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Historia Del Pensamiento Social

fabicuello29 de Junio de 2015

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HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOCIAL

Texto skliar “Y si el otro no estuviera allí”

1. El autor reflexiona sobre recursos herramientas y mecanismos para construir una otredad: Cuales serían y que se entiende por mismidad?

2. ¿Cómo usamos hoy, más allá del proceso de colonización, estos mecanismos?

1. Otredad: El tema del “Otro”, el ajeno, el diferente, el extranjero, siempre generó conflictos más o menos graves en la historia de la humanidad y pocas propuestas de resolución. En la medida que el Otro cuestiona por similitud o por diferencia, la identidad en la cual se sostiene el sujeto, ese cuestionamiento hace tambalear esa construcción precaria y, por esa razón, ese ajeno se convierte en un enemigo, un contrincante, un rival o un indeseable, según sea la posición en que se ubica o es ubicado.

Pero la concepción del Otro, no se basa en las diferencias, sino en su excepcionalidad. Dicho de modo, el Otro, más que constituirse en una identidad deficiente para el que lo percibe, debe ser execepcional. Considerar al Otro en su excepcionalidad, propone excluir la familiaridad, que el puede suscitar en relación al si mismo, familiaridad que genera relaciones donde lo extraño, lo extranjero se presentan como un obstáculo. Un Otro excepcional, antes de suscitar "tolerancia", simplemente sorprende, seduce. El carácter de novedad y sorpresa que suscita la identidad del Otro es directamente proporcional a una identidad excepcional, así como las diferencias solo provocan tolerancia. 7 La tolerancia mira al Otro de lejos y con vacilación, la sorpresa genera un sentimiento que incluye el exotismo y la excepcionalidad del Otro y es pura proximidad con el

la identidad se puede definir como un atributo individual que responde a tres necesidades de lo humano: ÿ La necesidad que tiene el sujeto de percibirse como una totalidad. ÿ La requerimiento de que esa totalidad tenga una continuidad, esto es, ser “uno mismo” a través del tiempo. ÿ La exigencia de que esta unidad sea reconocida por el contexto social, lo que se denomina mismidad. La identidad se construye a partir de la confrontación del ideal del yo individual y del ideal social. Por esa causa, el proceso de construcción de sentido que le da origen está íntimamente relacionado con los valores, principios y cultura del ambiente y es, indudablemente, una construcción social. En otras palabras, la identidad no es sólo el resultado de una definición personal, sino que incluye, ya sea por aceptación o rechazo, una ”carga” que las diferentes instituciones por las que transita el individuo a lo largo de su vida, depositan sobre él. En la difícil lucha que debe realizar el sujeto para conservar esa construcción que lo identifica, surge la figura del Otro, el alter, el ajeno, que cuestiona por similitud o por diferencia esa construcción en la cual se apoya el psiquismo. El diferente, extraño, ajeno, hace tambalear esa construcción precaria de es la identidad y, por esa razón, ese se convierte en un enemigo, un contrincante, un rival o un indeseable, según la posición en que se ubica o es ubicado La cultura occidental, y en particular la modernidad, ha considerado al sujeto, en su individualidad como medida de lo humano. Esa es una de las causas por la cual resulta difícil para el individuo aceptar al diferente, ya que la identificación con ese portador de notables diferencias, se hace riesgosa, en 3 la medida que esta ajenidad, implica modificar la propia identidad erigida en ideal del sujeto y de la cultura de pertenencia. De alguna manera, toda cultura es el resultado histórico de múltiples confrontaciones que tratan de clasificar, nominar y ordenar el mundo de las identidades. Como ya se señaló la mirada del Otro, ubica al sujeto en un lugar que éste puede aceptar o rechazar, pero no puede evitar. El enfrentamiento entre los sujeto y los Otro, ha producido históricamente, un sin fin de situaciones catastróficas y vergonzantes para la especie.

2. Mismidad: Hace referencia a la construcción del otro, pero no solo en el discurso sino que se vea reflejado en la práctica, y eso se puede lograr únicamente reconociendo al otro. Pero el primer paso sería entendiendo la condición de uno mismo como sujeto, teniendo claro cuál es nuestra propia identidad tener un sentido de aceptación con nuestras virtudes y defectos, y no querer ser lo que no somos y jamás seremos. Es decir, una explicación sobre la construcción del otro en un espacio que se manifiesta como una diferencia radical en relación a la mismidad. Un otro maléfico y un maléfico otro, cuya alteridad está localizada, detenida, en un espacio fijo y negativo. La historia y la propia construcción social se ha encargado de crear protagonistas o personajes buenos, perfectos, sanos, cultos, bondadosos, con morales, ricos, guapos, fuertes, con una caracterización divina o heroica, pero quienes no presentan esas características han sido excluidos, como lo ejemplifica (Capítulo I de Carlos Skliar) la mujer bárbara deficiente de una raza sojuzgada. Es el otro del mal y el propio origen del mal: la explicación de todo conflicto, la misma negatividad de la cultura; el otro es, en síntesis, aquel espacio que no somos, que no deseamos ser, que nunca fuimos y nunca seremos.

