ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Ortografia


Enviado por   •  26 de Junio de 2015  •  1.289 Palabras (6 Páginas)  •  181 Visitas

Página 1 de 6

LA ORTOGRAFIA

Tantas veces se ha repetido que Pedro Páramo es la mejor novela mexicana del siglo xx que con ello se olvida que es, simplemente una de las mejores novelas del siglo pasado. Diversos mitos han dificultado un reconocimiento aún mayor de su importancia en primer lugar, ha tenido que lidiar con la fama de ser la novela mexicana por excelencia, dejando a un lado su modernidad y su vigor universal en segundo, ha debido soportar el desprecio de algunos críticos incluido un célebre jurado del premio Nobel ante su escaso centenar y medio de páginas, cuando en ellas se cifra un universo literario completo por si no fuera suficiente, las lecturas meramente antropológicas o realistas de su estilo han ocultado la extraordinaria invención lingüística que su autor logró en ella, e incluso su rápida celebridad ha tenido que eludir los rumores maldiciente, sobre todo en el medio mexicano, que despreciaron el talento de Rulo aduciendo que él nunca imaginó el resultado final del libro, reconstruido por las manos de amigos, consejeros y correctores que todavía hoy se disputan su paternidad. Son tan numerosos los lugares comunes que la crítica ha esparcido que resulta casi imposible desprenderse de ellos. Aun así, quizás convenga eludir por un momento el caudal de tesis, artículos, reseñas y notas escritas en torno a él para recuperar el asombro que produjo tras su aparición en 1955 y que se repite cada vez que un lector desprejuiciado se adentra en sus páginas si el título original escogido por Rufo para esta obra era Los murmullos más sobrio pero menos contundente que Pedro Páramo es necesario evitar que esos murmullos asesinen también a quien inicia el viaje

hacia ese limbo que es Comala. La célebre línea con que inicia la novela, Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo posee la fuerza profética de las obras maestras. En efecto Juan Preciado, el narrador de la novela, no dice fui, sino vine, se dirige a nosotros desde las profundidades de Comala. Todas las palabras que estamos a punto de escuchar, más que de leer, provienen, pues de los labios de un muerto. A Juan Preciado le parece que las voces de los difuntos que va encontrando a su paso son como rumores y murmullos, pero cuando él nos los comunica ya ha pasado a formar parte de la nómina de fantasmas que lo rodean. Empeñado en rastrear la verdad, Juan Preciado pagará su osadía con su única herencia la vida. Justo a la mitad de la novela tras haber conocido a Doloritas, la vieja amiga de su madre, y haber empezado a escuchar las voces de los antiguos habitantes del pueblo, Juan aceptará su nueva condición al caer en la cuenta de esta verdad de ultratumba, es como si una repentina amenaza cayera sobre nosotros al igual que Juan Preciado, de pronto comenzamos a escuchar voces, lamentos, fragmentos de canciones -¨Mi novia me dio un pañuelo, con orillas de llorar¨ ecos de batallas y amoríos, mensajes y advertencias que surgen de la nada, aturdiendo nuestros oídos y señalándonos la proximidad de nuestra propia extinción como nuestro guía, nosotros también empezamos a creer que las almas de los difuntos están ahí, a nuestro lado, hablando con nosotros de este modo con su sacrificio, el hijo de Doloritas y Pedro Páramo nos abre las puertas de Comala para que podamos atisbar, durante unos minutos, esa vasta e incognoscible porción de la tierra a medio camino entre la vida y la muerte sólo entonces, cuando ya nos hemos integrado con Juan Preciado en los confines de la muerte, podemos presenciar la historia de su padre, el cacique Pedro Páramo, sus excentricidades y muestras de genio, su íntima tortura y su desprecio por los otros, así como su rabiosa tristeza ocasionada por la prematura muerte de su hijo Miguel y, sobre todo, por el deceso de la única mujer que amó verdaderamente, Susana San Juan, una especie de loca o visionaria de esas inocentes portadoras de la desgracia cuya estirpe se remonta a Helena y que atraviesa toda la historia de la literatura hasta llegar a los personajes dementes y luminosos de Faulkner y con ella, aparecerá toda la nómina de personajes rufianes tan reales y misteriosos como sus nombres dispuestos a conducirnos por su infausto cautiverio. Porque Comala, a diferencia de lo que muchos afirman, nada tiene que ver con la Comala real un pueblecito de casas blanquísimas en el estado de Colima, pero tampoco con el infierno, la Comala de Rufo él dice haber elegido el nombre por la referencia al ¨comal¨ en el que se calientan las tortillas y, por tanto a su cercanía al fuego no es una metáfora del inframundo o del Hades se trata por el contrario, de algo peor: un sitio intermedio,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.6 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com