La Intervencion Docente En El Proceso De Escritura Del Niño

INTRODUCCION

Estar alfabetizado, en el mas amplio sentido del termino, es tener la capacidad de hablar, leer, escribir y pensar en forma critica y creativa. La alfabetización involucra procesos de construcción de conocimientos que transforman a los sujetos, al permitirles expresar y analizar de manera particular los efectos, las ideas y las vivencias propias y de otros.

El grado de alfabetización desarrollado incide en las relaciones entre el individuo y el medio social. Un grado de alfabetización pobre solamente permitirá reconocer en las calles las indicaciones para no extraviarse y hacer lectura de textos simpes y breves.

La enseñanza de la escritura es una de las tareas mas importantes de la escuela; esta se ha convertido en el espacio privilegiado para este aprendizaje. En el primer grado de la escuela primaria se pretende que los niños adquieran las estrategias básicas para comprender y expresarse en las situaciones habituales de la comunicación escrita.

Es necesario por lo tanto, propiciar la curiosidad, la necesidad y el interés por y para aprender, de tal forma que puedan valorar estos aprendizajes como instrumentos imprescindibles para desenvolverse en la vida cotidiana.

LA INTERVENCION DEL DOCENTE

La escritura es un objeto social de comunicación que esta presente en el entorno de los niños. Los anuncios comerciales, nombres de las calles, señalamientos viales, periódicos, revistas, libros, envolturas, etiquetas con marcas de productos comerciales y otras variedades de materiales escritos se presentan ante los ojos de los niños y promueven entre ellos, de manera no propositiva, cierto conocimiento del sistema de escritura. Este conocimiento no esta restringido, por tanto, a las experiencias escolares de alfabetización.

Al ingresar a la escuela muchos niños ya habrán organizado algunas ideas respecto de la escritura, en función de las oportunidades que hayan tenido para interactuar con materiales escritos.

Los conocimientos del sistema de escritura no se adquieren por la sola presencia de los materiales escritos en el aula, son el resultado de las practicas de lectura y escritura que el maestro plantea a sus alumnos.

El maestro puede realizar actividades con todo el grupo y otras con grupos pequeños. Sus intervenciones deben partir siempre del conocimiento que tenga de sus alumnos y de los aspectos de la escritura seleccionada para analizar. El maestro puede recorrer el salón para observar a los niños mientras trabajan, para hacerlos participar activamente, y asi poder intervenir de manera autónoma.

Aprender a leer y escribir es el resultado de un proceso evolutivo, por medio del cual los niños ensayan diferentes formas de hacerlo. Muchas de estas formas pueden resultar extrañas para algunos maestros y ser consideradas como errores. Es importante reconocer que los niños dan soluciones particulares a las tareas de lectura y escritura que se les presentan en la escuela y que estas soluciones responden al momento evolutivo por el que atraviesan; son parte del proceso de construcción del conocimiento y como tales deben ser valoradas. No es posible pasar directamente de no poder leer ni escribir a hacerlo de manera convencional. La actitud del maestro será de receptividad ante los avances que se logren, por pequeños que estos sean, con la confianza de que se están formando bases solidad para el desarrollo ulterior.

La intervención del maestro consistirá en la creación y desarrollo de estrategias didácticas para favorecer el aprendizaje de los alumnos. De las tareas que a continuación se destacan:

1. Plantear situaciones contextualizadas de uso del lenguaje que permitan el descubrimiento de los elementos y reglas que rigen el funcionamiento de la lengua escrita.

2. Orientar a los niños en la observación sistemática de los aspectos específicos del sistema de escritura.

3. Promover la interacción, el intercambio de información entre los niños e intervenir puntualmente en situaciones que ellos no puedan resolver.

4. Favorecer la confrontación de las diferentes respuestas dadas por los niños a los trabajos propuestos acerca del lenguaje escrito para que vayan tomando conciencia de sus propios conocimientos.

5. Realizar un seguimiento continuo de aprendizaje de sus alumnos para organizar o replantear su trabajo de acuerdo con las necesidades, posibilidades e intereses de los niños, propiciando de esta manera aprendizajes significativos.

6. Informar a los padres de familia como va evolucionando el trabajo de sus hijos en la escuela, y de que manera pueden ayudarlos en sus hogares.

El maestro no debe preocuparse si los niños no empiezan a escribir de manera convencional; sin embargo es importante reparar en el hecho de que, al trabajar de forma integral los distintos aspectos del sistema de escritura y del lenguaje escrito, los niños progresan en su aprendizaje y cuentan con mas recursos para su utilización funcional.

Después de muchos años de observación se llego a la conclusión de que

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