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Antologia De Español

luisgonzalez9715 de Noviembre de 2011

6.224 Palabras (25 Páginas)652 Visitas

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LAS LEYENDAS COMO PARTE DE LA HISTORIA

MATERIA: Español III

PROFESOR:

INTEGRANTES DEL EQUIPO:

FECHA DE ENTREGA:

ÍNDICE

Introducción……………………………………………………………………..3

La abuela……………………………………………………………………….4

El cisne…………………………………………………………………………5

El ratón de la corte y el del campo………………………………………………...6

El águila, la gata y la jabalina……………………………………………............7

Coatlicue………………………………………………………………………8

El Cristo negro………………………………………………………………....10

La carretera sin bueyes……………………………………………………….....13

La llorona…………………………………………………………………….14

Un amor sincero……………………………………………………………….15

El minotauro………………………………………………………………….17

El mito chino de la creación………………………………………………….…18

El fin del mundo 2012………………………………………………………....19

La caja de pandora……………………………………………………….........20

El mito de los 5 soles………………………………………………………......21

El Cristo de chalma……………………………………………………….......24

Conclusión……………………………………………………………….......29

Bibliografía……………………………………………………………….…30

Introducción

Esta presente antología fue creada basándose en los mitos y las leyendas de nuestro México, y también gran parte del mundo, así hemos recopilado unos pequeños ejemplos de ello, que esperamos y les agrade.

Nosotras confiamos con certeza que les agradara pasar sus ojos por este libro y descubrir un mundo casi mágico, imaginario, surrealista y sobre todo lleno de sucesos impactantes y a la vez hermosos, mis compañeras y una servidora les agradecemos ampliamente su tiempo invertido en leer esta antología.

LA ABUELA (Fabula Nacional)

Tu hijo es un malcriado. Grita, llora, gatea, rompe los adornos, duerme poco, se orina en la cama y chupa tete. Desde que nació todo cambió para nosotros. A ver, respóndeme una cosa: ¿tú y ésa hacen el amor? Nunca. En esta casa ni se limpia, ni se cocina, ni se habla, ni se…Pero abuela…Abuela nada, ahora me escuchas, ahora soy yo quien dice aquí la última palabra. Hemos perdido hasta los amaneceres, algo verdaderamente cruel tratándose de alguien que… ¿Y mi mecedora?, ¿y mis fotos? ¿y mis platos? Tengo que estar molesta. Tú y ésa olvidaron a la vieja cuando llegó el niño. Pequeño monstruo sin dientes que patalea y patalea por cualquier motivo, siempre cagón, inconforme, vestido con la ridícula ropita azul que perteneció al vecino de enfrente. ¡Ingratos! También quitaron el cuadro de Los doce apóstoles. En esta casa ni se reza, ni se canta, ni se baila, ni se…Pero abuela…Abuela nada, ahora me escuchas, ahora soy yo quien dice aquí la última palabra. Siento vergüenza. Resulta penoso mirar el jardín, tan seco como la fuente. No hay encanto. Adónde fue a parar aquella felicidad que era el orgullo de nuestra familia. Tú y ésa, los dos, son responsables. Algún día la propia vida les ajustará cuentas. ¡Santo cielo! En esta casa ni se lee, ni se ve televisión, ni se respira, ni se…Pero abuela…Abuela nada, ahora me escuchas, ahora soy yo quien… ¡Abuela! Hoy cumples un año de muerta. Por favor, deja ya las ofensas.

Por: Fidel Antonio Orta

EL CISNE (Fabula Nacional)

El público aplaudía con tal nivel de entusiasmado que comenzó a lanzar flores sobre el escenario. Las flores eran verdes y extrañas. Nuestro Cisne, mientras bailaba, apenas podía respirar. Alguien pidió auxilio. Entonces la marea de flores comenzó a subir; y arriba, bien arriba, se divisó un enorme barco repleto de estrellas. Capitaneándolo venía un Cisne extraordinariamente famoso. ¿Otra Compañía? Pues sí, otra Compañía, toda ella en función de rescatar a nuestro Cisne. Primero el público intensificó su entusiasmo y luego quedó en silencio. La gran sorpresa fue que nuestro Cisne no quiso abordar el barco repleto de estrellas. Prefirió quedarse en su escenario favorito, aunque el exceso de flores verdes y extrañas le quitara oxígeno. Hizo una última reverencia y comenzó a volar. Siempre lo recuerdo. Porque su vuelo nos dejó a todos en un puro delirio.

