Comentario De Texto Lluvia Amarilla

La lluvia amarilla - Julio Llamazares

Hace tiempo, sin embargo, que el vértigo y el frio de la muerte han dejado ya de darme miedo. Antes de descubrir dentro de mí su negro aliento, antes aún de quedar solo en Ainielle, como una sombra mas entre las sombras de los muertos, mi padre me había ya enseñado con su ejemplo que la muerte es solamente un primer paso en nuestro viaje sin retorno hacia el silencio. Mi padre había sido siempre un hombre fuerte, un hombre endurecido en el trabajo y en la lucha contra esta tierra estéril e irredenta. Un día, sin embargo, cayó enfermo y ya no volvió nunca a levantarse de su sitio en el escaño junto al fuego. Sabía que tenía los días contados. Sabía que la lechuza que cantaba por las noches en el huerto – y que Sabina se esforzaba en espantar con gritos y piedras – estaba allí para anunciar su muerte. Pero él nunca manifestó ningún temor. Jamás dejó entrever la menor sombra del miedo.

Comentario

[Localización] Este fragmento pertenece a la novela “Lluvia amarilla” del autor español Julio Llamazares, nacido en Vegamián un pueblo español ya desaparecido. La novela está escrita con un clima poético y con un léxico vivo, preciso y genuino. Ésta novela se trata de el ultimo habitante de un pueblo abandonado del Pirineo aragonés. Es un monólogo en el que va contando ya sus últimos años de vida en el pueblo Ainielle, el cual solo tenía diez casas, pero poco a poco sus habitantes se habían mudado, o simplemente habían muerto ya. Él pasa sus últimos días con su esposa Sabina, que se suicida, y con la perra, a la que él mata después “por amor” a ella. Está en un constante dilema, entre la vida y la muerte, el hambre y la soledad. Andrés (el protagonista) queda completamente solo, solamente con la compañía de la perra. Cree estar loco y efectivamente, pierde la cordura al paso de los días sin contacto con otras personas. Él llega a creer que Ainielle era su pueblo, su propiedad. No dejaba que nadie se acercara, lo veía como “traidor” al abandonar su pueblo.

Él veía como su pueblo se iba desmoronando poco a poco: las casas se iban cayendo, enmoheciendo, la nieve y la lluvia iban deteriorando el pueblo casi en su totalidad. Andrés veía a su madre, ya muerta, cada noche en su cocina. A veces con Sabina y otras veces hasta con el resto de su familia.

El final de la obra, es igual a como empieza: Andrés, describiendo su cuerpo ya sin vida y cómo y cuando lo iban a encontrar.

Nuestro fragmento de la obra corresponde al capítulo 8 de la obra, donde el protagonista está todavía agonizando del dolor de la mordida de la víbora, luego siente que la muerte está ya a su lado. Y dice que no le tiene miedo a la muerte. Él había visto la muerte tan lejana, que ahora que ya la tiene cerca, no le teme.

Narra cómo ve la muerte de su abuelo, cuando él tenía apenas seis años, sabe de las miradas “vacías” de los muertos y como se ven.

A continuación viene nuestro texto.

Aquí, Andrés remarca que no le tiene miedo a la muerte, ya no le da vértigo. Con el claro ejemplo de su padre, cuando todavía Ainielle tenía suficientes habitantes como para llamarlo “pueblo, le había enseñado muchas cosas. En primer lugar su padre era un hombre muy trabajador, fuerte y luchador, siempre tratando de hacer la tierra estéril e irredenta de Ainielle una más productiva en cualquier sentido.

Luego, el protagonista nos cuenta que su padre ya tenía los días contados hacia su muerte, cayó enfermo. Pero sabiendo que los tenía contados, su padre nunca demostró temor ni miedo hacia la muerte, solo la enfrentó.

[Tema] El tema de nuestro fragmento es el siguiente: “enseñanzas y muerte reflejadas”. ¿Por qué? El protagonista nos cuenta como su padre es un ejemplo a seguir, dice que era un hombre firme y trabajador, luego a pesar que él sabía que estaba enfermo y ya le quedaban pocos días, nunca manifestó miedo a la muerte, al contrario, nunca dejó entrever la menor sombra de miedo.

[Estructura] Podemos separar el nuestro fragmento en dos apartados: A y B. En ambos se pueden percibir la tristeza del narrador, sus palabras son muy sombrías y da a entender que está triste, deprimido. Pero hay dos temas diferentes en el fragmento. En el A, podemos leer que está describiendo sus pensamientos hacia la muerte: ya no le atemorizaba y también pone de ejemplo a su padre, pero todavía no lo describe. En el apartado B, el narrador describe a su padre, su inexistente miedo a la muerte.

[Análisis,

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