La educación como proceso formador

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA[pic 1]

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO

MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN DE LA EDUCACIÓN

  ASIGNATURA: CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN (007)

LA EDUCACIÓN COMO PROCESO FORMADOR

Informe 3: Parte A

                                                                   Participante: Lic. Ulmary Rodríguez

                                                                                                  C.I.11.214.006

                                                                    Facilitador: MSc. José Gamboa

                    Delta Amacuro, noviembre 2023

INTRODUCCION           

La educación es un proceso fundamental en la sociedad que cumple un papel esencial como formadora de individuos. A lo largo de la historia, la educación ha sido vista como un medio para transmitir conocimientos, valores y habilidades, preparando a las personas para desempeñarse en la sociedad y en sus roles profesionales.

En este informe, se explorará y analizará la caracterización de la educación como un proceso formador, destacando su influencia en la formación de la identidad, valores, habilidades y conocimientos de las personas.

Para llevar a cabo esta investigación, se han consultado diversas fuentes que proporcionan una visión crítica de la educación como herramienta para el desarrollo personal y social.

INFORME

La educación como proceso formador; es esencial definir el concepto. La educación no se limita a la adquisición de conocimientos, sino que también implica el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Autores como John Dewey y Paulo Freire han enfatizado la importancia de la educación como un proceso de formación integral para el individuo.

Es importante señalar que desempeña un papel crucial en la formación de la identidad. Según Giddens (2009), la educación no solo proporciona conocimientos, sino que también contribuye a la construcción de la identidad de una persona a través de la interacción con el entorno social y cultural. La educación no solo se trata de aprender información, sino también de adquirir un sentido de pertenencia a una comunidad y de comprender quiénes somos en el mundo. Una sociedad bien educada tiende a ser más democrática, desarrollada y justa. Así pues, la educación contribuye a la construcción de ciudadanos informados y participativos.

En este sentido, cumple un rol importante en la formación de valores y ética. Según Nucci (2002), la educación influye en la moral y ética de las personas al proporcionarles pautas sobre lo que es correcto e incorrecto. A través de ella, se transmiten valores sociales y culturales, lo que tiene un impacto significativo en el comportamiento y las decisiones de las personas.

La teoría del capital humano, propuesta por Schultz (1961), destaca que la educación aumenta la productividad de los individuos al proporcionarles habilidades que son demandadas en el mercado laboral. Es decir, que es esencial para el desarrollo de habilidades y competencias que son necesarias para una vida productiva y un medio principal para la adquisición de conocimiento. Según Hattie (2009), la educación formal es un proceso mediante el cual los individuos obtienen información y conocimientos que les permiten comprender el mundo que les rodea. A través de la educación, las personas tienen acceso a una amplia gama de disciplinas y temas, lo que enriquece su perspectiva y les permite contribuir de manera más significativa a la sociedad.

Uno de los enfoques más destacados en la caracterización de la educación como proceso formador es el desarrollo de valores y la formación ciudadana. Autores como John Dewey han argumentado que la educación no se trata solo de la transmisión de conocimientos, sino también de la formación de ciudadanos críticos y éticos. La educación, según Dewey, debe promover la democracia, la participación activa y la reflexión moral. Esto implica que los educadores deben enfocarse en el aprendizaje experiencial y en la construcción de un entorno educativo que fomente la toma de decisiones éticas.

Desde una perspectiva más pragmática, autores como Howard Gardner han enfatizado la importancia de la educación en la adquisición de habilidades y competencias. Gardner, con su teoría de las inteligencias múltiples, argumenta que la educación debe ser personalizada y adaptarse a las capacidades y talentos individuales. Esto destaca la importancia de una educación que forme a las personas para enfrentar los desafíos del mundo laboral y social.

Desde una perspectiva sociológica, Emile Durkheim ha resaltado la educación como un proceso de socialización. Según Durkheim, la educación desempeña un papel crucial en la creación de la cohesión social y en la transmisión de valores y normas compartidos. Sin embargo, este enfoque puede llevar a la crítica de que la educación a menudo refuerza las desigualdades existentes y que puede ser utilizada para el control social.

Desde una perspectiva más contemporánea, Paulo Freire ha revolucionado la caracterización de la educación como proceso de liberación y transformación personal. Freire aboga por una educación liberadora que empodere a los estudiantes para comprender y cambiar el mundo en el que viven. Esta perspectiva se ha utilizado para criticar la educación tradicional que a menudo se percibe como opresiva.

A pesar de estas perspectivas valiosas, la educación como proceso formador también ha sido objeto de críticas. Algunos argumentan que la educación tradicional a menudo se enfoca en la memorización y la repetición en lugar de la comprensión profunda. Además, la falta de acceso equitativo a la educación es una preocupación importante en muchas sociedades, lo que socava el ideal de formación de ciudadanos conscientes.

Por otro lado, la tecnología y la educación en línea han transformado la caracterización de la educación como proceso formador. La educación a distancia y el acceso a recursos en línea han ampliado las posibilidades de aprendizaje, han abierto un mundo de oportunidades y posibilidades educativas que antes eran impensables, pero también plantean desafíos en términos de calidad y desigualdades, ya que no todos tienen igual acceso a la tecnología ya una conexión a Internet estable y confiable

En síntesis, la educación como proceso formador es un tema complejo y multifacético. Las diversas perspectivas de autores y fuentes nos muestran que la educación tiene un potencial transformador y formativo significativo, pero también enfrenta desafíos importantes en términos de equidad, calidad y adaptación a las necesidades cambiantes de la sociedad. Es fundamental abordar estos desafíos para garantizar que la educación cumpla su papel esencial en el desarrollo de individuos y sociedades.

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