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ANALISIS DE LA NARRATIVA


Enviado por   •  28 de Febrero de 2015  •  3.024 Palabras (13 Páginas)  •  453 Visitas

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Análisis literario.

Elementos de la narrativa.

Son componentes básicos en común entre los subgéneros de la narrativa, se utilizan en los análisis del texto. Los elementos son:

Narrador

Percepción del narrador

Secuencias de la historia

Código apreciativo

Registro del habla

Empleo del dialogo

Espacios

Personajes

Contexto.

Narradores.

Es que él cuenta o narra los acontecimientos del texto.

Omnisciente:

Lo sabe todo y lo ve todo. Penetra en la interioridad de los personajes, es decir, conoce lo que sienten y lo que piensan. Narra en tercera persona.

Ejemplo: “Hacía... ¡siete años! Que tenía ganas de beber un vaso de agua fresca y pura de aquella resonante tinaja, porque allá... donde él había estado tanto tiempo, el agua era tibia y salobre.

Después... se puso a acariciar con sus miradas la salita de su casa. ¡Su casa!... ¡Su hogar!...

Entonces notó que su mujer le había hecho quitar los barrotes de hierro a la ventana... Y con una mirada, destilando gratitud, le dio las gracias” (Carlos Salazar Herrera. La ventana).

Protagonista:

Cuenta sus propias experiencias. Narra siempre en primera persona.

Ejemplo: “Y yo sólo tenía ojos para mi madre y para Isolina que era como la sombra de mamá. Y los hombres seguían amontonando la casa adentro de la casa, en las esquinas se amontonaban todas las cosas que habíamos comprado. Y yo estaba seguro que a mamá sólo le dolía la falta de mi papá y a Isolina la falta de todo lo que ella amaba y que sabía lo que había costado el irlo comprando” (Alfonso Chase. Los relojes).

Testigo:

Es un personaje del texto. Cuenta lo que vio o lo que le contaron, pero no participa en los hechos.

Ejemplo: “Cuando yo conocí al tal Chiricano, ya estaba viejo y tenía muchos años de vivir aquí. Era una muerte de obispo que asomara la nariz a Chasse y lo qu’es al otro lao yo creo que ni en sombra se le ocurrió llegar. Y seguro que con la edá se volvió un poco chiflao y le dio por dedicarse a las brujerías. ¡Y qué fama tenía, Sibajita!” (Carlos Luis Fallas. Mamita Yunai).

Percepción del narrador.

Se refiere a lo que el narrador conoce o no de los acontecimientos, de los personajes, su visión.

Secuencias de la historia.

Se refiere a la organización de las estructuras baiscas de la narración, a la agrupación de sus funciones. Existen dos tipos de secuencia.

Secuencia elementales.

Los hechos se narran en el orden lógico (inicio, desarrollo, final.) en forma lineal.

Secuencias complejas.

El orden lógico de los hechos se ve alterado, perturbado, dejando al narrador sin memoria de lo acontecido (sin recuerdos)

Es el resultado de la combinación de las secuencias elementales y se pueden llevar a cabo o encadenar de distintas formas.

a-continuidad la acción lleva a otro y está a otra y está a otra.

B-enclave la acción está incluida dentro de otra.

c-enlace en un mismo acontecimiento desde la perspectiva del que lleva a cabo una acción y desempeñan determinada función que hace avanzar la historia que se cuenta.

Código apreciativo.

Posición del narrador o de los personajes ante acontecimientos dados

Ejemplo: Me angustia más de los que pueda expresar el que nunca podamos salir, tengo mucho miedo de que nos descubran y nos fusilen.

El diario de Ana Frank.

Registros del habla

Lenguaje culto: es un lenguaje bien cuidado, sumamente formal y con palabras de más difícil comprensión. Requiere una formación cultural mayor. Ejemplo:

“El costarricense se entusiasma cuando es actor, por las intenciones, pero cuando es espectador sólo se conmueve con los resultados. Esta contradicción entre actor y espectador, que tan bien condensa el idiay, en el tono acondicionador del y qué, demuestra el doble filo en la aspiración de nuestro hombre común, pues exige concreción práctica cuando recibe y espera comprensión y amplitud cuando le toca el turno de dar. Es mezquino en el juzgar y aspira generosidad cuando es juzgado, por eso es afín a gente que muestra dócilmente una aptitud especial hacia lo sugerente, cree con firmeza en la influencia, en el nombre, en lo aparente” (Carmen Naranjo. Idiay).

Lenguaje popular: es el lenguaje más utilizado, el común y corriente. En otras palabras, es el que domina el hablante promedio. Ejemplo:

“No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen” (Juan Rulfo. Es que somos muy pobres).

Lenguaje coloquial: es el que se acerca más al habla cotidiana, es decir, a la forma en que nos expresamos en la calle o el vivir diario. Por eso, se considera el más espontáneo y natural. Ejemplo:

—Si viera, Sibajita, la insultada que me dio el tal Chiricano cuando se vio esposa: “¡Hijo de puta! ¡hijo de puta!”, me gritaba. “M’he de beber tu sangre y la de tus hijos. Yo soy brujo y me voy a fugar en cuanto quiera”. Y se revolvía com’un novillo. “Deje de corcoviar y se calla el hocico, viejo chancho”, le dije yo. “¡Vamos a ver si tus famosos Espíritus

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