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El Misterio de la Selva


Enviado por   •  6 de Abril de 2016  •  Tareas  •  1.084 Palabras (5 Páginas)  •  286 Visitas

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El Misterio de la Selva

Tano e Itan, 2 leones daban un paseo por las tierras oscuras por las palmeras que abarrotaban el terreno. Su relación no era muy buena desde la muerte de su madre se volvieron distanciados, pero Tano el padre hacía todo lo posible por mejorar su relación. Itan el hijo, observo algo que lo dejo atónito, una cascada inmensa, la más increíble que había visto en su corta vida. La cascada guiaba a un precipicio lleno de rocas, con una caída enorme, que dejaría fácilmente acabaría con la vida de su hijo, el peligro que corría su hijo a estar jugando cerca la cascada invadió a Tano ya subí grito a su hijo instrucciones que se alejara:

-¡Aléjate del borde está muy inestable y no quiero accidentes!- dijo el padre preocupado

-Tranquilo padre nada va a ocurrir- contestó el hijo indigno. -No vuelvo decírtelo, aléjate de ahí- dijo el padre en un tono amenazador

regresaron a casa y Tano tomo una siesta. Para cuando despertó, la noche había llegado y cualquier luz se veía envuelta por una penumbra amenazadora

-hijo, ya es hora de la cena- dijo tano en medio del silencio de la pequeña casa. Canon escucho nada más que el sonido de algunos insectos de la selva.- sé que estás enojado pero necesitas comer-. De nuevo no escuchó nada más que el silencio. Entonces enfureció se dirigió el cuarto del pequeño.

- Te dije que era hora de cenar, acaso no me es….- Se vio interrumpido por la sorpresa que se llevo.

Su hijo no estaba el cuarto, empezó a buscar en todos los rincones de la casa, pero un vano, ya que no estaba su hijo.

Salió preocupado creyendo lo peor, ya empezaba a tratar de tranquilizarse, no dejaba de pensar en que alguien lo había secuestrado, ya que todos querían, algo del rey de la selva.

Se dirigió a donde vivía el elefante creyendo que lo pudo haber tomado, ya que como Tano, el león distribuía los postres como el mani, que tanto le encantaba al elefante, este podría haber pensado que iba a poder conseguir el mani que quisiera a cambio del hijo del león.

-¿Me harías un favor?- dijo el León

-¿Qué que necesitas?- dijo el elefante desconcertado

- Mi hijo a desaparecido y se me ocurrió que tal vez lo habías visto

-¿Que Insinúas?- dijo preocupado el elefante

-Que sólo por accidente tú te lo has llevado.

A lo que el elefante contestó

-Puedes revisar todo el lugar pero estoy seguro de que tu hijo no está aquí.

El padre, reviso y reviso pero no lo encontró y al darse por fin cuenta de que el elefante decía la verdad pidió perdón y se fue.

Se fue muy triste caminando de regreso cuando de repente vio la serpiente muy sospechosa y decidió seguirla, la serpiente debió de haber visto a tano, el león, y la serpiente muy temerosa se escondió.

-¿A donde te diriges? Dijo Tano alterado.

-A ningún lado señor, me dirigía mi choza. Dijo con vos temerosa y tartamudeando.

-No

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