El Plan Oriin
boterogolf24 de Marzo de 2015
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CRÉELO EN TU INTERIOR (Neville - 6 de octubre de 1969)
Neville Goddard (6 de octubre de 1969)
CRÉELO EN TU INTERIOR
La realidad objetiva de este mundo es producida solamente por la imaginación humana, en la que todas las cosas existen. Esta noche espero enseñarte a cómo apropiarte subjetivamente de eso que ya existe en ti, y convertirlo en un hecho objetivo. Tu vida no es más que la representación externa de tu actividad imaginaria, pues tu imaginación se cumple en lo que tu vida llega a ser.
El último año que Robert Frost estuvo con nosotros, fue entrevistado por la revista LIFE y dijo: “Nuestros padres fundadores no creyeron en el futuro, lo creyeron en su interior”. Esto es verdad. Habiendo roto con Inglaterra, nuestros padres fundadores podrían haber establecido su propia realeza aquí haciendo rey a uno de ellos, perpetuando de este modo una familia real. Podrían haber elegido una forma de dictadura, pero se pusieron de acuerdo en imaginar una forma de gobierno que no había sido probada desde la época de los Griegos. La democracia es la forma de gobierno más difícil del mundo, sin embargo nuestros padres fundadores acordaron creerla en su interior. Sabían que podría tener lugar, porque conocían el poder de la creencia – el poder que espero enseñarte que eres, esta noche.
Decir: “Voy a ser rico”, no va a hacer que suceda; debes creer en la riqueza afirmando en tu interior: “Soy rico”. Debes creer en el tiempo presente, porque el poder activo creativo que eres, es Dios. Él es tu conciencia, y Dios solamente actúa y es. Su nombre por siempre y para siempre es “YO SOY”, por lo tanto, él no puede decir: “Yo seré rico” o “Yo era rico” sino “¡Yo Soy rico!”. Afirma lo que quieres ser consciente del aquí y ahora, y – aunque tu mente racional y tus sentidos lo nieguen – si lo asumes con sentimiento, tu actividad interna, establecida y perpetuada, se objetivará en el mundo exterior – que no es más que tu actividad imaginaria objetivada. Intentar cambiar las circunstancias de tu vida antes de que cambies su actividad imaginaria, es esforzarse en vano. Esto lo sé por experiencia. Yo tenía un amigo que odiaba a Roosevelt y él quería cambiarle. Cada mañana mientras se afeitaba, mi amigo regañaba a Roosevelt. Encontraba una gran alegría y satisfacción en esta rutina diaria, pero a pesar de todo no podía entender por qué Roosevelt permanecía igual. Pero te digo, si quieres que alguien cambie, debes cambiar tu actividad imaginaria, porque es la única y sola causa de tu vida. Y puedes creer cualquier cosa dentro de ti si no aceptas los hechos que te dictan tus sentidos; pues nada es imposible de imaginar, y la imaginación – persistida en tu interior y creída – creará su propia realidad.
Ahora, todas las cosas existen en Dios, y él existe en ti y tú existes en él. Tu cuerpo eterno es la imaginación humana, y eso es Dios mismo. Tu imaginación es, en efecto, un cuerpo en el que todas las cosas están contenidas. Cuando imaginas, la cosa misma sale de ese cuerpo divino, Jehová. La historia de Jesús es un maravilloso misterio que no puede ser resuelto hasta que descubras, desde la experiencia, que él es tu propia maravillosa imaginación humana.
Se nos dijo que Dios habla al hombre en un sueño y se revela a sí mismo en una visión. Ahora, la visión es un sueño despierto como esta habitación, mientras que un sueño ocurre cuando no estás completamente despierto. Hace unos años esta visión fue mía: Fui llevado en espíritu a una de las primeras mansiones en la 5ta Avenida de Nueva York a comienzos de siglo. Cuando entré, vi que tres generaciones estaban presentes y escuché al hombre mayor hablándoles del secreto de su abuelo a los demás. Estas son sus palabras: “El abuelo solía decir, mientras estaba de pie en un solar vacío: 'Recuerdo cuando esto era un solar vacío.' Y entonces describiría una representación verbal de lo que él quería construir allí. Lo veía vívidamente en el ojo de su mente mientras hablaba, y con el tiempo se estableció. Fue por la vida de esa manera, realizando objetivamente lo que primero había afirmado subjetivamente.”
Te digo: todo en tu mundo externo fue primero apropiado subjetivamente, no me importa lo que sea. El deseo puede ser tu solar vacío en el que puedes hallarte, recordando cuando lo que ahora tienes era sólo un deseo. Si ahora digo: “Recuerdo cuando di una conferencia en el Woman's Club de Los Ángeles” estoy dando a entender que yo ya no estoy allí y que estoy donde quiero estar. Recordando cuando eras pobre, te he sacado de la pobreza y te he puesto en la comodidad. Puedo recordar cuando estabas enfermo, al sacarte de la enfermedad y colocarte en el estado de salud. Si recuerdo cuando eras desconocido, eso implica que ahora eres conocido. Cambiando mi recuerdo de la imagen de ti, puedo ahora recordar cuando tú, con toda tu fama y fortuna, eras desconocido y no tenías dinero. Ese era el secreto del éxito del abuelo.
