diferentes estrategias que la han llevado a ser de las organizaciones deportivas con mayor cantidad de ingresos anuales. Revisando su cronología, se pueden encontrar hitos con impacto en su evolución como lo fueron el permiso de incluir patrocinadores en la pintura de los autos o una mayor inversión de los fabricantes en nuevas tecnologías para mejorar la competitividad. Pero el mayor salto se dio con su metamorfosis hacia un producto atractivo para los espectadores impulsada por Bernie Ecclestone en los años 80. Esto decantó en un círculo virtuoso que trajo más espectadores a las carreras, mayor demanda televisiva, un acuerdo multimillonario (primer Pacto de la Concordia), mayor cantidad de patrocinadores con inversiones multimillonarias (como las de las tabacaleras) y, finalmente, mayores presupuestos para seguir impulsando el deporte hacia la excelencia.

Luego de muchos años con Ecclestone a la cabeza, la Fórmula se ha enfrentado los últimos 10 años a diferentes crisis, con causas tanto internas como externas, que han puesto a temblar a una de las competiciones más rentables del mundo. En las próximas páginas haremos un análisis de esta organización para entender la razón de estas crisis, las decisiones que se han venido tomando y los desafíos que se vienen en los próximos años.

Factores políticos

“El deporte siempre ha desempeñado un papel en la política”. En los últimos años, la Fórmula 1 se ha subido a la ola de la globalización en una situación de “win-win” tanto para la competición (haremos un doble click más adelante) como para los diferentes países (y gobernantes) que necesitan una plataforma para promocionar y vender el lado “amable” de sus naciones (lavarles la cara). Es por esta razón que hemos visto, en la historia reciente, grandes premios en países que están bajo la mira de la opinión pública a nivel mundial (por diferentes razones que van desde derechos humanos, guerras o escándalos de dopaje) como por ejemplo Arabia Saudita, Rusia o Azerbaiyán. Vladimir Putin intentó con inversiones en diferentes lugares, como Sochi o San Petersburgo, utilizar a la F1 con sus objetivos políticos pero la reciente guerra en Ucrania y sus respectivas sanciones fueron la gota que rebosó el vaso.

A pesar de este caso extremo, el actual presidente y consejero delegado de la F1, Stefano Domenicali, expuso un interesante argumento a favor de llevar estas carreras a algunos polémicos lugares al declarar que la F1 no tiene porqué avergonzarse de competir en países como Arabia Saudita sino que, por el contrario, tiene que jugar un papel importante en llevar a todos los lugares del mundo los valores del deporte y puede lograrlo de manera más eficiente brillando como una luz guía. Con esto, Domenicali cierra las puertas a algunos debates sobre el futuro global de la organización que lidera, abriendo los brazos a quien quiera invertir para llevar algún gran premio a su territorio, pero rayando la cancha con un límite claro después del caso ruso.

Factor económico

A pesar de vivir varias crisis en las últimas décadas con la recesión global del 2007 y el estancamiento de las audiencias en los primeros años de la década pasada, la Fórmula 1 se ha mantenido como una de las organizaciones deportivas de mayores ingresos y más rentables para sus dueños. Históricamente, y en especial desde el primer pacto de la Concordia, las principales fuentes de ingreso han sido los “fees” que pagan los diferentes lugares para realizar los grandes premios en sus pistas y los derechos comerciales de transmisión. En 2015, Forbes mencionaba que la F1 había sobrepasado a su más cercano rival en los ingresos generados los últimos 15 años al recaudar alrededor de 16,2 billones de dólares. En 2013, para establecer un punto de comparación con la situación actual, los “fees” y los derechos de transmisión aportaban 1,3 billones anuales siendo seguidos por los patrocinadores (259M USD) a una distancia considerable.

A pesar de estos “revenues” astronómicos, los inicios de este milenio estuvieron marcados por las constantes críticas hacia las grandes cantidades de dinero que los dueños sacaban del deporte como utilidades y a la inequitativa repartición de la plata restante hacia los diferentes equipos participantes. Esto último junto con los crecientes costos (necesarios para dar los saltos tecnológicos que les permitieran a los diferentes equipos competir a un alto nivel) ocasionaron que la cantidad de escuadras cayera a su nivel más bajo de la historia. Una de las características claves del deporte es justamente la necesidad de competidores (y su consecuente colaboración para organizar las competencias) y esto se estaba viendo gravemente amenazado por la difícil sostenibilidad económica de los pequeños equipos. A pesar de esto, ni los dueños ni los grandes equipos quisieron dar su brazo a torcer durante varios años.

Con estos problemas sobre su cabeza, Ecclestone decidió vender su imperio deportivo en 4400 millones de dólares al conglomerado Liberty Media y la opinión pública lo consideró un buen negocio dada la pobre imagen del producto por los desafíos mencionados en los últimos párrafos. Luego de esto, la Fórmula 1 no ha hecho sino crecer en ingresos año tras año (a excepción del periodo de la pandemia del COVID-19) gracias a que sus nuevos dueños, fuertes en el mundo de los medios de comunicación, llegaron con ideas de explorar oportunidades en el mundo digital. Algunos ejemplos de esto son su fuerte incursión en los eSports, las redes sociales y las series de televisión (Drive to survive de Netflix). Los resultados son impactantes:

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