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Aspecto moral y de la eutanasia


Enviado por   •  4 de Junio de 2018  •  Documentos de Investigación  •  3.348 Palabras (14 Páginas)  •  110 Visitas

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Aspecto moral y de la eutanasia

La bioética en la eutanasia

Para empezar a poder hablar sobre la bioética principalmente debemos de tener en claro la definición y en qué consiste, según la secretaria de salud y la Comisión Nacional de Bioética es la rama de la ética aplicada que reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones. En relación con otros datos históricos sobre el término Bioética y su aplicación, es importante mencionar que fue acuñado por Fritz Jahr en 1927, quien lo definió como la ética de las relaciones de los seres humanos con los animales y la naturaleza; sin embargo, es Van Rensselaer Potter quien lo incorpora al discurso académico contemporáneo en el artículo Bioética, la ciencia de la supervivencia, publicado en 1970. En la década de los años setenta también sobresalen instituciones dedicadas a estos temas como la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C., que centró sus esfuerzos en el ámbito de las ciencias de la salud y los avances científico-tecnológicos. Asimismo, en el año de 1972, André Hellegers crea el Instituto de Bioética Joseph and Ross Kennedy y en Europa -en Barcelona, en 1975- se funda el Instituto Borja de Bioética (Bioético, 2015). Más adelante, en 1979, Tom L. Beauchamp y James F. Childress publican el libro Principles of Biomedical Ethics, cuyo tema principal es el estudio de la ética biomédica. Dicha publicación fue la más representativa de esa época y, aún en nuestros días continúa siendo una de las más empleadas, ya que en ella se basa una de las corrientes más extendidas en el ámbito de la bioética, mejor conocida como Principialismo, a través del cual se pondera una tétrada clásica: Beneficencia; no maleficencia; autonomía y justicia. En si la bioética como aquella parte de la ética orientada a dotar de principios para la correcta conducta humana respecto a la vida en todas las etapas de su existencia mediante la aplicación de la biotecnología avanzada con el fin de promover su salud y calidad de vida, considerada ésta en Derecho como un bien jurídico para el ser humano.  A lo largo de las tres últimas décadas del siglo XX, el desarrollo de la cultura tecno-científica, por un lado, y el impacto de los movimientos de la sociedad civil por el otro, suscitaron una serie de acontecimientos de indudable importancia para el desarrollo de la bioética. Si bien en sus inicios la bioética fue de dominio básicamente anglosajón, posteriormente, a partir de los años ochenta, se extendió a los países europeos y ha tenido, desde los años noventa hasta la actualidad, un desarrollo que incluye a la región latinoamericana y una gran parte de los países del mundo. El objetivo de este documento es reflexionar sobre la eutanasia y sus implicaciones en la bioética, desde la perspectiva moral. Negada, aceptada, rechazada, evitada; así puede manifestarse la eutanasia, es un tema delicado ya que puede causar o más bien desde sus inicios a causado polémica en la sociedad, De hecho, es un imán de discusiones y de deliberaciones frente a los factores y puntos relacionados que lleven a si la Eutanasia puede llevarse a cabo o, en su defecto, no. Negada, aceptada, rechazada, evitada; Así puede manifestarse la Eutanasia. Tales bandos son motivo de constantes controversias dentro de los aspectos individuales, sociales, religiosos, legales y morales.  También el debate sobre la eutanasia no se puede considerar como nuevo en el ámbito medico; sin embargo, en las últimas décadas no solo ha hecho más impacto en los círculos especializados y en el campo de la filosofía, sino que también ha transcendido con fuerza en el interés del público en general donde se ha notado también un cambio de actitud con relación a su aceptación. La muerte como fenómeno humano, también se estudia bajo principios éticos. La muerte es universal, sin ella no habría vida  (I.Chavez, 1979).El hombre, a pesar de saber que lo único seguro  de su existencia es la muerte, experimenta temor de enfrentarla. La muerte es un fenómeno biológico, social, cultural, legal, y psicológico cuya escancia es la transición vida-muerte. Enfrentarla, en una cultura como la nuestra, en donde al mismo tiempo se le niega y teme, nos lleva a buscar una comprensión más allá del ritual que esta implica. El manejo ético que se tenga de la muerte dependerá de las características culturales de cada pueblo y de las relaciones económicas y de producción que en este prevalezcan, pero también de la idea u opinión que cada persona o sujeto tenga de ella. Para el mexicano, las ceremonias rituales acerca de la muerte  “le dan ocasión de revelarse y dialogar con la divinidad, la patria, los amigos y parientes… la vida encuentra en la muerte un fin  “ (Paz, 1972). Entonces, para el mexicano, la muerte adopta una connotación que va aun mas allá de la concepción biológica: implica una ideología propia, la perspectiva que se adopta ante cual cualquier situación que implique morir, en ese momento hablamos de la muerte desde perspectiva social. Las personas, tienen diversas perspectivas acerca de la eutanasia y su confrontación ante la voluntad anticipada, de ahí que la segunda opción sea una decisión individual, que depende de la visión que se tenga de cómo desea morir, cuando existe la posibilidad de hacerlo. Al respecto hay que considerar que los conceptos bióticos se han modificado debido al principio de autonomía, que ha rebasado al de beneficencia. La explicación a lo anterior no depende solamente de los cambios históricos acerca de la bioética, sino,  de forma particular de las características culturales, que acompañan a nuestra sociedad, los aspectos emocionales que matizan nuestra percepción de las cosas, en particular de la muerte, los valores que en algún momento se nos han inculcado, como parte de la formación que como mexicanos tenemos, etcétera. Podemos afirmar que no constituyen eutanasia todas aquellas acciones que pueden provocar la muerte sin buscarlo (directamente): como, por ejemplo, una intervención quirúrgica que tiene un éxito negativo, o el uso de un fármaco con finalidad analgésica que causa la muerte del paciente. Tampoco habrá que considerar eutanasia todas aquellas acciones que aun buscando la muerte de un paciente, no tienen como finalidad la eliminación de su sufrimiento; o sea, aquellas acciones que se realizan con otras intenciones, como pueden ser el mejoramiento de la raza, la resolución de problemas de distribución de recursos sanitarios (desde el ahorro del gasto público hasta la liberación de una cama de hospital), intereses de los familiares o de otras personas, etc. Es claro que con esta definición restringida de eutanasia quedan fuera, por ejemplo, muchos de los crímenes cometidos por el sistema sanitario nazi. En cambio, se incluyen aquellas acciones que provocan la muerte de un paciente sin su consentimiento para evitarle sufrimientos, o de esas otras que la causan sin que exista alguna patología particularmente grave. (Paula, 2004)

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