Derecho, temas y problemas
isabella.dazResumen28 de Mayo de 2024
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Derecho: Temas y problemas
Prólogo
Los autores del siglo XIX y XX llamaron a la exposición de todas las ramas del derecho
«enciclopedia jurídica». Sin embargo, en la actualidad se transforma este término por influencia
de la era de Wikipedia y Google y comenzamos a hablar de "geografía jurídica" o un "GPS
jurídico".
El propósito de este libro es contribuir a la formación de la mentalidad jurídica en sus comienzos
mediante una introducción básica a las principales ramas del derecho y sus correspondientes
disciplinas de la ciencia jurídica.
Este libro ha sido escrito para dos públicos principales, los cuales son; estudiantes de primer
año de derecho y los ciudadanos críticos y activos que desean comprender dónde se
encuentran cuando saben que están perdidos. Quienes comienzan a estudiar derecho necesitan
saber hacia dónde se dirigen y quienes nunca estudiaron esta carrera han de aprender, al
menos, cuándo deben llamar a un abogado. Se apela al aspecto social, familiar y político.
El primer capítulo sintetiza los conceptos fundamentales del derecho. Los siguientes capítulos
intentan ser una propedéutica a las áreas más importantes del derecho, con sus temas y sus
problemas.
1. Persona, sociedad y derecho
Este capítulo introduce la geografía jurídica como un campo amplio y fascinante, que incluye
diversas áreas del derecho con sus temas y problemas, invitando a explorar y apreciar las leyes.
1.1 Persona humana, sociedad y derecho
La antropología filosófica o filosofía del hombre pregunta ¿qué es el hombre?, y, cuando ya ha
descubierto un parte de la respuesta, transforma la cuestión en un ¿quién es el hombre? La
distinción entre lo que es meramente cosa, objeto de dominación, y el que es sujeto por encima
de las cosas, que puede servirse de ellas, el hombre, está en la base del derecho como actividad
y creación humana.
«El hombre es el centro de la actividad social y jurídica; sin él, no puede existir la sociedad ni
el Derecho"
El jurista necesita reflexionar profundamente sobre la persona y lo humano para comprender su
ciencia y mejorar la realidad social a través de un derecho justo. La antropología filosófica
destaca las características únicas del ser humano, como su racionalidad, libertad, dimensión
política y espiritual, capacidad lingüística y creatividad artística y cultural. El ser humano es el
único animal capaz de crear un orden jurídico basado en sus características propias de la
racionalidad. El derecho como objeto cultural se basa en la naturaleza del ser humano y su
finalidad es regular y ordenar la sociedad. El marco de la antropología filosófica es fundamental
para entender al ser humano y su relación con el derecho como objeto cultural. De esta síntesis
podemos extraer dos grandes conclusiones.
1. El ser humano tiene una dignidad que lo sitúa por encima del resto del universo
material, según una antropología filosófica. La palabra persona se refiere a las
dignidades sociales y a la dignidad del ser humano en sí mismo, como especie
superior al mundo material. Esto implica que el ser humano posee una excelencia
ontológica y una superioridad en su ser. La dignidad se relaciona con conceptos
como excelencia, eminencia, grandeza y superioridad, resaltando la importancia y el
valor del ser humano en el orden del universo.
2. «Ubi homo, ibi societas; ubi societas, ibi ius»: «donde está el hombre, ahí hay
sociedad, y donde hay sociedad, ahí hay derecho». Si un hombre se encuentra solo
no hay sociedad, no hay reglas que lo relacionen con otros ni cosas que haya que
clasificar como tuyas o mías. En cierta medida todo sería suyo, pero en realidad
resulta inútil esta definición, ya que, lo suyo de cada uno solo tiene sentido en
relación con otra persona.
Como mencionamos anteriormente, cuando aparece otro ser humano, comienzan a repartirse
los bienes y se genera el concepto de "lo suyo de cada uno". Este concepto evoluciona en reglas
convencionales para mantener el orden en la sociedad, definiendo roles y estableciendo una
autoridad para garantizar el respeto de la propiedad. El derecho surge de la convivencia de
seres racionales en una sociedad, a diferencia de las relaciones instintivas entre animales
brutos.
