ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

En una zona residencial suburbana México


Enviado por   •  26 de Mayo de 2015  •  Prácticas o problemas  •  3.796 Palabras (16 Páginas)  •  164 Visitas

Página 1 de 16

¿Quién ANDA AHÍ?

En una zona residencial suburbana México

Una sala costosamente equipada; buenos y mullidos muebles, adornos y lámparas,, cuadros originales de pintores atroces, etc. Hay también una recamara con una cama matrimonial con dos retratos al oleó de los dueños, que uno juraría fueron copiados de fotos. Un hombre acostado en la cama en pijama lee un libro y una mujer le habla fuera de escena

DIANA: Amor, ¿ya estás listo?, hoy es jueves y yo ya estoy mas que preparada para una noche de acción (aparece haciendo gestos de coquetería e insinuando sus intenciones),

CARLOS: Mujer estoy cansado hoy tuve muchísimo trabajo

DIANA: ¡Mira Carlos! No seas infeliz que desde hace seis meses que nada mas nada de nada, me traes a pan y agua y yo soy una mujer guapa, atractiva inteligente, sexy y muy necesitada de amor. Así que no me salgas con fregaderas y ponte en modo “amante salvaje” (le dice mientras lo saca a jalones de la cama)

CARLOS: De verdad estoy cansado hoy no, mejor el fin de semana ¿te parece?

DIANA: Hay Carlos me chocas, siempre sacas un pretexto, se me hace que ya no me quieres ¿ya no te parezco bonita?

CARLOS: ¡Esta bien!, pero de verdad ¿quieres que haga todo el numerito que planeaste?

DIANA: ¡Pues claro que quiero tonto! De no ser así no le hubiese dado la noche libre a juventina, así que ándale que empiece el show ( le dice mientras se sienta al filo de la cama )

Carlos comienza a hacer una baile sexy mientras su esposa aplaude y se emociona y justo cuando comienza a quitarse la ropa se cae y grita de dolor por haberse lesionado el brazo y la pierna

CARLOS: ¡Ya vez! Por andar haciéndole caso a tus fantasías lo que me paso,

DIANA: No seas llorón ni te paso nada (le dice mientras le ayuda a ponerse de pie y le da unos golpecitos en la espalda)

CARLOS: ¡Cuidado tonta! Me lastimas

DIANA: Ven, vamos al baño a que te revise (le dice mientras ambos se dirigen al “baño” y salen de escena.

Mientras tanto se ve como un ladrón se escabulle por la puerta principal y comienza a revisar y a meter cosas a un saco, de repente tira algunos objetos que ocasionan ruido, el ladrón asustado se esconde detrás de unas cortinas. Diana y Carlos salen de la habitación y diana intrigada se dirige a la sala.

DIANA: ¿Quién anda ahí?

CARLOS: Torpe. Te van a contestar en seguida.

DIANA: Ese ruido no fue normal

CARLOS: Se habrá metido un gato

DIANA: ¿Por dónde?

CARLOS: Por la ventana. Ven a acostarte.

DIANA: ¿La dejaste abierta?

CARLOS: N… no .

DIANA: ¿Entonces cómo va a meterse un gato?

CARLOS: Tal vez si la dejé abierta, por el humo. Quemaste tu dichosa cena romántica ¿no?

DIANA: Ah, dejaste abierto. Pues ya se metió un ladrón

CARLOS. ¿Cuál ladrón, cual ladrón? ¿Estás loca!

(Abajo hay un ruido de objetos metálicos. Ahora también se asoma Carlos. Un silencio)

¿Quién anda ahí?

DIANA: A ti si te van a contestar, en seguida. Anda pregúntales otra vez.

CARLOS: Cállate… Hay que bajar a ver. Ayúdame. Toma tú la pistola.

DIANA: Y a mí ¿Por qué me la das?

CARLOS: ¿Con qué mano quieres que la agarre?

DIANA: Está bien. Siempre hallas pretexto para echarme encima las responsabilidades.

(Toma el arma con mucha torpeza) Baja tú por delante.

CARLOS: Baja tú por si me caigo. Así, me detengo contigo.

