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JUEGO DE PRENDAS


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2014  •  Tesis  •  1.272 Palabras (6 Páginas)  •  157 Visitas

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19.-JUEGO DE PRENDAS

Esto ocurrió a principios del verano de 1922. En la colonia se había dejado ya de hablar del delito de Prijodko. Fuertemente apaleado por los colonos, Prijodko había tenido que guardar cama mucho tiempo y nosotros no le atosigamos con ninguna clase de preguntas. De pasada supe que no había nada de extraordinario en sus hazañas.

De todas maneras, los continuos malentendidos desasosegaban. A ello se sumaron también las relaciones hostiles con las autoridades rurales. Luká Semiónovich, que nos había cedido la tierra de los Trepke, no renunciaba a la esperanza de expulsarnos de la segunda colonia y gestionaba incansablemente la cesión del molino y de toda la hacienda de los Trepke al Soviet rural para instalar allí, según él decía, una escuela

20.-SOBRE LO VIVO Y LO MUERTO

En la primavera las cuestiones del material de trabajo nos colocaron entre la espada y la pared. El Malish y la Banditka no servían para nada: con ellos era imposible trabajar. Todos los días, desde por la mañana, Kalina Ivánovich pronunciaba en la cuadra discursos contrarrevolucionarios, acusando al Poder soviético de desorden y de implacabilidad en el trato de los animales.

Brátchenko se atenía a una línea recta. Quería a los caballos simplemente por ser caballos vivos, y cualquier trabajo superfluo cargado sobre los lomos de sus favoritos le indignaba y ofendía. Contra toda suerte de súplicas y de reproches tenía siempre de reserva un argumento contundente.

21.-UNOS VIEJOS DAÑINOS

Era deliciosa la colonia en las noches de verano. Amplio y dulce, extendíase el cielo palpitante de vida; en el crepúsculo se diluía el lindero del bosque; las siluetas de los girasoles al borde de las huertas reposaban después de la ardorosa jornada, y en los difusos contornos del anochecer se perdía la fresca y profunda pendiente que llevaba hacia el lago. En la terracilla de alguna casa había gente sentada, y, aunque se oía su diálogo incoherente, era difícil precisar quiénes eran y cuántos.

Entre los arbustos del viejo jardín se escucha la risa en explosiones de Olia Vóronova, le contesta como un eco la voz abaritonada y burlona de Burún, y luego nuevas risas, pero ahora ya no sólo de Olia, sino de todo un coro femenil, y después Burún echa a correr hacia el prado sujetando la gorra toda arrugada, y tras él un abigarrado y alegre tropel de muchachas.

22.-AMPUTACIÓN

Los muchachos no cumplieron su palabra. Ni Karabánov, ni Mitiaguin, ni los demás componentes del grupo cesaron sus incursiones por los sandiares ni sus atentados a las cuevas y las despensas de los campesinos. Por último, organizaron una empresa nueva, extraordinariamente complicada, que culminó en una verdadera cacofonía de cosas agradables y desagradables.

Una noche irrumpieron en el colmenar de Luká Semiónovich y se llevaron de él dos colmenas con la miel y las abejas. Los muchachos trajeron de noche las colmenas a la colonia y las instalaron en el taller de zapatería, que entonces no funcionaba. Para conmemorar el triunfo, celebraron un banquete, al que asistieron numerosos colonos. El propio Leshi tuvo que recurrir a la ayuda de Ekaterina Grigórievna.

23.-SEMILLAS DE CALIDAD

Coincidiendo con el final del otoño, empezó en la colonia un período sombrío: el más sombrío de toda nuestra historia. La expulsión de Karabánov y Mitiaguin resultó una operación en extremo dolorosa. El hecho de haber sido expulsados los muchachos más destacados, que hasta entonces habían ejercido la mayor influencia sobre la colonia, privó a los colonos de una buena orientación.

Tanto Karabánov como Mitiaguin eran excelentes trabajadores. Karabánov sabía entregarse al trabajo con ímpetu y pasión, sabía encontrar alegría en el trabajo y transmitírsela a los demás. Chispas de energía y de inspiración irradiaban literalmente de sus manos. No hacía más que gruñir de tarde en tarde contra los haraganes y los flojos, pero eso bastaba para avergonzar al vago más declarado.

24.-EL CALVARIO DE SEMIÓN

Shere

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