Por: Fidel Antonio Orta

EL RATON DE LA CORTE Y EL DEL CAMPO (fabula internacional)

Un Ratón cortesano convidó con un modo muy urbano a un Ratón campesino. Diole gordo tocino, queso fresco de Holanda, y una despensa llena de vianda, era su alojamiento, pues no pudiera haber un aposento tan magníficamente preparado, aunque fuese en Ratópolis buscado con el mayor esmero, para alojar a Roepan Primero. Sus sentidos allí se recreaban; las paredes y techos adornaban, entre mil ratonescas golosinas, salchichones, perniles y cecinas.

Saltaban de placer, ¡oh qué embeleso! de pernil en pernil, de queso en queso. En esta situación tan lisonjera llega la despensera. Oyen el ruido, corren, se agazapan, pierden el tino, mas al fin se escapan atropelladamente, por cierto pasadizo abierto a diente. «¡Esto tenemos! dijo el campesino; reniego yo del queso, del tocino y de quien busca gustos entre los sobresaltos y los sustos.» Volvióse a su campaña en el instante y estimó mucho más de allí adelante, sin zozobra, temor ni pesadumbres, su casita de tierra y sus legumbres.

Por: Felíx María Samaniego

LA AGUILA, LA GATA Y LA JABALINA (Fabula internacional )

Una Águila anidó sobre una encina. Al pie criaba cierta jabalina, y era un hueco del tronco corpulento de una Gata y sus crías aposento. Esta gran marrullero sube al nido del águila altanera, y con fingidas lágrimas la dice: «¡Ay mísera de mí! ¡ay infelice! éste sí que es trabajo: la vecina que habita el cuarto bajo, como tú misma ves, el día pasa hozando los cimientos de la casa. La arruinará; y en viendo la traidora por tierra a nuestros hi os, los devora.» Después que dejó el Águila asustada, a la cueva se baja de callada,

y dice a la cerdosa: «Buena amiga, has de saber que la Águila enemiga, cuando saques tus crías hacia el monte, las ha de devorar; así disponte.» La Gata, aparentando que temía,

se retiró a su cuarto, y no salía sino de noche, que con maña astuta abastecía su pequeña gruta. La jabalina, con triste nueva, no salió de su cueva. La Águila, en el ramaje temerosa haciendo centinela, no reposa. En fin, a ambas familias la hambre mata, y de ellas hizo víveres la Gata, jóvenes, ojo alerta, gran cuidado; que un chismoso en amigo disfrazado con copa de amistad cubre sus trazas.

Por: Felix María Samaniego

LEYENDA PREHISPANICA:

“Coatlicue”

Es la madre de todos los dioses del panteón azteca, una de las principales deidades que trajo ese pueblo al inmigrar al Valle de México. Es una forma de la diosa de la tierra, madre de Huitzilopochtli el dios del sol y de la guerra. Las representaciones de Coatlicue muestran la parte mortífera de esa diosa porque la tierra, aparte de madre bondadosa de cuyo seno nace todo lo vegetal, es el monstruo insaciable que devora todo lo que vive, eso sin contar con que también los cuerpos celestes desaparecen tras ella.

Sin embargo, la imagen colosal de Coatlicue, originaria de “La Casa Negra” (su templo en Tenochtitlán) no la representa solamente en su calidad de diosa de la muerte, sino como una figura sin cabeza, con lo que se expresa que la diosa de la tierra era al mismo tiempo diosa de la luna; en muchos mitos se cuenta que ésta entabla una lucha a muerte con el sol. También en la leyenda el dios Huitzilopochtli decapita a su hermana enemiga que representa la luna.

Coatlicue, en náhuatl “La de la Falda de Serpientes”, tuvo un hijo más aguerrido en lo que se representa como un amanecer. Cuenta la leyenda que era una viuda piadosa que un día que barría el templo y que bola de brillantes plumas que caída del cielo la fecundó.

Sus hijos e hijas, decidieron matarla en atroz arrebato de ira, pero Huitzilopochtli, dios de la guerra, que nació en el momento preciso y completamente armado lo primero que hizo fue matar a sus hermanos y hermanas, hoy la luna y las estrellas.

La representación más importante de la Coatlicue es la que se observa en el Museo Nacional de Antropología de México: tiene pies y manos en forma de garras, una falda de serpientes entrelazadas y el pecho cubierto por cráneos, manos y corazones humanos. La cabeza de la diosa está sustituida por dos cabezas de serpientes encontradas, que simulan dos chorros de sangre que brotan de su cuello cortado.

LEYENDA LOCAL:

El cristo negro de Campeche

El 4 de octubre de 1540, Francisco de Montejo, conocido como “El Mozo’’, llegó al poblado maya e Can-Pech al mando de una expedición conquistadora de la cual formaban parte un numeroso grupo de indios aztecas llamados Naborios.

Al

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