Didactica De Lectura

La sexualidad

La sexualidad es una dimensión fundamental de nuestro ser personal. Esta se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida, por lo que decimos que es dinámica. Además de los aspectos biológicos y psicológicos, los factores socioculturales tienen un papel muy importante en esta transformación; su influencia puede ser positiva y propiciar el desarrollo íntegro, pleno, de la persona, ser un vehículo de crecimiento y expresión personal, o por el contrario, restringirlo y coartarlo.

Dimensión biológica: las diferencias entre el varón y la mujer se imponen por una serie de caracteres morfológicos, sin embargo la distinción biológica entre el hombre y la mujer es mucho más compleja que la configuración descriptiva de la genitalidad. De tal modo que el sexo biológico contempla 5 categorías básicas: la configuración cromosómica; el sexo gonádico; el sexo hormonal, la estructura reproductiva interna y la genitalidad.

Dimensión psicológica: la sexualidad en el ser humano no se limita a ser una “necesidad” (dimensión biológica), sino que se expande en el camino del deseo (dimensión psicológica) llegando a ser vivencia y comportamiento sexual humano. La dimensión psicológica introduce el sentido en la sexualidad humana. Entre las categorías que incluye esta dimensión está la identidad sexual y el desarrollo sexual.

Dimensión sociocultural: el ser humano es un ser cultural también en su sexualidad; porque tiene una historia, es una historia y construye historia. La tradición la alcanza en la cultura en que vive. Se hace parte de esa historia cuando la asume conscientemente y construye su historia cuando asume la responsabilidad personal y colectiva como ser social frente al momento presente. Existen una serie de espacios y canales de socialización de la sexualidad humana. Entre los más importantes están la familia de origen, la escuela, el grupo de pares, la religión, las normas sociales, los medios de comunicación.

Dimensión ética-filosófica: La sexualidad no es un concepto “abstracto”, la sexualidad se vive, se pone en acción y se juega en las experiencias de la vida diaria, en lo cotidiano. La dimensión ética parte de la noción de la persona, hombre y mujer, como valor en sí misma. Esta va asumiendo a lo largo de su vida diversos valores y se convierte, por lo tanto, en una portadora de ellos, los cuales también jerarquiza a la luz de sus experiencias y vida personal. Constantemente está revisando sus valores y replanteándose su jerarquía, lo que lleva a conformar su conciencia. La ética se convierte así en el contexto valorativo que orienta el ser y el actuar de la persona. Desde allí hace sus opciones y le da un sentido a su vida. En el plano de la sexualidad es justamente la dimensión ética la que en última instancia define cómo va a ser esta vivencia en el individuo. Esto quiere decir que los valores asumidos por la persona se ven reflejados en sus actitudes, sentimientos y comportamientos respecto de lo sexual.

Educación Sexual

La dimensión sexual se manifiesta e interviene en un aspecto integral de la persona. Es así, que no se puede concebir desde una visión simplificada. Su carácter integral y multifacético es un rasgo específico y característico de sí misma. Le competen todos los ámbitos de la vida humana, ya que están íntimamente relacionados y fijados unos por otros, por lo que no podemos separar el cuerpo de la mente, de las creencias o de la educación que hemos recibido.

Cada dimensión cumple una función la cual va direccionada a satisfacer los aspectos de la dimensión sexual, las dimensiones corporal y cognitiva son decisivas en distintos ámbitos de la vida sexual, el procrear, el deseo sexual, como se responde a los estímulos sexuales, etc. Todos estos se ven influenciados por nuestro aspecto corporal-cognitivo. Nuestra forma de pensar, sentir, actuar, nos conllevan a formar pensamientos radicales y fijos los cuales son difíciles de distorsionar. Así mismo nos abarcan las posibilidades que tiene el ser humano de comunicarse, su existencia para abrirse a los valores, a las creencias y convicciones que le dan un sentido global y profundo a la existencia de la vida sexual.

De esta forma la dimensión sexual aporta significativamente la construcción fija de la personalidad del ser humano, las cuales van ligadas a todas las dimensiones del ser humano, ya que estas son conjuntas, trabajan en armonía y así si una de estas no está plenamente establecida las decisiones que conforman la sexualidad conllevan a direcciones variadas en la vida.

De esta forma es indispensable proteger potencialmente nuestro cuerpo físico, ya que si no lo hacemos estamos fraccionando el conjunto el cual brinda significado a la conformación sexual del ser humano.

Linda Yeraldin Oliveros Olarte

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