Texto Argumedo

1. Encontrar la definición de matriz de pensamiento

2. Característica de la matriz de América Latina

3. Características de las líneas oligárquica y popular.

1. Las vertientes del pensamiento latinoamericano exhiben diversas influencias, entrecruzamientos y mutaciones ideológicas en combinación con el entramado original, que permitan establecer en cada una de ellas diferentes puntos de continuidad y ruptura, intercambios y antagonismos. Esta matriz autónoma latinoamericana es de orientación popular y nacional, que en los más diversos períodos ha mostrado una ferviente necesidad de desterrar los mecanismos del dominio imperial europeo, de plantear reivindicaciones nacionales y sociales, de defender las identidades, la soberanía y la dignidad de sus pueblos, despreciando las principales expresiones ideológicas del occidente central. pero en profundidad de análisis debe reconocerse que en estas tierras la historia de las mayorías sociales no han sido forjadas a ciegas sin fundamentos o interpretaciones propias.

En cada etapa han existido en América intelectuales y políticos con una formación equivalente a las élites ilustradas europeas. Fueron capaces de exponer sus ideas en todo tiempo, con un significativo nivel de articulación, aún cuando hubiese sido màs fácil copiar a Locke, Montesquiv, David Ricardo, Adam Smith, Marx, Lenin, etc.

Genuinamente podemos decir que nos encontramos frente a una mixtura sin contenidos esenciales ni fronteras, o sin experiencias no procesadas, o frente a un activismo ciego y necio, sin razón.

Cada suceso que ocurrió en América provocado por los europeos, fueron comprendidos, matizados y procesados dentro de las redes de la propia matriz americana.

3. La vertiente oligárquica es de influencia europea, la ilustrada, la superior en cuanto a la raza o religión, al orden, a los ideales económicos, a la cultura, a las costumbres, a la evangelizada, a la socialmente civilizada.

La vertiente popular en cambio señalaba como preponderante a las mayorías sociales, a los trabajadores, a la idea de libertad humana, a la autodeterminación, a la existencia del derecho a la vida, a la identidad de los pueblos originarios y su conservación, a la unidad de América Latina, a la necesidad de encontrar fuentes de unión entre sus culturas para desarticular las ideas de diferencias sociales y étnicas para encolumnarlas en una sola idea de voluntad de conseguir la autonomía, la justicia social, de solidaridad, de libre elección de sus autoridades y de una idea de sistema colectivo de producción de la tierra y justa distribución de sus frutos económicos.

Civilización y Barbarie: TEXTOS DE SVAMPA (introducción y capìtulo 1 ) y SARMIENTO

1. Ahondar en los usos del término

2. Los vínculos entre funciones sociales y políticas

3. La idea auto y heteroreferencial

4. Pensar las funciones que cumple este par dicotómico

5. Conceptos asociados

6. Vínculos con matrices de pensamiento

1. Sarmiento escribió el libro “Civilización o Barbarie” estando exiliado en Chile en 1845, suerte de matriz que parece sostener las recreaciones posteriores acerca del tema de la Argentina “dividida”. “Civilización y barbarie” que recorre y vertebra el libro supo, como ninguna otra, sintetizar las dicotomías anteriores, así como inaugurar un nuevo período en el cual ella fue puesta al servicio de la legitimación de un nuevo orden. Su reactivación posterior en el campo político, así como el trabajo de recreación constante en el terreno de la cultura, de manera directa o más sutil, le han dado una persistencia innegable, sin que por ello sea posible afirmar su presencia continua en ambos campos.

2. Sarmiento pensaba que el gran problema de la Argentina era el dilema entre la civilización y la barbarie. Como muchos pensadores de su época, entendía que la civilización se identificaba con la ciudad, con lo urbano, lo que estaba en contacto con lo europeo, o sea lo que para ellos era el progreso. La barbarie, por el contrario, era el campo, lo rural, el atraso, el indio y el gaucho. Este dilema, según él, sólo podía resolverse con el triunfo de la

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