La continuación natural de la antropología filosófica se halla en la ética y la filosofía política, que
conjuntamente constituyen la filosofía práctica, llamada por Aristóteles, filosofía de los asuntos
humanos.
La ética, como disciplina filosófica, ha sido estudiada en Occidente desde los primeros filósofos
griegos, con Sócrates siendo uno de los principales referentes. Esta ética se fundamenta en la
búsqueda del bien común y la felicidad, que se experimenta a través de una vida plena y
lograda. A pesar de que la plenitud no siempre se alcanza completamente en esta vida, la
felicidad y la perfección siguen siendo el objetivo natural del ser humano. A pesar de nuestros
errores y decisiones equivocadas, todos buscamos la felicidad como parte de nuestra
naturaleza. Sin embargo, hay individuos que, por diversas circunstancias, no logran acercarse a
esa plenitud, generalmente por decisiones libres que toman a lo largo de sus vidas.
La ética tiene como punto de partida la búsqueda de la perfección y la felicidad como fin último
natural. Se derivan de esto elementos como el estudio de los actos libres, la teoría de las
virtudes, las reglas morales y la conciencia moral. Todo esto constituye la base de la ética, que
se extiende a la política como una sabiduría práctica que busca la felicidad común en la
convivencia social.
El ser humano es un animal racional pero también dependiente de otros, por lo que es un
animal político y necesita vivir en sociedad. La ciudad es anterior al individuo, ya que cada uno
no puede bastarse a sí mismo. En la narración del Génesis se muestra cómo Dios crea al hombre
en sociedad, como varón y mujer, reconociendo la igualdad de naturaleza y la diversidad de
roles entre los miembros de la sociedad.
La ética busca la perfección y la felicidad como fin último natural, derivando en elementos como
el estudio de los actos libres, las virtudes, las reglas morales y la conciencia moral. Esto lleva a la
política como una extensión de la ética para la convivencia social, donde se reconoce la
necesidad del ser humano de vivir en sociedad y la importancia de la igualdad y la diversidad de
roles en la misma.
Aristóteles explica en su obra Política que la polis se puede entender analizándola en sus
elementos fundamentales. El primer elemento de la comunidad política es la familia, la casa,
que se forma a partir de la unión de macho y hembra. A partir de esta unión surge la sociedad
paterno-filial, que constituye la totalidad de la casa. Posteriormente, se forman aldeas
compuestas por distintas familias, que a su vez se unen para crear una ciudad, una comunidad
política autárquica que busca vivir bien.
En esta ciudad, se desarrolla una economía política basada en la especialización del trabajo, la
producción e intercambio de bienes para satisfacer las necesidades de las familias. La ciudad, al
estar compuesta por diversas aldeas y familias, ofrece la máxima complejidad y posibilidades de
vivir bien. En este contexto, surge el derecho como un conjunto de reglas que ordenan la
convivencia social.
Aristóteles sostiene que la vida humana se estructura en base a relaciones con otras personas,
desde la familia hasta la ciudad. La evolución de estas relaciones da lugar al desarrollo de una
economía política y al surgimiento del derecho como reglas para la convivencia social.
A lo largo de la historia de la humanidad, han existido leyes escritas, como el famoso Código de
Hammurabi en Mesopotamia y las leyes en la antigua Grecia. La escritura ha sido crucial en la
fijación de normas y en la transmisión de la cultura. Las reglas de convivencia surgen
espontáneamente para ordenar la vida en sociedad, y de ahí nace la necesidad de justicia, que
se define, según Ulpiano como; "la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su
derecho". La justicia promueve el orden, la tranquilidad y la paz, según diferentes fuentes como
Aristóteles, el derecho romano y la Biblia. San Agustín define la paz como la tranquilidad del
orden, que requiere el respeto de los derechos de todos y la promoción del bien común. Para
mantener la paz, es necesario que exista una autoridad con ascendiente moral y fuerza física
para garantizar el cumplimiento de las leyes. La agresividad y el altruismo limitado de los seres
humanos también deben ser controlados para mantener la armonía social. En general, la justicia
y la autoridad son fundamentales para garantizar la convivencia pacífica y el bienestar común en
una sociedad organizada.
La convivencia humana común da origen a las relaciones de justicia, lo que requiere la actividad
política para organizar y ordenar
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