DIANA: Y así los dos rodamos la escalera y ya en el suelo que nos degüellen. Baja tú.

CARLOS: Miedosa

DIANA: Miedoso tu

Carlos da una rápida revisión al lugar sin poner mucha atención en algunos sitios

CARLOS: ¿Ya ves? No hay nadie

DIANA: (ve hacía afuera) ¡Jesús!

CARLOS: ¿Qué cosa?

DIANA: Abrieron todos los cajones del comedor (sale, desde fuera) ¡Y se llevaron los cubiertos!

CARLOS: ¿Los de plata?

Diana Los de plata y los otros ¡Todos!. (Entra llorosa) Ay, mis cubiertitos. Ya me dieron ganas de llorar. Mira…

CARLOS: ¿Qué?

DIANA: La tele

CARLOS: ¿Dónde está?

DIANA: No está

CARLOS: ¡LA tele!

DIANA: ¡Sí, se llevaron la tele!

CARLOS: ¡No está!

DIANA: ¡Ay, la tele!

CARLOS: ¡Chin la tele!

(BUSCAN EN TORNO.)

DIANA: Claro que no está ¿Ves como si eran ladrones? Te lo dije.

CARLOS: ¿Y qué y qué y qué, que me dijeras? Cuando empezaste a chillar ya se habían llevado todo. Además si no fuera porque andabas de ganosa y pervertida igual y no se hubieran llevado la tele mensa.

DIANA: Ay, sí, en seguida. Si te hubieras asomado cuando te dije.

CARLOS. Te hubieras asomado tú ¿no ves como estoy?

DIANA: Tú eres el hombre. Yo soy mujer indefensa, frágil y muy bella me pudieron haber hecho un sin número de cosas

(UNA EXCLAMACIÓN. QUEDA TIESA)

CARLOS: ¿Qué? ¿Qué más se llevaron?

DIANA: (ASPIRANDO)

¡Iiiii! CARLOS: ¿Iiii? Habla claro Diana

DIANA: ¡Iiiii!

CARLOS: ¿Qué cosa?

DIANA: Un bulto en la cortina. Y ya se movió.

CARLOS: (ASUSTADÍSIMO) Ha de ser el aire. Vámonos a dormir

DIANA: ¡Allí hay unos pies! ¡Salga de ahí o le disparo! Le estoy apuntando, salga.

CARLOS: Que no hay nadie. No seas necia, vámonos a la cama.

DIANA: Jala la cortina o te disparo a ti ¡Mira las patotas! ¿No las ves?

CARLOS: (renuente) ¿Esas? ¿Esas patotas?

DIANA: ¡Esas!

CARLOS: Parecen patas.

DIANA: Al-za-la-

(CARLOS ALZA LA CORTINA Y DETRÁS ESTÁ EL LADRÓN, CON UN COSTAL LLENO Y LA TELE JUNTO. ES UN, PELUDO, DE UNOS 40 AÑOS. CHILLIDO DE DIANA, QUE ESPANTA AL LADRÓN. CARLOS DEJA CAER LA CORTINA).

CARLOS: Hay que hablarle a la patrulla.

DIANA: Háblales. Yo le apunto. Cero siete. ¡No se vaya a salir por la ventana!

CARLOS: Está cerrada

DIANA: Corre la cortina para ver lo que hace.

CARLOS: Yo estoy hablando por teléfono.

DIANA: Córrela tú y yo hablo.

CARLOS: Tú, tienes la pistola

DIANA: (Enojada) Está bien (VA Y ABRE LA CORTINA JALANDO LOS CORDONES)

Quítese de allí, ande para adentro sinvergüenza. A ver ¿cómo no trabaja? Tan grandote y tan ladrón.

CARLOS: ¿Y tú estabas segura que los ladrones deben ser niños de preescolar verdad?

DIANA: ¡Ay, que gracioso!

CARLOS: Señor, ¿es la patrulla? tenemos un niño en la casa ¡Un ladrón, un ladrón! Es que estoy nervioso. Por favor, vengan a llevárselo. Lo pescamos cargado de cosas y aquí lo tenemos. Sí, le apuntamos con la pistola, está quieto.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (23 Kb)  
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com