Siembra Artesanal de Maiz

Título: Siembra de Maíz como cultivo ancestral y artesanal.                  

Objetivos del Proyecto:

Principal:

        Implementar la siembra de maíz como cultivo ancestral y artesanal.

Específicos:

– Escoger un terreno local apto para la siembra de Maíz en la comunidad de Las Conotas (La Corona) al Noreste de la Parroquia Tunapuicito del Municipio Benítez del Estado Sucre.

– Obtener semillas “criollas” de maíz, adaptables a la zona, no sometidas a procesos transgénicos.

– Acondicionar el terreno escogido (desmalezamiento y remoción) usando herramientas rudimentarias: machetes, rastrillos, chícora, pala, azadón, entre otros.

– Sembrar las semillas seleccionadas.

– Desmalezar las semillas germinadas.

– Cosechar las mazorcas obtenidas.

Planteamiento del problema:

        Las visitas a familias de comunidades netamente rurales, por lo general, son atendidas en la parte posterior de los ranchos o viviendas, en el área de la cocina donde se encuentra el fogón.  Era común, anteriormente, observar la construcción de trojas encima del fogón que se usaban para el almacenamiento del maíz en mazorca, puesto que el calor y el humo expulsado por la leña ardiendo servían como mecanismo de conservación de los granos ante el ataque de insectos y roedores. El maíz conservado mediante esta técnica podía durar el tiempo necesario hasta la obtención de la próxima cosecha.  También garantizaba la preservación de las semillas destinadas para la nueva siembra.

        La súbita invasión con productos industrializados a gran escala en los últimos tiempos, trajo como consecuencia la desmotivación por el cultivo de maíz a nivel artesanal, pues hasta las personas campesinas comenzaron a preferir la adquisición comercial de la harina de maíz precocido para la elaboración de las arepas y otros alimentos tradicionales derivados de este fruto.

Al disminuir la práctica artesanal del cultivo de maíz, se fueron perdiendo también las técnicas rudimentarias y conocimientos ancestrales relacionados con las exigencias del medio ambiente (fases lunares, tiempos de siembra, terrenos apropiados, entre otros), debido a que no fueron transmitidos estos saberes a las nuevas generaciones, por el contrario, las pocas personas que persistieron en estas prácticas fueron persuadidos para el uso de semillas transgénicas y productos químicos industrializados que afectan la fertilidad natural de los terrenos y cuyos productos generan efectos secundarios en la salud de las personas que lo consumen.  Muchos agricultores, entonces, prefirieron emigrar, incluso a otras naciones, en busca de nuevas formas de trabajo diferentes a la agricultura.  De igual forma, disminuyó la apropiación de los procedimientos para la transformación del maíz en “arepa raspá”, cachapas, mazamorras, majaretes y otros alimentos.  Es común escuchar afirmaciones como: “no sé raspar el maíz”, “cómo se hace el majarete”, “no sé virar las cachapas”, “cómo se pila el maíz”, “qué es la mazamorra”.

La creciente crisis económica que atraviesa nuestro país, sugiere en lo más profundo de nuestro ser, la necesidad de volver a esos tiempos en los que podíamos valernos por nosotros mismos implementando a nivel artesanal los cultivos como medio de subsistencia, siendo el maíz uno de los rubros principales para la manutención de nuestros hogares, tanto rurales como urbanos, puesto que en muchas ocasiones cuando las cosechas eran abundantes, se comercializaba el excedente a los centros más poblados con lo cual los campesinos mediante la venta o el trueque podían obtener otros productos necesarios para el hogar: viandas, productos de limpieza y de higiene personal, entre otros.

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