La Ortografia

Dificultades de aprendizaje: Ortografía

Ortografía

©Vidal Lucena, M. (2013)

Desde el inicio de la escolarización hasta el final de la escolarización obligatoria, entre los 16 y 18 años, los alumnos que aprenden a escribir cometen faltas de ortografías. Desde prácticamente los 8 años, los alumnos realizan ejercicios de ortografía en los centros escolares y cuadernillos de refuerzo, cuadernos de ortografía que hacen en las aulas y en casa. Existen numerosos alumnos que siguen escribiendo con faltas de ortografía después de la escuela obligatoria, y también después de los estudios universitarios.

Cómo es posible que después de tantos años en la escuela, institutos, y de haber realizado ejercicios, castigos y cuadernos de ortografía, muchos de estos alumnos sigan cometiendo las mismas faltas de ortografía.

Los profesores no son la causa de los errores que cometen los niños, la culpa la tiene la familia y los niños, así lo deciden los que lo dicen. O los profesores tienen la culpa, o el sistema educativo, o los alumnos actuales, o …, dónde está el culpable, parece que depende de la época y de las necesidades políticas y de la necesidad de aplicar el método tradicional de buscar causas para culpabilizar, en lugar de buscar recursos para ayudar.

Realmente es ridículo que después de tantos años de escolarización los alumnos sigan cometiendo faltas evidentes y básicas de ortografía, con este sistema educativo y con los anteriores sistemas educativos en España y en los diversos países escolarizados, con diferentes lenguajes y métodos y sistemas educativos.

Faltas de ortografía que los profesores y los padres corrigen, en la mayoría de los casos, empleando los métodos que el profesor les indica, repasando las reglas ortográficas y comprando cuadernillos de ortografía. Y en algunos casos se añaden castigos por tener errores ortográficos, tanto en la escuela como en casa. Uno de los castigos de moda, sanciones, que se ha impuesto en algunos centros escolares es bajar la nota en cualquier asignatura si hay faltas de ortografía, utilizando el método tradicional de "castigando se aprende", método que no ha dado ningún resultado positivo ni en la práctica escolar ni en las investigaciones relacionadas con las teorías del aprendizaje escolar.

El método tradicional de aplicar castigos cuando el profesor, el centro o el sistema educativo no sabe cómo abordar una enseñanza formal para que se convierta en aprendizaje, y ya que no saben qué hacer para que aprendan pues lo mejor es castigar a los alumnos que cometen errores de aprendizaje, en este caso faltas de ortografía, sin tener en cuenta que en algunos casos indican trastornos de aprendizaje conocidos de hace tiempo: disortografía, dentro de la categoría amplia de trastornos de aprendizaje escolar de las clasificaciones internacionales, entre ellas, el DMS-IV- TR (Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales). En otros casos son dificultades de aprendizaje normales, otros son dificultades de aprendizaje relacionadas con la complejidad del aprendizaje de la ortografía y en otros casos puede que sean trastornos de aprendizaje.

Dificultades en aprender la ortografía y en otros casos trastornos de aprendizaje, disortografía, y, si solamente aplicamos cuadernillos y castigos, es como si a los alumnos que tienen dislexia, trastorno del aprendizaje de la lectura, además de tener este trastorno que implica un esfuerzo mayor cuando estudian, se les bajara la nota por leer y escribir mal en todas las asignaturas, claro. Algo así, sucede actualmente con las dificultades y trastornos de aprendizaje relacionados con la ortografía, se parte del supuesto que no aprenden porque no quieren o algo así, en lugar de valorar y analizar las dificultades que presentan los alumnos que año tras año cometen las mismas faltas de ortografía. Valorar las necesidades educativas de los alumnos que tienen dificultades para aprender la ortografía y poner recursos que faciliten el aprendizaje. diagnóstico para encontrar las necesidades educativas de estos alumnos, de la misma manera que se hace con otras dificultades de aprendizaje y como se viene realizando con los trastornos de aprendizaje, como es la dislexia. Sin caer en el extremo opuesto de pensar que los alumnos que cometen faltas de ortografía son disortográficos, no, eso nos lo dirá un diagnóstico clínico-pscipedagógico cuando las faltas no se corrijan con los métodos normales de enseñanza, pero no vamos a esperar a que termine la escolarización para seguir diciendo: qué mal escriben, cuántas faltas de ortografía. No tiene sentido ni es educativo.

Existen niños lentos en aprender a ortografiar, con dificultades de aprendizaje y alumnos con trastornos ortográficos, detectarlos y buscar la intervención pedagógica y si es preciso psicológica adecuada es la obligación, el deber de cualquier sistema educativo. "Todos están de acuerdo en decir que la dislexia es un dominio insuficiente de la lectura y la disortografía un dominio insuficiente de la ortografia.", p. 180, m. Stambak, M. Vial, R. Diatkine, E. Palisance y J. Beauvais en La dislexia en cuestión. Ed. Morata. Madrid, 1970.

Métodos clásicos y tradicionales de castigar se van superando y aplicando ayudas pedagógicas para las dificultades de aprendizaje y para los trastornos de aprendizaje. Existen enfoques y didácticas especiales para facilitar el aprendizaje, cuando es posible.

Castigos, cuadernillos de refuerzo y los alumnos no consiguen corregir las faltas de ortografía y es habitual oír en los medios de comunicación lo mal que escriben las personas, las faltas de ortografía que cometen y, estos mismos medios de comunicación, centran la atención en lo mal que escriben los estudiantes, ya sea cuando realizan la prueba de selectividad o cuando existe alguna oposición, o cuando se evalúa el sistema de enseñanza y aparecen los datos de la baja calidad de la enseñanza, en este caso española, y las faltas de ortografía año tras año aparecen como el gran error de quien sea, e incluso aparecen textos en los medios de comunicación, con las faltas de ortografía de algún que otro alto representante de la política ya en la etapa de la adultez avanzada. Es la guerra de la ortografía.

Curiosamente, asistimos a una crítica constante de lo mal que escriben los alumnos, universitarios incluidos, ahora es por culpa de los móviles y ordenadores, antes que no existían era por culpa de la familia, o la culpa es del alumno que no le importa estudiar ni escribir bien o la culpa es de la ley educativa en curso o de…

Bien, los alumnos, y posteriormente los adultos, arrastran las faltas de ortografía

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