Esto es lo que aprendí en la visión. No dejes de lado este pensamiento pues me vino en una visión. En el 12º capítulo del Libro de los Números se dice que Dios habla al hombre por medio de los sueños y se da a conocer a través de la visión. Si Dios se te da a conocer a través de la visión y te habla en el sueño, ¿qué es más importante que recordar tus sueños y visiones? No puedes comparar el diario de la mañana o cualquier libro que puedas leer, con tu visión de la noche, pues esa es una instrucción de la profundidad de ti mismo.
Dios en ti te habla en un sueño, como lo hizo conmigo cuando me llevó en un viaje en el tiempo a esa mansión hermosamente personalizada en el cambio de siglo. Como espíritu, era invisible a los presentes, pero oía más claramente que ellos, y comprendía las palabras más gráficamente que ellos, porque tenían sus millones; ¿y quién le va a decir a alguien que ya tiene millones cómo obtenerlos? Me introduje en su entorno para conocer su historia, con el fin de compartirla con los que querrán oír y creer mis palabras y luego probarlas.
Esto no quiere decir que, sólo porque has escuchado mi visión vas a disfrutar de la riqueza; debes aplicar lo que has escuchado y recordar cuándo. Si dijeras: “Recuerdo cuando no podía permitirme el lujo de gastar 400 dólares al mes para el alquiler”, estás dando a entender que bien puedes permitírtelo ahora. Las palabras: “Recuerdo cuando era un esfuerzo vivir con mi sueldo mensual”, implica que has trascendido esa limitación. Puedes colocarte en cualquier estado recordando cuándo. Puedes recordar cuando tu amiga expresó su deseo de casarse. Recordando cuando estaba soltera, te estás persuadiendo (convenciendo) de que tu amiga ya no está en ese estado, ya que la has movido de un estado a otro.
Cuando digo que todas las cosas existen en la imaginación humana, me refiero a infinitos estados [de conciencia]; pues todo lo que sería posible de experimentar por ti ahora, existe en ti como un estado del que tú eres su poder operante. Sólo tú puedes hacer que un estado cobre vida. Tienes que entrar en un estado y animarlo a fin de que se plasme (manifieste) en tu mundo. Puedes luego volver a dormirte y creer que el hecho objetivo es más real que su estado subjetivo al cual has entrado; pero te puedo decir: todos los estados existen en la imaginación. Cuando un estado es penetrado subjetivamente, se vuelve objetivo en tu mundo vegetativo, donde tendrá muchos altibajos y desaparecerá; pero su forma eterna permanecerá para siempre, y puede ser reanimado y traído de vuelta a la existencia a través de la semilla del pensamiento contemplativo. Así que te digo: la cosa más creativa en ti es entrar en un estado y creerlo existente.
Ahora, la causalidad es el ensamblaje de estados mentales, que al suceder crea aquello que el ensamblaje implica. Digamos que tengo dos amigos que sentirían empatía conmigo (no confundir con simpatizar) si escucharan mis buenas noticias. Los pongo juntos y escucho (todo en mi imaginación) como hablan de mí y de lo que ha sucedido en mi vida. Siendo verdaderos amigos, escucho sus palabras de alegría y veo su felicidad reflejada en sus caras. Luego me permito hacerme visible a ellos y sentir su apretón de manos y su abrazo mientras acepto sus felicitaciones como un hecho. Ahora he ensamblado un estado mental, que al ocurrir, creó aquello que el ensamblaje implicaba; por lo tanto soy su causa. Mientras camino, creyendo firmemente en la realidad de lo que he hecho, y que ese acto imaginario se convierte en un hecho, puedo cuestionarme sobre la forma en que ocurrió. Entonces, recordando mi acto imaginario diría: “Lo hice”. Si lo hice, entonces ¿no lo hizo Dios? Sí, porque Dios y yo somos el único “YO SOY”.
¿Vas a seguir creyendo que hay otro en el exterior? ¿O vas a creer la gran confesión de fe, que te insto a aceptar? Es el gran Shemá: “Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno”. Si el Señor es uno no puede ser dos; por lo tanto, si su nombre es YO SOY y tú dices “YO SOY”, debes ser uno con el Señor que trajo el mundo a la existencia.
Escucha estas palabras: “Por medio de la fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios, de modo que las cosas que son vistas fueron hechas de cosas que no se veían”. Aquí vemos que la palabra de Dios es una actividad imaginaria que, unida a la fe, creó el mundo. Y la fe no es más que la apropiación subjetiva de una esperanza objetiva. Ahora, cuando hablas de tu deseo conmigo, no puedes ver mi acto imaginario relativo a ti. Si me
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