Literatura realista y nturalista

Literatura Realista y Naturalista

Con los avances de la industria y el comercio característicos del siglo XIX, se abre una puerta hacia los cambios sociales, un juego de roles y un deseo por ser el protagonista de ese momento.  Con la migración del campo a las ciudades, la industrialización del trabajo artesanal,  una vida acelerada, el nacimiento de la clase obrera y la burguesía, se experimenta con un nuevo estilo de vida, donde la economía es el principal motor de la existencia humana de ese siglo. La comodidad y el bienestar van en aumento en todos los sentidos, se crean empresas nuevas, aumenta la mano de obra y el trabajo industrial, así mismo, se abandonan los campos, se distribuye la información de manera masiva, surgen movimientos socialistas y aficionados a la política y el comercio cultural.

Con esas consideraciones que surgen dos tendencias literarias, el Realismo y Naturalismo, que intentaron reflejar los cambios sociales y el desequilibrio presentado por la sociedad industrial.

Es hacia mediados del siglo XIX que se indica el nacimiento del realismo, como rechazo a la literatura Romántica y que como características  están el  dejar atrás lo fantástico, la elevación del ser y el exceso discursivo, para centrarse en la descripción de situaciones comunes, en ambientes cotidianos y la profunda observación. En Francia se le da ese término a las obras cuyo tema principal es sacado de la vida cotidiana, con el tiempo se aplica a toda arte que tenía como finalidad reflejar objetivamente la vida diaria. Aunque el realismo se oponía al movimiento romántico, en realidad se desarrolló a partir de él, eliminando aspectos como el subjetivismo, lo fantástico o maravilloso. El interés del escritor se desplazó de lo pintoresco a lo cotidiano, y se suplanta la evocación del pasado por el interés del presente. El escritor realista, desarrollo el costumbrismo, que era del agrado de los románticos, y lo llevó a su máxima expresión.

La literatura realista, busca ser un reflejo de la realidad, sin matices, simple, sencilla cruda o natural.  Supone un intento por describir el comportamiento humano y su entorno, tal y como son o se representan en la vida diaria.  La clase media que hasta el momento no había sido ejemplo común por la historia literaria, se ve reflejada en los personajes, que pueden ir desde  políticos, burgués, damas aburridas o  mujeres comunes, bandidos o mendigos. Los problemas políticos, religiosos y sociales se vuelven el contexto idóneo para la inspiración, la introspección interna, lo mismo que los cambios económicos e industriales propios del siglo XIX,  dan paso a la distribución literaria, llegando a las masas mediante prensa periódica difundida entre la sociedad.

La novela se convierte en el género idóneo para expresar y describir la realidad,  pueden destacar en el realismo la novela social, que considera las situaciones que aquejaban la sociedad del momento y la novela psicológica, que gira entorno a la introspección de los personajes en lo más profundo de sus intereses.

 Entre los principales exponentes del realismo se encuentran los Franceses Sthendal con su obra Rojo y Negro,  Honoré de Balzac con Piel de Zapa (1831) o Papa Goriot (1834), y Gustave Flaubert con Madame Bovary,  en Reino Unido, Charles Dickens con Oliver Twit (1831) o Grandes Esperanzas (1860), en España Benito Pérez Galdós con Doña Perfecta  (1876)  y Marinela (1878), Leopoldo Alas Clarin  con y Emilia Pardo Bazán y en Rusia  de Fiodor  Dostoievski con Crimen y Castigo y Leon Tostoi con la Guerra y la Paz .

Aunque no es la finalidad, la literatura realista, provoca reflexionar sobre la sociedad, que no dista mucho de cualquier tiempo, pues se reflejan todos los padecimientos personales, como falta de valores, sacrificio amoroso, crimen, corrupción, pobreza, miseria humana, descritos en ambientes cotidianos, como grandes ciudades o pequeños pueblos tradicionalistas. El realismo pareciera tener un fin social y moral, tratando de mostrar su aspecto más lóbrego y mundano.

La literatura realista en América es un poco más duradera que en Europa y podría decirse que comienza a la par que el romanticismo. En México la tradición realista se inicia desde las obras de  Fernández de Lizardi, como el Periquillo Sarniento (1816)  o Don Catrín de la Fachenda (1820) donde se retrata las costumbres, el lenguaje y el ambiente común, o en la novela costumbrista de Paynos con Los Bandidos del Río Frío. Es así como se encuentran  temas como los conflictos sociales de pobreza y marginalidad, problemas sociales, políticos derivados de dictaduras, la colonización de la economía, entre otras.

Algunos escritores mexicanos que destacan en la novela Realista  son:  Heriberto Frías con Tomochic  donde muestra las tensiones sociales con el porfirismo; Emilio Rabasa con  La Bola (1887) donde se exponen los problemas como el caciquismo, el militarismo, la burocracia y la fuerza del dinero;  Rafael Delgado muestra a la clase burguesa en sus obras como es el caso de La Calandria (1893); mientras que  Ángel de Campo muestra la desesperanza de las clases marginadas en La Rumba (1890) y José López Portillo y Rojas que refleja la pelea de la tierra entre hacendados en  La Parcela (1898).

...