Juan Darién Horacio Quiroga

Juan Darién

Horacio Quiroga

Este cuento se trata de tigre que se crio y educo con los hombres, su nombre era Juan Darién.

Una mujer viuda que había perdido a su hijo por la viruela, vio a un tigre desamparado que entraba por la puerta de su casa, la viuda lo tomo por sus brazos y lo amamanto como si fuera su hijo. Después un hombre pasaba por la casa y al escuchar un gemido se metió, la viuda se alarmo y fue a esconder al tigre, pero en eso se encontró con una víbora que le dijo que no tuviera miedo que convertiría al tigre en un ser humano. Pasó el tiempo y le pusieron como nombre Juan Darién; era un niño muy listo, noble, iba a la escuela. Un día en la escuela fue un inspector y sospecho de Juan Darién que era un tigre, comenzó a hacerle preguntas y se dio cuenta que sus sospechas eran ciertas, y dijo que debían matarlo. El pueblo enfurecido llamó al domador de fieras y Juan Darién fue martirizado arrojado a la fieras, fue apedreado, le dieron latigazos así se convirtió en un tigre agonizante. Para sorpresa del pueblo el tigre no murió, se refugió se curó las heridas y busco al domador al cual le hizo lo mismo que él le había hecho, este pidió perdón a Juan Darién pero el negó su nombre pues esto era lo único que le unía a su pasado. Se encamino al pueblo, seguido por los tigres sin darse cuenta. Se detuvo ante un pobre y triste jardín, salto la pared, y pasando al costado de muchas cruces y lapidas, fue a detenerse ante un pedazo de tierra sin ningún adorno, donde estaba enterrada la mujer a quien había llamado madre ocho años. Se arrodillo y dijo ¡Madre!... tu sola supiste, entre todos los hombres, los sagrados derechos de la vida de todos los seres del Universo. Tu sola comprendiste que el hombre y el tigre se diferencian únicamente por el corazón, y tú me enseñaste amar y a comprender a perdonar.

Volvió con sus hermanos a la selva y les dijo ¡Los hombres están cazando, matando, degollando! Volviendo hacia el pueblo que iluminaba el reflejo de la selva encendida, exclamo: ¡Raza sin redención! ¡Ahora me toca a mí!. Y retomando a la tumba en que acaba de orar, arrancándose de un manotón la vende de la herida y escribió en la cruz con su propia sangre que aún no sanaba escribió en grande y debajo del nombre de su madre: Juan Darién.

¡Ya estamos en paz! Regresando con sus hermanos dijo: ¡ahora a la selva! Y ¡tigre para siempre!

Huitzilopoxtli

Rubén Darío

La lectura de Huitzilopoxtli trata de un padre (Coronel Reguera), un estadounidense (Mr. Perhaps) y un hombre (narrador-reportero) que estaba en México en la época de la revolución, en ésta época el hombre le pregunta la padre que si en México todavía seguían pasando las mismas cosas que ocurrían antes de la colonización española, el padre no le quiso contestar. Ellos iban en unas mulas y Mr. Perhaps se adelantó, entonces empezaron a platicar el hombre y el padre sobre la religión y las creencias de los indios y las cosas que estaban pasando en México. Después de un tiempo Mr. Perhaps ya se había perdido entre la selva, entonces el hombre y el padre empezaron a beber alcohol diciendo que aquí en México no se había podido esclavizar las divinidades de antes con la fe cristiana y los diablos de esta tierra se muestran más.

Entonces el padre y el hombre se quedaron a dormir en una arboleda en donde el hombre le pidió un tabaco  al padre pero él le dio marihuana, entonces el empezó a oír un quejido, ya después de fumar la marihuana luego unos aullidos, entonces se levantó agarró la pistola y fue a donde provenían los aullidos, entonces encontró un ídolo de piedra donde tenían dos especies de serpientes que eran como brazos o tentáculos del bloque que se juntaban en la parte superior en la que había unos cuantos indios de los mismos que les habían servido alrededor de altar de la diosa de la muerte “Teoyamiqui”.

Luego llego una tropa de de coyotes que rodo el altar y en pie del bloque ofídico, un cuerpo que se movía, el cuerpo era de Mr. Perhaps. Creyó que era una  especie de alucinación de la marihuana.

Entonces al día siguiente pregunto por el padre Reguera y le dijeron el Coronel Reguera está ocupado, le faltan tres por fusilar. En ese momento le vino a la mente al hombre la palabra Huitzilopoxtli escrita con letras de sangre.

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Juan Darién

Lo que  te deja el cuento de Juan Darién, es que siempre debemos de tratar bien a las personas como merezcan ser tratadas y no por lo que son o por lo que la gente cree que son, siempre debemos de conocer a la gente antes de etiquetar de tal manera a las personas, no debemos dejarnos  llevar por habitudes. También te deja otra enseñanza que a veces los animales son más nobles que seres humanos porque aunque no se den cuenta los seres humanos siempre piensan en ellos no en todos.

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