ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EN LA MENTE DE UN ASESINO


Enviado por   •  2 de Junio de 2019  •  Apuntes  •  1.947 Palabras (8 Páginas)  •  96 Visitas

Página 1 de 8

EN LA MENTE DE UN ASESINO.

Por mis manos se desliza un liquido espeso y tibio al que le toma cierto tiempo abandonar mis dedos, se escurre por entre los espacios, que tristemente se separan uno del otro, pequeñas gotas golpean el suelo que rosa mis rodillas y un escalofrío recorre mi espalda. En este preciso momento mi visión está limitada a un cuadro oscuro y profundo, mientras más intento descubrir que es aquel liquido mi mente me lleva a una sola respuesta, sencilla pero terrible, es sangre. Abandonado por mi visión y sin saber donde me encuentro, mi única opción es extender mis manos manchadas de sangre y tentar a mi alrededor.

 Descubro que a mi lado se posa un cuerpo inmóvil, está empapado, extrañamente no produce temor alguno en mí, únicamente él es mi compañero en esta oscuridad absoluta. Después de un tiempo de tener mis manos sobre aquel cuerpo, mi visión comienza a volver, no es total solo puede ver ligeros puntos a lo lejos y muchas sombras a mi alrededor, pero al fin puedo ubicar el sitio donde me encuentro. Parece ser un salón de clases, está lleno de butacas escolares y un escritorio destrozado, al explorar las paredes que me encierran me percato que no soy el único cubierto de aquel liquido rojo. Hay líneas de sangre que recorren todo el cuadro de concreto y junto a mis más cuerpos inertes.

 Mis piernas no responden, no puedo levantarme, pero quiero salir, tengo que tomar fuerzas y ponerme de pie. Ahora con unas rodillas temblorosas y débiles, y aun viendo sombras, me levanto y fijo mi objetivo, la puerta, único conducto que me sacará de aquí. Desde donde estoy y tan débil como estoy la puerta parece estar a kilómetros, es la única salida. Las ventanas están opacas, sin embargo, dejan entrar un poco de luz lunar, es lo único que tengo. Camino tambaleándome y temblando, mis esfuerzos logran tener frutos mis manos tocan la puerta y buscan desesperadamente la cerradura, para mi suerte está abierta, está pesada y fría, cuesta muchísimo abrirla, estoy débil y sudando, con un último esfuerzo logro moverla, puedo salir.

La luna cuelga en el cielo, es el único faro que alumbra lo que parece ser una escuela. No logro entender ¿qué hago aquí? ¿por qué estoy solo? El salón del que salí se encuentra en la planta alta de la escuela, debo caminar por los pasillos, parecen muy estrechos y obscuros, esto me provoca escalofríos y el solo hecho de pensar que debo cruzar las escaleras es un delirio. Estoy seguro de que incluso de día, con toda esa luz y gente, sería alucinante caminar sobre esas escaleras, admito que siempre he tenido un poco de miedo a los lugares obscuros. Creo que ni siquiera el sol en su punto más resplandeciente lograría colar un rayo de luz, los muros que la cubren son húmedos y gruesos.

La idea de llegar hasta las escaleras sólo ha estado en mi cabeza, no se ha materializado, no he dado un solo paso desde que abandoné el salón y mi cuerpo aún está débil, las piernas me duelen como si estuvieran atravesadas por agujas. Cada intento por moverme es inútil, colocar mis manos en la pared me ayuda a caminar, me siento húmedo, creo que es sangre, no sé si solo está sobre mí o sale de mi cuerpo, estoy confundido y sudando. Todo está en silencio, ni un sonido, en calma, no puedo evitar notar que las nubes comienzan a cubrir la luna y con ella la poca luz que queda y mis esperanzas de ver algo, de salir.

