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El río serio


Enviado por   •  27 de Junio de 2013  •  Ensayos  •  1.776 Palabras (8 Páginas)  •  496 Visitas

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El río serio.

Había una vez un río serio y solitario. No recordaba cuándo, sin duda hacía mucho tiempo, había decidido que no quería aguantar nada ni nadie, y echó de sus aguas a peces, plantas y cualquier otro animal que encontró. Y su vida pasó triste y solitaria durante muchos siglos.

Un día, una niña llegó a la orilla de aquel río con una pequeña pecera circular. Dentro estaba Escamas, su pececito más querido, a quien había decido dejar en libertad porque no podía acompañarle en su viaje a otro país. Cuando Escamas cayó al agua, sintió inmediatamente la soledad de aquel río. Escamas trató de hablar con el río, pero éste, muy serio, sólo le invitó a marcharse. Escamas era un pececillo muy alegre, y no quiso darse por vencido. Preguntó y preguntó, y nadó y nadó, y finalmente comenzó a dar saltitos por el río...

El río, con los saltitos, comenzó a reír, pues le hacían muchas cosquillas, y en poco tiempo se sintió de tan buen humor que comenzó a hablar con Escamas. Casi sin darse cuenta, antes del primer día se habían hecho muy amigos, y el río se pasó toda aquella noche pensando lo divertido que era tener amigos y lo mucho que los había echado de menos. Se preguntaba por qué nunca los tenía, pero no podía recordarlo. A la mañana siguiente, Escamas despertó al río con unos saltitos muy juguetones... y entonces el río recordó por qué había decidido ser un río tan serio: ¡tenía muchísimas cosquillas y no podía soportarlas! Ahora recordaba perfectamente cómo había echado a todo el mundo el día que decidió que ya no iba a aguantar las cosquillas ni un día más. Pero al recordar lo triste y sólo que se había sentido durante años, se dio cuenta de que aunque tuviera sus pequeños inconvenientes, siempre era mejor tener amigos y tratar de estar alegre.

El gallo de Mayo.

Los meses van cayendo del almanaque con la normalidad de todos los años, pero hay uno que siempre es distinto. No importa que vivas en el campo o en la ciudad porque lo que en ese mes ocurre, ocurre en cualquier lugar. Tienes que fijarte, fijarte bien, por eso con todos los detalles te lo explicaré. El día uno de mayo, cuando salgas a la calle, mira al cielo y aunque no haya tormenta ni veas un rayo, piensa que acaba de nacer, como todos los años, el gallo de mayo.

¿Qué misión tiene, o a que viene, tan solo en mayo, éste distinguido gallo? Haga frío o calor, nace cuando las lluvias de invierno se pierden en las montañas y de una pequeña cueva que solo se abre cuando no nieva, sale de su huevo el gallo más presumido de cuantos he conocido.

Dice que trae alegría, buena suerte y mucha comida. Se pasea todo el mes entre nosotros aunque no lo veas, pero yo, sí que me lo he encontrado. Era la tarde de un cuatro de mayo cuando salí a pasear con mi perro que estaba un poco enfadado, estaba con él jugando un partido de fútbol cuando la pelota se metió en unos matorrales, el perro se adentró a buscarla y salió asustado, parecía que había visto al mismísimo diablo. Nos quedamos a tres metros los dos muy quietos. Con un bastón y sombrero de copa, apareció un gallo que nos dio los buenos días y se despidió con un cocorocó que nos dejó helados. Nos fuimos pensando, mi perro y yo, él a su manera y yo deseando llegar a casa para coger cualquier postre de la nevera. A la mañana siguiente me desperté sonriendo, y a la otra, y a la otra.

Sin darme cuenta la suerte me cogió de la mano para no soltarme, por lo menos durante el mes de mayo. También se llenó mi despensa de tanta comida como nunca había visto en mi vida.

Llegó junio y la normalidad apareció, a veces me despertaba bien pero otras de mal humor. Me di cuenta que eso pasaba todos los años y que, distinto al resto de los meses, era para bien, el mes de mayo.

No lo he vuelto a ver, pero algunos días de mayo escucho el cocorocó de un gallo que imagino que será el gallo de mayo. Te darás cuenta cuando cualquier día de ese mes observes que algo en tu vida ha ocurrido, para bien, al revés.

Fin.

El árbol mágico.

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.

Fin.

El bosque encantado.

Había una vez, un bosque bellísimo, con

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