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Como Leer Un Libro

luisemmanuelmm5 de Mayo de 2015

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Cómo leer un Libro: lectura analítica

Una valiosa guía para aprender cómo analizar una lectura de modo eficiente y con auténtico provecho.

Cómo leer un Libro: lectura analítica

Por Luis Fernando Valdés y Vicente de Haro[1]

El presente texto hace referencia al mejor modo de leer un libro, pero se aplica mutatis mutando, para la lectura reflexiva de un texto más breve.

1. Objetivos de la lectura: informarse y comprender

El objetivo de leer es comprender más y mejor algún tema: el planteamiento de algunos problemas, el desarrollo de ciertos hechos, la exposición de una idea, las razones que sustentan una postura, etc. Por eso una buena lectura es aquella a través de la cual se pasa de un estado de comprensión menor a un estado de comprensión mayor. Esto implica dos cosas:

a) Primero, damos por supuesto que el escritor comprende el tema de un modo superior al lector. Hay, por tanto, una desigualdad inicial en la comprensión.

b) El buen lector debe ser capaz de superar esta desigualdad inicial, al menos en cierta medida. En tanto se aproxime a la igualdad en la comprensión del tema, notará que se produce un fenómeno de comunicación en el que se va ganando progresivamente en claridad. Ésta es la verdadera lectura de comprensión.

2. Niveles de lectura

Hay cuatro niveles de lectura. Los niveles superiores incluyen a los inferiores; es decir, son acumulativos. Dominar un nivel superior implica haber dominado antes los inferiores:

- Nivel 1.- Lectura primaria, rudimentaria o básica. Consiste en aprender a leer; es el proceso de alfabetización.

- Nivel 2.- Lectura de inspección o pre-lectura. Consiste en la habilidad de extraer el máximo de un libro en un tiempo limitado. El lector que sabe hacer esta pre-lectura puede, en unos cuantos minutos, tener bien claro de qué se trata el libro, cuál es su estructura, cuáles son sus partes, etc.

- Nivel 3.- Lectura analítica.- Este nivel es el que está destinado fundamentalmente a la comprensión. Comprender un libro significa trabajarlo hasta hacerlo propio, y va más allá de la mera información o el entretenimiento.

- Nivel 4.- Lectura paralela o comparativa.- Consiste en estudiar un tema en particular comparando lo que dicen respecto a él varios libros o autores.

Centraremos nuestra atención en el nivel 3: en la lectura analítica. No se puede entender un libro sin leerlo analíticamente. Cuando hemos dicho que comprender un texto es trabajarlo hasta hacerlo propio, no nos referíamos sólo a escribir sobre él, subrayándolo o tomando notas (aunque esto puede servir). La comprensión verdadera va mucho más allá. Para ejercitarla, conviene tener en mente ciertas reglas que iremos enunciando poco a poco, divididas en tres etapas: reglas para analizar la estructura de un libro; reglas para interpretarlo y reglas para criticarlo.

3. Lectura analítica

Las tres etapas de la lectura analítica antes mencionadas pueden resumirse, cada una, en una pregunta:

A. Etapa estructural.- ¿Sobre qué trata el libro como un todo?

B. Etapa interpretativa.- ¿qué dice el libro en detalle y cómo lo dice?

C. Etapa crítica.- ¿es cierto lo que dice el libro, y qué importancia tiene?

Estas tres preguntas tienen mucha relación con las características del lenguaje como modo humano de comunicación.

Conviene detenerse en aclarar este punto. Nuestro lenguaje es complejo, consta de partes: palabras, oraciones, argumentos...y es por eso que debemos ser capaces de hacer un perfilado estructural, es decir, de integrar las partes de los mensajes que recibimos. El lenguaje es, además, “opaco”, esto es, un medio indirecto e imperfecto para transmitir pensamientos: por eso es necesario interpretarlo, es decir, saber llegar al pensamiento que transmite. Y nuestro modo de conocer es, finalmente, propenso al error y a la ignorancia, que limitan nuestro acceso a la verdad y el conocimiento; de ahí la necesidad de ser críticos.

A. Estructura

Muchas veces creemos que para saber más o menos de qué trata un libro basta con mirar su título. Sin embargo, aunque el título es importante, muchas veces no basta para clasificar correctamente un libro, pues esta clasificación exige, además, que tengamos en mente ciertas categorías y qué sepamos a qué categoría corresponde cada texto.

Empecemos por dos categorías:

a) libros teóricos (los que intentan averiguar en qué consiste algo, o intentan demostrar la veracidad de una postura) y,

b) libros prácticos (los que nos enseñan qué hacer si queremos alcanzar alguna meta).