Al fin he llegado, mis pies se han convertido en dos cuchillas, cada paso me corta, sé que estoy sangrando y tengo frío, pero aquí estoy frente a las escaleras. Y algo tengo que hacer, seguir caminando, no queda más, camino, escalón por escalón sin ver absolutamente nada, solo sintiendo lo que hay a mi alrededor, he llegado al descanso y al dar dos pasos mis pies golpean algo, retrocedo y vuelvo a tocar con mi pie aquello que está frente a mi, que esta pesado pero parece ser que no esta vivo pero no es tampoco un objeto, doblo mis rodillas y las coloco sobre el piso, estiro mis brazos y es cierto, es la misma sensación que sentí cuando toqué el cuerpo en el salón y al parecer es otro cuerpo, mis manos exploran sobre el y a pesar de lo grave que parece aun no ha provocado sensación alguna sobre mi, es extraño pero en lo único que puedo pensar es en cómo llegó hasta allí, que le pasó y por qué sobre su pecho hay pequeñas rajadas alrededor y una suficientemente más grande por donde cabe mi mano, a pesar de todo, debo continuar con mi viaje a través de las escaleras que ahora no parecen ser tan malas pues estoy acompañado por alguien que está frío y no se mueve pero que provoca cierta sensación de seguridad. Camino y logro llegar al patio que al igual que toda la escuela está solo y oscuro, es un lugar que ha visto mis mejores sonrisas y compartido mis mejores momentos, pero estando aquí en este preciso momento no provoca una sonrisa sobre mi rostro. Ahí está a través  de todo, cruzando el patio está la salida a mi dulce tormento, una puerta de acero gigantesca es mi siguiente paso, debo cruzar y abrir las puertas es relativamente sencillo, además estoy completamente solo y el patio parece estar en paz, no hay nada y con mi amigo detrás de mi me siento completamente seguro, así comienzo a caminar pero al llegar justo a la mitad comienzo a ver personas jugando, son imágenes que están allí, pero no puedo tocarlas, son mis compañeros de clase, es una peculiar escena detrás de mi la escuela oscura y fría y llena de sangre y frente a mi la escuela que siempre he visto con alumnos y amigos en completa calma, y cada que doy un paso hacia adelante la oscuridad invade la vieja imagen de la escuela pacifica, pero no puedo detenerme aquí, frente a mis ojos esta lo que parece ser mi única salida y mi única opción pero, mientras más camino más deja de existir esa tranquila imagen y las personas divirtiéndose, son remplazados por cuerpos inertes y en mis manos hay más sangre húmeda, mi mente esta borrosa y el sonido del eco de cientos de risas retumba en mis oídos. En esta parte de la escuela parece hacer mas frio del que mis huesos pueden soportar, estando aquí solo pienso en regresar y refugiarme en el salón de clases del cual Salí parece una idea trivial intentar volver al sitio de donde me he empeñado en salir pero precisamente ahora no parece tan malo, pues estando aquí solo logro ver sombras y sentir que cada paso que doy es entrar en un charco de sangre y encontrarme con otro cuerpo frio y vacío es aterrador pensar en como han muerto tantas personas y porque sobre su pecho aparece una marca de cuchillo abriendo justamente donde se encuentra el corazón. No tengo ni la mas mínima idea si estos cuerpos carecen ya de su corazón es repugnante pensar en una mano estirando y sosteniendo con fuerza el motor vital de cada ser, pero si quiero saber si les han retirado el corazón tengo que asegurarme yo mismo, introducir mi mano en su pecho y palpar a través de sus delicados huesos es una idea que pone a temblar mi cuerpo, tengo que saber que les paso y porque siguen apareciendo mas y mas de donde salen y porque son precisamente mis compañeros de clases. Una vez mas mis rodillas rosan el suelo mientras me sostienen, mi mano derecha parece ser la indicada para atravesar cada centímetro de piel cortada, al pasar por la rajada la sensación es desagradable se siente algo viscoso y produce un sonido parecido al que produce el agua cuando entra en ella una piedra a gran velocidad, las nauseas no tardan en aparecer pero asi como llegan se van pues mientras mi mano se adentra en su pecho mas tranquilo me siento. Al parecer no hay corazón dentro de los cuerpos mi curiosidad ha sido satisfecha pero mi largo viaje no ha terminado y con tantas cosas no me he percatado de que solo avance unos cuantos pasos de donde me encontraba, ya es hora debo salir de esta escena macabra he tomado la decisión mi escape esta cerca y el miedo comienza a abandonarme, respiro profundamente y camino solo camino las risas se escuchan mas fuertes y agudas pero cada vez mas lejanas a mi. Antes de llegar al portón existe un pequeño pasillo al cual nunca le he puesto atención, al llegar al comienzo de este pasillo mis pies se sienten cansados nuevamente y mi vista lejos de recuperarse se torna roja y en mis oídos hay un zumbido, me he quedado paralizado mi cabeza le dice a mi cuerpo ¡que se mueva!  ¡Que camine! pero este simplemente no responde, desesperado y sin poder mover ni un solo dedo solo me queda esperar a que algo suceda no sé que hay dentro del pasillo, no puedo voltear a ver que hay detrás de mi pero ese miedo que una persona siente cuando esta sumergido en la obscuridad y alguien le mira esperando el momento justo para atacar pues ni siquiera se acerca un poco a lo que siento ahora. Sé que unos ojos están posados sobre mi pero no se de quien son y desde donde me vigilan, respirar cuesta tanto que mi garganta produce un sonido seco y mis ojos se tornan vidriosos, no sé que hacer esperar pacíficamente a que esta cosa o persona se pose frente a mi no parece ser la mejor opción pero sinceramente no parece haber otra. Por fin después de unos minutos atrapado por el miedo, veo al otro lado del pasillo una sombra que esta rígida he inmóvil como si fuese un soldado escuchando ordenes, parece ser el único cuerpo con vida además del mio, ¿sera esta persona el autor de tantos atentados contra la vida? Y si es así ¿quien es? Finalmente mi mente retoma el control de mi cuerpo y en lo único en que puedo pensar es en correr y dejar todo atrás no me importa quien es el causante de esto yo solo quiero salir de aquí así que muevo mis pies tan rápido como puedo y cruzo el pasillo pero me topo con esa extraña persona. Al estar frente a frente me siento absorbido por algo inexplicable el que esta frente a mi soy yo y en una mano sostengo un cuchillo y en la otra un corazón que aun sangra, esta imagen no se mueve y no me queda mas que seguir caminando, no sé que pasa pero al fin he llegado a la puerta y la sensación de volver el rostro me invade, al hacerlo encuentro tras de mi cientos de cuerpos y sobre mi mano derecha lo que parece ser un cuchillo lleno de sangre y el sudor cubre mi rostro, debería estar asustado, pero no es así, pues solo siento una increíble sensación de paz. Vuelvo la mirada al  portón gigante, y una sonrisa pinta mi rostro abro la puerta y por fin miro algo de luz, cálida luz, sobre mi. Estoy bien respiro y me he percatado que sigo en la escuela sentado en mi butaca escuchando clases y con todos mis amigos a mi alrededor, pero en mi rostro sigue aquella sonrisa sicópata.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10 Kb)   pdf (91 Kb)   docx (11 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com