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Las Leyes de Luppiter.


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2016  •  Documentos de Investigación  •  1.852 Palabras (8 Páginas)  •  217 Visitas

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Las Leyes de Luppiter

Por: María Rojas

Hace mucho tiempo en Europa, cuando la tecnología no existía y las personas vivían en comunidad. “Los Celtas” se encontraban en Irlanda, un lugar frío en invierno y primavera, sin embargo un poco caliente en verano. En esta civilización, había pequeño grupo llamado “Britannos”, en esa comunidad las personas eran bárbaras y aguerridas, por eso, siempre estaban en constante lucha con los romanos, éstos últimos, excelentes guerreros. Todos los Britannos estaban cansados de las guerras con los romanos y estaban en la espera de un gran guerrero que los librara de ellos.

Un día un muchacho de unos 20 años, llamado Cedric, fue al bosque a rezarle al Árbol Mayor, ellos decían que sus dioses se encontraban en los árboles, y le pidió que su esposa, Eileen, junto con su hijo bebé, Kenneth, fueran salvados después de que ella le diera a luz. Él rezó mucho al Árbol Mayor y sus peticiones fueron cumplidas, después de un parto trabajoso Eileen y su bebé estaban con salud. Cedric, al estar agradecido por lo que habían hecho los dioses juró que su hijo iba a ser el hombre más honorable y valiente de toda Gran Bretaña y que iba ser educado para que derrotara a los romanos, una anciana, que estaba rezando, al escuchar esto volteó y corrió hacia Cedric y dijo:

— Tú hijo, debe de ser muy especial como para ofrecérselo a los dioses, ¿no es así? —dijo con una sonrisa en la cara, esto incomodó a Cedric, pero él no mostró señal alguna.

— ¡Oh sí! Es un pequeño bebé que gracias a los dioses se encuentra aquí. —dijo tratando de disimular los nervios.

— Ellos deben de estar felices por tu sacrificio, lo cual es algo muy honorable de tu parte, pero ¿con qué te quedaras tú? ¿Acaso no sabes que al ofrecer algo como sacrificio, los dioses lo toman y ellos te devuelven algo? Nadie sabe que te van a devolver, pero te aseguro que no es lo que esperarás. — dijo acercándose cada vez más a Cedric, el pobre muchacho estaba horrorizado por aquellas palabras, ¿acaso había perdido a su pequeño? No podría ser, son sólo palabras de una anciana lunática.

— No sé quién es, ni de dónde salió, lo único que quiero es que se aleje de mí y dejé de decir estupideces. — dijo Cedric limpiando el sudor que escurría de su frente, mientras se agachaba para recoger el ciervo que había cazado para celebrar a su pequeño Kenneth.

— ¡¡Escucha lo que digo!! No seas tonto, tu hijo será un gran hombre si haces el sacrificio como debe de ser, si no, estará maldito. — dijo gritando la anciana. Cedric se asustó mucho y salió de ahí corriendo, encontró la vereda y fue hacia la comunidad. Al llegar todos sus amigos lo recibieron con abrazos y porras porque su hijo se encontraba en perfectas condiciones, unos de sus amigos agarró al ciervo y comenzó a despellejarlo, sin embargo Cedric se encontraba frío, las palabras de aquella anciana lo tenían atormentado por lo que decidió ir a buscar a su amigo Owen, éste era un gran sacerdote que estaba en constante oración con la diosa Brigid, todo mundo pensaba que Owen estaba loco por hablar sólo, pero él se justifica que habla con la diosa Brigid. Al llegar a la choza de Owen, Cedric interrumpe la oración de Owen y éste se molesta.

— Espero que valga la pena tu visita Cedric, por cierto, felicidades, me contaron que tu esposa acaba de dar a luz a un niño muy hermoso y fuerte— dijo sirviendo dos copas de vino.

— De eso te quiero hablar Owen— dijo con un tono preocupante— Esta mañana me dirigí hacia el bosque para cazar un ciervo y de ahí fui a rezar al Árbol Mayor, para agradecerle que mi hijo naciera bien, le juré que mi hijo sería un gran hombre y que derrotaría a los romanos. — dijo dándole un sorbo al vino—Mientras hablaba una anciana se acercó y dijo que al decir esas palabras le ofrecí a mi hijo como sacrificio y que si no hacía todo el proceso del sacrificio Kenneth estaría maldito. — dijo tratando de contener las lágrimas— por eso vine, para pedirte tu consejo— A Owen se le notaba la cara pálida y estaba un poco mareado.

— Cedric, sé que esto te afectará pero, una vez hecho un sacrificio lo tienes que cumplir si no… — ¡¡¿¿Si no qué?!! ¡Yo no quería hacer un sacrificio era sólo una promesa a mis dioses, era agradecimiento!— dijo histéricamente interrumpiendo a Owen.

— Lo sé Cedric, lo sé, tienes que calmarte, hay una manera de romper éste malentendido, porque al momento de jurar algo, estás ofreciendo algo— dijo Owen sacando un libro gordo de su biblioteca— Bien, aquí en el libro de “Las Leyes Luppiter” dice que “en caso que hayas ofrecido algo/alguien por sacrificio pero sin intención de ello, tendrás que realizar tú mismo con ayuda de tus amigos más sin embargo sin ayuda de los dioses, una promesa que beneficie al pueblo” ¿Ves? Caso resuelto. ¡Ah por cierto! Ésta promesa debe de ser anunciada en público si no, no contará. — al terminar de hablar Owen, la cara de Cedric se iluminó, se levantó de un salto del lugar donde estaba y le dio un gran abrazo a Owen.

— ¡Muchas gracias Owen! en serio has salvado la vida de mi pequeño— dijo dirigiéndose a la puerta.

— Cedric, no creas que está fácil, tienes que hacer algo verdaderamente grande— dijo Owen mientras guardaba aquél libro de nuevo en la biblioteca. Cedric salió muy feliz de la choza de su amigo, satisfecho llegó a la aldea donde se encontraba su querida familia y sus amigos, estaba un poco nervioso, pero se decidió hacerlo, subiéndose a un pequeño tronco y haciendo ruido llamó la atención de todos los presentes.

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