ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Federalismo


Enviado por   •  17 de Julio de 2015  •  2.251 Palabras (10 Páginas)  •  177 Visitas

Página 1 de 10

• La soberanía es un concepto que se define en torno al poder y se comprende como aquella facultad que posee cada estado de ejercer el poder sobre su sistema de gobierno, su territorio y su población. Lo anterior hace que, en materia interna, un estado, junto a la autoridad en ejercicio, sean los que se encuentran por sobre cualquier otra entidad.

• El Poder Constituyente es el que ejerce el pueblo en un acto soberano, donde el conjunto de la ciudadanía legitima ese acto, en el que expresa su voluntad política. Es el acto constituyente por el cual el pueblo se da una Constitución, como Ley Suprema y Código Político de la Nación, organizando el Estado, por medio del cual surgen los poderes constituidos, o Poderes Constituyentes derivados: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, y se reconocen los derechos de sus habitantes.

• CONSTITUIDO: Es limitado, porque está sujeto a las condiciones que establezca la Constitución, ya que solo tiene la potestad, para aprobar la enmienda o reforma de la Constitución, según el procedimiento ya preestablecido en la misma.

Los temas cuyo tratamiento abordaremos en el presente capítulo se vinculan estrecha e inseparablemente a la conceptuación que han elaborado las múltiples teorías que acerca del Estado nos brinda el pensamiento jurídico político y filosófico. No es posible, en efecto imaginarse al Estado ni concebir su implicación o consistencia sin los conceptos de "soberanía", “poder constituyente" y “poder público". Entre la idea de Estado y dichos conceptos hay una especie de simbiosis intelectiva, en el sentido de que entre una y otros existe una interrelación lógicamente inextricable. Si se analizan las diversas teorías que las corrientes idealista y realista han formulado en torno a la pregunta "que es el Estado", se advertirá fácilmente que en su enunciación y desarrollo se manejan con empleo constante e imprescindible los referidos conceptos cuya explicación constituye el contenido de este capítulo, toda vez que estén involucrados necesariamente en la idea de Estado, misma que sin ellos, no podría postularse.

Aun en el supuesto hipotético no admitido de que el concepto de Estado fuese ajeno e independiente de las ideas de "soberanía" y de "poder constituyente", no es, empero, imaginable ningún Estado sin poder público. En efecto, el Estado se presenta, prima facie, en la fenomenología de la vida social a través de múltiples hechos cuya percepción no escapa a ninguna inteligencia. Su existencia, primariamente, se advierte por medio de los sentidos como dato que nos ofrece una variada gama de relaciones que se dan en la comunidad

Humana. Sentimos al Estado en una diversidad de actos del poder público y esta sensación origina que se le identifique con el gobierno o inclusive con algunos órganos de autoridad o funcionarios en especial.

Sobre esta percepción prístina del Estado, Luis Recaséns Siches afirma: "A primera vista parece como si la realidad del Estado fuese algo notorio, y, sin embargo, cuando tratamos de determinarla, de un modo riguroso, se nos antoja confusa y con perfiles huidizos. Encontramos al Estado formando parte de nuestra vida y nos encontramos nosotros formando parte del Estado. Prácticamente nos referimos a él; lo sentimos gravitar sobre nosotros imponiéndonos exigencias; nos enrolamos a veces a su servicio con entusiasmo; otras, lo sentimos como obstáculo para nuestros deseos; sabemos que sin él la vida nos sería imposible o por lo menos muy difícil, pero también en ocasiones llega hasta exigimos el sacrificio de la vida; en la medida en que hacemos política, nos afanamos para conseguir que sea de un determinado modo; nos hallamos como ingredientes de él; lo consideramos como una magnitud transindividual; no lo hemos percibido en su auténtico y total ser, pero lo vemos actuando en manifestaciones varias, como actividad legislativa, como administración, como ejército, como policía, etc.; nos parece simbolizado en un escudo, en una bandera, en un himno; nos dirigimos a él pidiéndole que haga determinadas cosas; y también nos enfrentamos a él en demanda de que no haga, de que se abstenga, de que nos deje en libertad de realizar nuestros quehaceres propios e individuales, que no quisiéramos ver violados por su intervención. Y, sin embargo, a pesar de ser el Estado cosa tan próxima a nosotros, con el que estamos en trato tan constante, cuando tratamos de apresar su esencia, de determinar su ser, de encerrarlo en un concepto unitario, se nos escapa: vacilan todas las representaciones que del mismo nos habíamos formado.”

La realización positiva de múltiples actos de autoridad o del poder público nos lleva al conocimiento de que el Estado es una realidad que el pensamiento jurídico y político de todos los tiempos se ha empeñado en captar y en describir científicamente mediante un conjunto de construcciones lógicas y deontológicas que integran diversas teorías.

A este respecto, el autor citado asevera: "Aparte del conocimiento aproximado que tenemos del Estado en el trato cotidiano con él, la mente humana se ha planteado con respecto al mismo diversos interrogantes. Por una parte ha habido pensadores que se han preguntado acerca de cuáles sean los medios más eficaces para dominar la vida del Estado y conseguir en él un influjo decisivo, es decir, que se han preocupado de lo que podría llamarse preparación para la carrera política, del adoctrinamiento para el éxito político, de la técnica que permita apoderarse de los resortes del Estado y manejarlos con efectivo dominio. De esto se han preocupado los sofistas, Maquiavelo, etc.; y como quisiera que para manejar una cosa se precisa un cierto conocimiento de ella, de aquí que en tales estudios se contenga mucho de interesante acerca de algunos aspectos de la realidad del Estado y de su funcionamiento. Otros pensadores enfocaron preferentemente el problema hacia el ideal del Estado. Puesto que el Estado se halla regido por

Hombres, ¿cómo deben éstos hacerlo, configurarlo, organizarlo, dirigirlo? O dicho con otras palabras, ¿cómo debe ser un Estado para que cumpla con su idea ¿Cuál es el tipo de Estado mejor? ¿Cómo un Estado será aquello que debe ser ¿Cuáles son los principios éticos que deben inspirarlo y a la luz de los cual se justifique? Este es el tema fundamental que se ha planteado el pensamiento filosófico en Platón y, en general, en toda la doctrina de la antigüedad clásica lo mismo que en la teoría de la Escolástica y en los más destacados autores modernos: Locke, Rousseau, etc. Pero aparte de la apetencia pragmática de encontrar una técnica que habilite para dominar

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (14.2 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com