Eslabones De La Evaluacion
gabo_209929 de Enero de 2015
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ESLABONES DE LA EVALUACIÓN
La evaluación es la acción de estimar, apreciar, calcular o señalar el valor de algo.
La evaluación es la determinación sistemática del mérito, el valor y el significado de algo o alguien en función de unos criterios respecto a un conjunto de normas. La evaluación a menudo se usa para caracterizar y evaluar temas de interés en una amplia gama de las empresas humanas, incluyendo las artes, la educación, la justicia, la salud, las fundaciones y organizaciones sin fines de lucro, los gobiernos y otros servicios humanos.
El concepto evaluación para algunos aparece en el siglo XIX con el proceso de industrialización que se produjo en Estados Unidos En este marco surge el moderno discurso científico en el campo de la educación, que va a incorporar términos tales como tecnología de la educación, diseño curricular, objetivos de aprendizaje o evaluación educativa. Para otros autores la concepción aparece con los mismos comienzos de la sociedad la cual siempre ha buscado dar juicios de valor a las acciones y actitudes de los estudiantes. La evaluación como disciplina ha sufrido profundas transformaciones conceptuales y funcionales a lo largo de la historia y especialmente en el siglo XX y XXI.
Pero quien tradicionalmente es considerado como el padre de la evaluación educativa es Tyler[1] por ser el primero en dar una visión metódica de la misma, superando desde el conductismo, plantea la necesidad de una evaluación científica que sirva para perfeccionar la calidad de la educación. La evaluación como tal desde esta perspectiva ya no es una simple medición por que supone un juicio de valor sobre la información recogida.
Cómo evaluar?
Ni la evaluación ni la calificación pueden depender de un solo instrumento o técnica de evaluación porque de esta manera únicamente se mide un tipo de aprendizaje. Si en el plan de trabajo el profesor diseña diferentes objetivos se deben medir los aprendizajes logrados en cada uno de ellos por medio de la técnica que le corresponda. Todo esfuerzo realizado por el alumno durante el curso como resultado de las actividades de aprendizaje debe ser parte de la evaluación.
Los criterios para calificar deben decidirse por el profesor con base en su estilo personal de enseñanza y en su plan de trabajo. Los que se designen a la calificación serán los porcentajes de valor que se establezca a cada resultado de la actividad realizada y a su resultado final, por ejemplo: el portafolio 30%, la observación 20%, la entrevista 10%, actividad en clase 20%, etc. Se tomara en cuenta tanto la exactitud del resultado final como el proceso que siguió el alumno para obtenerlo.
La evaluación tiene dos objetivos principales: analizar y observar cómo se han cumplido los objetivos para detectar posibles fallas en el proceso y superarlas y, el segundo, propiciar la reflexión de los alumnos en torno a su propio proceso de aprendizaje (meta cognición). Para lograr estos objetivos la evaluación debe ser participativa –que los alumnos participen en ella. Completa –debe abarcar todos los pasos importantes del proceso enseñanza–aprendizaje. Continua –a lo largo del curso– no debe dejarse para el final del mismo.
Es fundamental considerar que la evaluación es un proceso de aprendizaje tanto para los alumnos como para los profesores y la institución.
En la actualidad existen múltiples alternativas de evaluación. Cualquier decisión debe sustentarse en el enfoque educativo, el tema, la finalidad, el alumno y el estilo de enseñanza del profesor.
Una de las etapas del proceso de educación, y quizá una de las importantes se refiere a la evaluación, la cual va a ser la que mida los avances y las carencias de aprendizaje que se tenga por parte de los estudiantes, aunque conviene definir que es evaluación.
La evaluación se está imponiendo cada vez más especialmente en las instituciones. Se evalúa a las personas, las acciones, los programas, los centros o los sistemas, para determinar e instrumentar medidas que mejoren lo evaluado. (Rueda Beltrán, Mario y Díaz Barriga, F. 2002.).
“Proceso científico que utiliza instrumentos cuantitativos y cualitativos; toma en cuenta registros, observaciones de conducta y trabajo del alumno” (López, 1992).
“Proceso para obtener información útil, con el fin de formular juicios de valor y a la vez servir de guía para la toma de decisiones”. (Doménech, F. 1999).