Esta es una distinción muy básica, pero útil. A partir de ella, podemos seguir subdividiendo las categorías de los libros; los libros teóricos, por ejemplo, pueden dividirse a su vez en históricos, científicos y filosóficos. Ser precisos en esta clasificación es importante porque un libro histórico no debe leerse con el mismo método, ni con la misma actitud, que un libro práctico, ni podemos esperar los mismos resultados de su lectura. Podemos enunciar ya nuestra primera regla:

1ª regla.

Hay que saber qué clase de libro se está leyendo lo más pronto posible en el proceso de lectura, preferiblemente antes de empezar a leer

Para cumplir cabalmente con esta regla conviene ejercitar la lectura de inspección (el 2do nivel del que hablamos antes). No nos detendremos demasiado en ella; sólo recuerda que ayuda mirar el prólogo del libro, estudiar el índice, leer la propaganda publicitaria de la editorial, hojear el volumen y detenerse ocasionalmente a leer uno o dos párrafos...

Cuando ya sabemos a qué clase de libro vamos a enfrentarnos, debemos tratar de averiguar cuál es su tema o punto principal. Esto es importante porque ese tema o punto central es lo que da unidad al libro. A veces el autor nos ayuda con el título y algunas palabras preliminares.

Para saber si ya te has hecho una idea del tema principal del libro, puedes intentar expresarlo con tus palabras, de una forma breve y clara. Ésa es nuestra segunda regla:

2ª regla.

El lector debe ser capaz de constatar la unidad del libro en conjunto en una sola frase, o en unas cuantas como máximo (un párrafo breve)

Si has sabido descubrir la unidad del libro, podrás entender por qué tiene tales partes y por qué éstas están organizadas de tal manera.

Poder exponer esta correlación de las partes es importante. Inténtalo en una frase como ésta: el libro en conjunto trata sobre esto, y lo otro, y lo de más allá... y así vas describiendo las partes principales, luego la subdivisión de cada parte principal, y así hasta el final.

Aunque en algunos casos puede ser difícil, ésta es una aproximación muy útil al contenido del libro. No necesariamente ha de seguir la estructura del libro tal como se indica en la división por capítulos; el lector puede trazar sus propias divisiones temáticas. Podemos ya enunciar la siguiente regla:

3ª regla.

Hay que identificar las partes más importantes del libro y mostrar que están organizadas y forman un todo, siguiendo un orden unas respecto a otras y respecto a la unidad del conjunto

Hay textos que simplemente no están bien estructurados, así que por más que busques su unidad y su coherencia, no las encontrarás. Hay una relación recíproca: la unidad, la claridad y la coherencia son condiciones tanto de la buena escritura como de la buena lectura.

Es por eso que las reglas 1, 2 y 3 tienen una utilidad extra: al tratar de organizar el texto, te das cuenta de si está bien escrito o no. Los mejores libros son aquellos cuya estructura es más fácil de determinar.

Llegado este punto, ya conocemos plenamente la unidad del libro. Pero ¿por qué tiene la unidad que tiene? Y ¿qué fin persigue? Estas preguntas son fundamentales. Por eso es imprescindible seguir la siguiente regla:

4ª regla.

El lector debe averiguar en qué consisten los problemas que se plantea el autor

Para esto, sugerimos que al leer tengas en mente ciertas preguntas que el autor debe ir contestando durante su discurso. Por ejemplo, si estás leyendo un libro teórico, has de cuestionarle: ¿existe aquello de lo que se está hablando? ¿qué clase de problemas presenta? ¿qué los ha producido? ¿qué objetivo se persigue al tocar este tema? ¿cuáles son las consecuencias de lo que expone el escritor? ¿cuáles son las características de esa exposición?, etc. O, si estás enfrentándote a un libro práctico: ¿ qué fines se están persiguiendo? ¿qué medios habría que elegir para alcanzar esas metas? ¿bajo qué condiciones resultaría mejor hacer esto o lo otro, etc? Como ves, para facilitarte el cumplir con esta 4ª regla conviene que hayas seguido la 1ª; la que sugiere que tengas claro qué clase de texto vas a leer.

B. Interpretación

Cuando ya te has hecho una idea lo suficientemente clara de la estructura del libro, debes empezar a interpretarlo.

Interpretar un texto es descubrir lo que su autor quiere comunicar y entender cómo lo hace.

Toda interpretación exige ciertos conocimientos de gramática y de lógica; por lo que esta

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