Analisis de los 3 cuentos

La propuesta de actividad de carácter individual consiste en el análisis de los tres cuentos leídos y que se encuentran colgados en las clases.

A continuación:

• Fundamentar la opinión acerca de cada uno de ellos.
• Comentar una situación que en cada uno de los cuentos les interpelaran y fundamentar porqué les interpeló.
• Proponer un supuesto acerca de lo que en cada cuento acontece (Recuerden que el supuesto se sostiene en una creencia, por ello difiere de la opinión. Se formula anteponiendo: Se supone que: ........
• Relacionar cada cuento con uno de los autores analizados hasta el momento.

MATAR A UN NIÑO:

Stig Dagerman (Suecia, 1923-1954)

Este cuento me interpela mucho porque me doy cuenta que la mayoría de las veces no somos conscientes de que manejar un vehículo implica manejar un arma, ni de los peligros/traumas que pueden llegar a causar. En mi caso, por ejemplo, hay días que me encuentro diciéndole a mis papas que lo dejen manejar a mi hermano, que todos los amigos manejan, que no va a pasar nada, etc. Pero ellos están firmes esperando que él alcance la madurez y el nivel de conciencia adecuado que se requiere para manejar. Así y todo, lo que más me indigna de esta historia es que el señor en el cuento cumplía con todas las características de un buen conductor, sin embargo, termina cargando por el resto de su vida la muerte de un niño inocente que simplemente se le cruzó en el camino. Lamentablemente, la situación que ilustra el cuento es más común de lo que parece, los accidentes de este tipo son cuenta corriente.

Entonces, ¿en qué quedamos? Nunca se puede preparar a las personas para las cosas que le tocarán en la vida, no hay manera. Sería imposible abarcar todo, porque la vida nos sorprende todos los días con situaciones que no sabemos “manejar”. En este sentido, encuentro relación con las palabras de Brailovsky, quien sostiene que aquello que se enseña en la escuela hoy debe servir para algo, no debe ser un contenido inerte, inútil e inaplicable. Además, los mismos estudiantes somos conscientes de que la actividad escolar esta, en su mayoría, desligada de las experiencias a la que nos enfrentamos en la vida cotidiana. Como mencioné antes, entiendo que no haya un camino delimitado y concreto para que esto se logre, no obstante, se podría empezar por tomar en consideración las preguntas que los chicos se hacen, si consideran sus intereses, si enlazara sus contenidos escolares con proyectos pedagógicos cuyas temáticas reunieran holísticamente, el saber y la experiencia, el saber y la pregunta, el saber y el vivir. El ejemplo del cuento es claramente de seguridad vial, pero puedo nombrar miles de aspectos de la vida diaria que no se tratan en las escuelas. Cosas tan esenciales como cocina, bromatología, arreglos domésticos, salud mental y puedo seguir. Ya no se trata de una utilidad formativa, amplia, sino de una utilidad específica, adecuable a la tarea que le espera más adelante al sujeto.

Por otro lado, supuesto que, los siniestros de tránsito en la Argentina son la primera causa de muerte en menores de 35 años, y la tercera sobre la totalidad de los argentinos, ¿por qué las autoridades no toman graves y urgentísimas medidas de seguridad? Tal vez, porque las muertes se producen de a una, de a dos, o de a tres. Los muertos en el tránsito no nos "llegan" tanto. Se los considera lejanos, creyendo que son cosas que les ocurren "a otros". Los controles son escasos y poco efectivos. La mayoría de la población no conoce ni los test de alcoholemia, ni controles de velocidad o uso de Cinturones de Seguridad/ Cascos. También es cierto que el otorgamiento de las licencias para conducir no se hace con responsabilidad, ni con la suficiente preparación. Que todavía no funcionan los controles generalizados sobre el estado de seguridad de los vehículos. Y que no se brinda Educación Vial en las escuelas argentinas.

EL HOMBRECITO DEL AZULEJO

Manuel Mujica Láinez

Tengo varios sentimientos encontrados con este cuento. Por una parte, me resultó muy extraño y metafórico, y por otra, me causó conmoción y me resulta muy movilizante el amor que se tienen el niño y el hombrecito del azulejo. En especial la parte donde dice que Martincito quedara mucho más solo ahora que sabe lo que es la ternura.

Hablando de lo que me interpela del cuento, yo, como muchos argentinos, venimos de descendientes españoles/italianos/ingleses/franceses, entre muchos otros países del mundo. En mi caso tengo descendencia italiana y española, y leyendo la parte en la que envían a Martincito fuera de su país natal, solo puedo pensar en lo que habrán sentido todos aquellos inmigrantes (pero especialmente mis antepasados) al huir de su país en busca de un futuro mejor. Y que gracias a su valentía estoy yo hoy, acá, escribiendo esto. Siempre me moviliza pensar en la cantidad de situaciones difíciles que tuvieron que haber vivido para superarse día a día, minuto a minuto, para arrancar desde cero en otro lugar.

Uno de los temas que aparecen en el cuento es el poder de la narración, el cómo Martincito logra engañar a la señora muerte -que rondaba por el patio queriéndose llevar a su amigo-con un relato extenso y complejo. El hombrecito habla y habla para distraer el aburrimiento de la muerte, y usa recursos para no dejar espacios en blanco, para totalizar su atención de manera que no tenga tiempo ni para pensar, ni para responder, ni para salir del tema de la narración. Si intento relacionar este cuento con alguno de los autores vistos en clase no puedo dejar de pensar en Philippe Meirieu, quien plantea que, ante un alumno con grandes dificultades, de poco sirve aumentar la presión e imponer siempre «más de lo mismo», con la secreta esperanza de que finalmente ceda y alcance, al final, el objetivo buscado. Aunque, esta postura pedagógica es particularmente difícil en tiempos de virtualidad que no se trabaja cara a cara: De hecho, requiere captar información difícil de percibir a distancia y poder decidir qué es lo mejor en un encuentro cara a cara constructivo. Por su parte, en el relato, Martincito en un principio comienza a contarle un compilado de cuentos que transcurrían a mil leguas, de dónde fue que vino el, le describe la gente que transitaba el lugar, el amorío del carnicero del barrio, entre otras cosas. Pero, llega un momento que a la muerte le empiezan a aburrir estos temas, allí es cuando Martincito, muy inteligentemente sospecha que a esta muerte le podría llegar a interesar la alusión a otras muertes más aparatosas, de sus parientes ricas, y le relata lo que sabe de las grandes muertes que entraron en Desvres a caballo. La muerte escuchaba tan entretenidamente el relato que cuando se acordó de su misión (matar al niño) ya había pasado la hora estipulada, así que el hombrecito del azulejo pudo salirse con la suya.

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