El Buen Maestro De Lenguaje

Nos encontramos en un mundo en el que es necesario estar preparados, tener amplios conocimientos y es requerimiento social ser una persona culta. En el caso de un profesor de educación básica con especialidad en la enseñanza del lenguaje, resulta forzoso el que se posea un excelente acervo cultural, que tenga la capacidad de dominar temas que son de carácter superior a los que imparte en el salón de clases.

Muchos pueden pensar que basta con cursar una licenciatura para poder manejar una clase debidamente planeada, e incluso, hay quienes piensan que con ´solo tener un conocimiento elemental, aunque muy escaso, de mediana preparación, es capaz de impartir la enseñanza del lenguaje con sumo éxito, no es así, porque para ser un buen maestro del lenguaje, se necesita mucho más que la buena intención.

Cuando se tiene la responsabilidad de enseñar un lenguaje, se tiene que demostrar que se domina la materia, que se tiene exacto conocimiento de la misma. Es necesario también, poseer una curiosidad científica altamente desenvuelta, pues, nos dice la lectura que sin ella dejaría de estar al día en materia de información cultural. Se hace mención también del hecho de que como maestro del lenguaje se debe tener profundamente arraigada la costumbre de leer todos los días, y no sólo aquellos textos que correspondan a su profesión, sino todos aquellos que extiendan su cultura general. Una cultura que a parte de ser general, tiene que ser profunda.

Saber acerca de la psicología, es también uno de los elementos que debe poseer un buen maestro, y es que es necesario para el desarrollo de los aprendizajes del lenguaje. Pero cuando digo saber acerca de la psicología me refiero a un sentido amplio, extenso, como lo dice la lectura. Tener estos tipos de conocimientos favorecerá al maestro para mantener con firmeza los pies durante la marcha y las de avanzar con seguridad y con el ritmo conveniente.

Es evidente, que como maestro que imparte la enseñanza del idioma, se tiene que tener un alto dominio del idioma, tanto en su forma oral como escrita, dominio que necesariamente tiene que respaldarse en el conocimiento de las leyes gramaticales y literarias del idioma. Es absolutamente necesario que se conozcan las grandes obras maestras del mundo literario y la evolución propia del castellano a través de los años. Un maestro cuyo deseo sea el de enseñar lenguaje, debe hacerlo bien, debe esforzarse por conocer su idioma de forma consciente y manejarlo como si fuera amo y señor del mismo.

Otras de las características con las que un buen maestro del lenguaje deberá contar es la de tener una excelente voz, importantísima para la hora de exponer ante su audiencia, tiene que ser clara y melódica, y al mismo tiempo, resultar un tanto imponente. Tiene que ser un excelente lector, un conversador hábil, en buen expositor y orador que tenga la capacidad de atraer a la concurrencia que lo escucha, y también ha de dominar los gestos y ademanes, junto con otros recursos exteriores para la expresión oral y facilitar el entendimiento.

Hasta este punto, podría parecer que todo lo que se ha dicho es fácil de hacer, y puede que así lo sea, pero, en mi punto de vista, se necesita dedicación, un esfuerzo colosal y ganas de querer ser un mejor docente. Para finalizar este breve reporte, quisiera resaltar nuevamente las características más importantes de lo que se considera un buen maestro de lenguaje. Debe tener costumbre de leer, curiosidad científica, ser un buen lector y un buen expositor.

Saberse débil en uno o más de los aspectos que el autor ha expuesto en su texto, no quiere decir que es una causa perdida, todo lo contrario, es posible que los maestros que consideren tener una deficiencia, de cualquier tipo, en el desempeño de su labor, pueden comenzar trabando en ello, mejorándose. Lo abrumador,

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