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ASCENSO Y FRACASO DEL CARRANCISMO


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2016  •  Ensayos  •  3.252 Palabras (14 Páginas)  •  944 Visitas

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ASCENSO Y FRACASO DEL CARRANCISMO

Introducción

En este trabajo se tratara la política de Venustiano Carranza. Trataremos su ascenso y fracaso, además de los factores que lo llevaron a tales aspectos. La síntesis pretende iniciar con un contexto general para seguir con los diversos puntos que el gobierno de Carranza encierra.

Además de la política interior se verá la política exterior mexicana que a partir de 1917 a 1920 provoco una disputa entre México y Estados Unidos debido a las empresas petroleras y el nacionalismo de las tierras señalado en el artículo 27 de la constitución Mexicana de 1917.

Se abordaran las condiciones creadas por las guerras civiles y la capacidad de Carranza para lidiar con ellas. La actitud de Venustiano Carranza frente a los sindicatos y la política agraria.

Otro punto importante en este periodo será la Revolución del Sur que se pone a la defensiva ante el gobierno de Carranza. Este, al igual que los demás, será tratado con mayor profundidad en las hojas siguientes.

Y el último punto será la lucha electoral que tuvo lugar en la década de 1910 a 1920 además de la caída de Venustiano Carranza.

Contexto general

Con la aprobación de la Constitución revolucionaria de 1917 y la elección de Carranza para presidente constitucional en marzo del mismo año, la Revolución Mexicana al parecer había sobrepasado su punto culminante y entrado a la fase de consolidación.

No obstante, Carranza fracasaría en el intento de llevar a cabo la estabilización de la situación vigente en la fase tardía de la revolución. Esto no se debió únicamente a la continua oposición armada de movimientos de izquierda y derecha contra el gobierno de Carranza, sino al fin y al cabo principalmente a la incapacidad del presidente para tomar en cuenta en su política las nuevas condiciones creadas por las guerras civiles. Sobre todo, no logró crear entre las masas una amplia base para su gobierno, ya que su política social conservadora lo enajenaba cada vez más de las grandes masas de campesinos y obreros; un defecto que tampoco el marcado carácter nacionalista de su política exterior consiguió compensar. Bajo estas condiciones, la base de poder de Carranza resultó demasiado débil para mantenerse ante la presión ejercida por los dirigentes sonorenses agrupados en torno a Obregón que se levantaron en relación con la sucesión presidencial. A consecuencia de la rebelión militar que estallaba por el rompimiento abierto entre Carranza y Obregón en mayo de 1920, el gobierno de Carranza en pocos días se derrumbó como un castillo de naipes.

Los problemas fundamentales de la política exterior mexicana bajo Carranza y el conflicto petrolero con Estados Unidos, 1917-1920

La política exterior de Carranza permaneció bajo la influencia de la guerra europea. Al principio había asumido una posición antialemana, pero gracias al fracaso de los intentos de aproximación a Japón y el conflicto con Estados Unidos, por la expedición de Pershing en 1916, esta política fue revisada en creciente medida en un sentido proalemán. En otoño de 1916 el gobierno mexicano trato de solicitar ayuda militar y de armamento a Alemania, demanda que los alemanes no respondieron en aquel entonces.

A comienzos de 1917, con el peligro de que Estados Unidos interviniera del lado de la Ente, los alemanes tomaron interés por México. Quería inducir un ataque a Estados Unidos para entretener a sus tropas en la frontera sur de Estados Unidos. Esta oferta, hecha por el ministro alemán Zimmermann, sugería una alianza fundada en la siguiente base: “Mando conjunto de guerra, tratado de paz común. Abundante apoyo financiero, y consentimiento de nuestra parte en que México reconquiste sus antiguos territorios en Texas, Nuevo México y Arizona”. Todo esto enviado en el “Telegrama Zimmermann” fue interceptado por el servicio secreto de la marina inglesa y entregado a Estados Unidos. Carranza, convencido de que no habría invasión estadunidense, rechazo la oferta de unión, ignorando la propuesta de recuperar el territorio.

Con la constitución de 1917 el “nacionalismo revolucionario” de México adquirió un perfil preciso. Si bien no era capitalista, sí impulsaba el aumento del control sobre las empresas extranjeras para impulsar el desarrollo independiente de México.

Aunque el presidente Wilson y otros miembros del gobierno estadunidense reconocían la existencia de graves problemas en México, se oponían a la manera “revolucionaria” para resolverlos. En especial a la política establecida frente a las empresas extranjeras. Sin embargo esta política también fue resultado de la difícil situación económica y financiera del gobierno de Carranza. Pues, a excepción de la producción de henequén y sobre todo la de petróleo, la mayoría de los sectores económicos sufrían los efectos de la guerra civil, reduciendo los ingresos del Estado.

Debido a estos problemas económicos y a los gastos militares, que acarreaba la lucha contra los movimientos armados de oposición la administración de Carranza hizo varios intentos para obtener un empréstito de Estados Unidos, sin embargo este se resistió a la petición mientras el gobierno mexicano no estuviese dispuesto a dar su pleno reconocimiento a los derechos de propiedad de las empresas extranjeras, a pesar del artículo 27, una demanda que el presidente mexicano no acepto. Por lo que Carranza trato de aumentar los ingresos del Estado mediante un mayor control y mayores cargas fiscales sobre los principales sectores de exportación. Además de la creación de una compañía estatal de compra de henequén en Yucatán. El sector petrolero debía rendir un ingreso mayor al Estado mexicano. Con este propósito el gobierno, en abril de 1917, levanto un impuesto del 10% sobre la exportación de petróleo. Fue aceptado por el gobierno estadunidense a pesar de las protestas de las compañías afectadas.

Sin embargo el 19 de febrero de 1918 exigiría, además del pago de una regalía sobre los campos adquiridos por las empresas antes de 1917, el permiso previo del gobierno para las nuevas perforaciones en estos terrenos además de obligar a las empresas petroleras a registrar sus títulos de propiedad con el gobierno mexicano. Por lo cual tanto las empresas como el Departamento de Estado protestarían enérgicamente. Pues consideraban este decreto como el intento de imponer el derecho de dominio del Estado mexicano sobre la riqueza del subsuelo según lo preveía el artículo 27.

Carranza revocó la obligación de registro

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