“el estudio del proceso de aprendizaje en un curso, un taller, un seminario, etc. con el fin de caracterizar los aspectos más sobresalientes del mismo y, a la vez los obstáculos que hay que enfrentar” Morán Oviedo (2003)
De acuerdo a los autores antes mencionados definimos la evaluación como un proceso sistemático integral, donde se obtendrá información de los aspectos más sobresalientes,
Los objetivos constituyen la previsión de lo que se espera que los alumnos consigan al terminar los diversos momentos del proceso de aprendizaje. La formulación de los objetivos es una de las tareas más importantes que hay que realizar en el proceso de planificación de un curso. Los objetivos cumplen las siguientes funciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje: Orientan y dan intencionalidad al proceso educativo, guían el trabajo del profesor, indican a los alumnos lo que se pretende de ellos. Proveen criterios para evaluar los resultados de los alumnos y del profesor
Establecer secuencia con la evaluación exige reflexionar conjuntamente sobre los objetivos y contenidos. Es necesario revisar las capacidades que aparecen en los objetivos establecidos para el conjunto de los niveles educativos e ir decidiendo cuales deben trabajarse en cada nivel y en qué medida. La metodología constituye el conjunto de normas y decisiones que organizan de forma global, la acción didáctica en el aula: papel que juegan alumnos y profesores, utilización de medios y recursos, tipos de actividades, organización de los tiempos y espacios, agrupamiento, secuenciación y tipos de tareas, etc.
Parece demostrado que metodologías diversas puedan ser capaces de desarrollar similares intenciones educativas. Las concreciones metodológicas propias de cada área serán desarrolladas a partir de los siguientes principios de carácter general, los aprendizajes deben adaptarse, en la mayor medida posible, a las características individuales de los alumnos, a sus necesidades e intereses, este enfoque metodológico supone, en la práctica, la adopción de una serie de principios metodológicos y estrategias didácticas, donde se debe de partir de la situación real de aprendizaje de cada alumno, diagnosticada de modo efectivo a partir de una evaluación inicial se debe considerar evaluar la propia práctica docente y contrastarla con las necesidades educativas de los alumnos, se tiene que llegar a flexibilizar y reorganizar todos aquellos elementos del proceso didáctico -objetivos, contenidos, criterios de evaluación, metodologías, espacios, materiales, organización del aula-, susceptibles de una adaptación a las necesidades educativas de los alumnos, además de tener en cuenta las circunstancias sociales, familiares y escolares de cada alumno, para conocerlas se hace precisa una adecuada actividad de tutoría y orientación, así como el trabajo coordinado de las diversas juntas de profesores, se debe propiciar y crear el clima más adecuado de diálogo, comunicación y confianza mutua entre los alumnos y sus familias, por un lado, y los profesores, por otro.
Tipos y Momentos de la evaluación
El proceso evaluador es único, tiene diferentes fases o momentos en que se desarrollan a lo largo del mismo, en donde determinamos que existen tres tipos de evaluación: inicial, formativa y sumativa.
a) Inicial, predictiva o de diagnóstico, es la evaluación que nos permite evidenciar que tanto se sabe por parte del estudiante y se parte de allí en el proceso enseñanza, en donde se van a adecuar métodos o estrategias de enseñanza al nivel que posee cada estudiante.
Características:
• Se aplica al inicio del proceso educativo
• Se identifican los puntos débiles del estudiante, para sí adaptar nuestros métodos a la necesidad de cada estudiante.
• Solo se conoce el nivel que tiene cada estudiante antes de iniciar el proceso.
b) formativa, tiene como finalidad principal conseguir el perfeccionamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje en un momento en el que todavía puede producirse. Por tanto, deberá aplicarse a través del desarrollo del propio proceso didáctico. No puede equipararse la evaluación formativa con las pruebas realizadas a la finalización de cada unidad didáctica, porque en este caso se trata de evaluaciones sumativas, cuyo objetivo básico es comprobar a posteriori los aprendizajes adquiridos. La evaluación formativa tiene que ver más con los procesos de aprendizaje que con los productos del mismo.
Al igual que hicimos anteriormente en relación con la evaluación inicial, podríamos preguntarnos en relación con la evaluación formativa de los alumnos: ¿qué evaluar?. Las respuestas a esta pregunta en el ámbito de la educación a distancia de personas adultas serían las siguientes:
Las características específicas de la educación a distancia dificultan la contestación a la siguiente pregunta relacionada con la evaluación formativa de los alumnos:
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