Los medios de comunicación de masas

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Antes de iniciar con esta revisión bibliográfica, es importante tener definiciones claras de los conceptos claves a tratar. Para ello, entenderemos los sistemas de medios de comunicación de masas desde la visión del sociólogo Niklas Luhmann (2007), como el “conjunto de aquellas comunicaciones sociales que se sirven de medios técnicos de reproducción masiva para propagarse” (pág. 2), con una audiencia “...” (...) sobre la que se genera no solo una influencia “poder o la autoridad de alguien sobre otro sujeto. (...) capacidad de controlar y modificar las percepciones de los demás” (Pérez, 2009), sino también una manipulación “la desinformación intencionada que, a través de las diversas técnicas de ocultación o tergiversación de la realidad, se elabora con verosimilitud al servicio de los diversos intereses del poder dominante” (Galdón, 2004, pág. 51) con la finalidad de, en base al poder que busca “controlar (más o menos), en su propio interés, los actos y las mentes de los (miembros de) otros grupos.” (Van Dijk, 1999: 26), lograr implantar ciertas ideologías “conjunto de creencias e ideas individuales, grupales o sociales que determinan al sujeto poseedor y que lo colocan en la realidad existente de manera particular.” (Bembibre, 2009) en la audiencia de los medios de comunicación masiva.

Los medios de comunicación de masas

El filósofo, antropólogo y matemático Jesús Mosterín (1993) define cultura como:

La cultura es información transmitida por aprendizaje social, es decir, por imitación de los otros miembros del grupo o de los modelos sociales, por enseñanza o educación en la familia y en la escuela, o por recepción de información comunicada a través de soportes artificiales. Todas estas son formas de aprendizaje social. (pág.30)

y según David Caldevilla Domínguez (2013), en su artículo El papel de la prensa como agente socializador, en el periodo del Barroco

La cultura existente sólo pretendía que el individuo se identificara con el orden, en ningún caso buscaba desarrollar el conocimiento de la masa. La cultura de masas, desde su aparición, no hizo otra cosa que no fuera expandirse hasta la irrupción de un agente capaz de transformar esa cultura: los medios de comunicación. (pág.4)

Y ya desde entonces, la influencia de los medios de comunicación masivos era considerada nociva por algunos teóricos, en palabras de José Antonio Maravall (1980):

Al dejar a la masa sin instancia objetiva a la cual atenerse y entregada a ese más aparente que efectivo subjetivismo llamado gusto libre, lo que en realidad se hacía era dejarla sin defensas frente al dominio de la acción configuradora que sobre ella pudieran ejercer los recursos manejados por el poder. (pág. 293).

Prensa escrita

La prensa o igualmente llamada “el primer medio socializador” por teóricos como Domínguez (2013), era en sus inicios “un medio asequible, fácilmente transportable y que empleaba un lenguaje básico o esencial que la sociedad comprendía.” (pág. 8) con el objetivo de “el establecimiento de lo políticamente correcto, provocando una Opinión Pública capaz de integrar a los miembros de una comunidad dentro de un mismo orden social con sus relaciones derivadas.” (pág. 14).

Estrechamente relacionado con lo anterior, Gabriel Galdón López (2004) realiza una diferenciación en cuanto al periodismo y la información periodística, definiendo el primero como “un saber prudencial que consiste en la comunicación adecuada del saber sobre las realidades humanas actuales que a los ciudadanos les es útil saber para actuar libre y solidariamente.” (pág. 50) y la segunda como “su contenido y su resultado práctico (..) un saber sobre las realidades humanas actuales con proyección e interés social, compartido por periodistas y ciudadanos, mediante el diálogo sobre los textos elaborados por aquellos y difundidos por los medios de comunicación.” (pág. 50)

Influencia sobre la audiencia

Es un hecho que el ser humano se ve influido en mayor o menor medida por todo aquello con lo que tenga contacto, y los medios de comunicación masiva no son la excepción, pues estos generan una influencia sobre la audiencia

Los medios, al ser creadores constantes de conocimiento, influyen por tanto en la imagen que el ser humano se crea de su entorno. Esto lo consiguen los medios por sus mensajes repetitivos concordantes y omnipresentes. Se confirman así como agentes socializadores al modelar personalidades. (Domínguez, 2013: 6)

, influyendo en ella en distintos ámbitos: “Los medios de comunicación son los espacios donde los ciudadanos aprenden los hechos más elementales de la cultura, incluida la cultura democrática: modos de vivir, de comportarse, de relacionarse entre sí, de divertirse, de consumir…” (Tornero, 1994: 15) y en forma directa o indirecta

La verdadera significación de las comunicaciones de masas en la sociedad no descansa en sus efectos inmediatos sobre audiencias específicas sino en las influencias indirectas, sutiles y a largo plazo que ejercen en la cultura y en la organización de la vida social. (Fleur y Ball-Rokeach, 1993: 263).

Van Dijk (1999) en su análisis de las relaciones entre el discurso y el poder señala

que el acceso a formas específicas de discurso, p.e. las de la política, los media o la ciencia, es en sí mismo un recurso de poder. En segundo lugar, como hemos sugerido antes, nuestras mentes controlan nuestra acción; luego si somos capaces de influenciar la mentalidad de la gente, p.e. sus conocimientos o sus opiniones, podemos controlar indirectamente (algunas de) sus acciones. Y, en tercer lugar, puesto que las mentes de la gente son influidas sobre todo por los textos y por el habla, descubrimos que el discurso puede controlar, al menos indirectamente, las acciones de la gente, tal y como sabemos por la persuasión y la manipulación. (pág.26)

La influencia que se ejerce, cómo se logra apreciar en el análisis, llega a aspectos profundos de la vida del ser humano, alterando incluso las acciones y conductas de este. Ya “desde el final del siglo pasado hasta el final de los 1930 se les atribuía a los medios (especialmente a la prensa) un gran poder para moldear la conducta de la gente para el bien o para el mal. A la audiencia se le consideraba como una presa fácil para cualquier forma de manipulación”. (Martínez, 1998: 164)

Manipulación

De acuerdo con la lectura de La violencia a la realidad o la violencia silenciosa (2007) de Gabriel Galdón, actualmente se presenta constantemente una enorme cantidad de noticias, datos, declaraciones y opiniones, lo que causa la sensación de que se maneja toda la información, teniendo a su disposición una gran cantidad de conocimiento y posibilidades. El tipo de presentación objetivista y la propaganda de los medios acerca de la objetividad, hace que el público piense que las informaciones entregadas corresponden a la realidad, creando una ilusión de conocimiento y libertad.

Este bombardeo constante de información bruta, trivial y muchas veces inútil, permite a los dueños de los medios seleccionar a su antojo y conveniencia los temas o aspectos de estos, así como las personas o instituciones que destacan y aquellas que pueden omitirse, silenciarse o atacarse. En palabras del profesor David Caldevilla Domínguez (2013): “el propio lenguaje asume la función persuasiva que requiere la industria.” (pág. 5)

Retomando las ideas planteadas por Galdón (2007), las empresas informativas han creado poco a poco su propiedad en la industria cultural, proceso imparable de concentración de medios, hasta llegar a nuestros días donde hay verdaderos imperios comunicativos que abarcan diarios, revistas, editoriales, etc. con conexiones estrechas con los grandes bancos, grupos de presión ideológicos y partidos políticos, logrando dominar en cada país la producción de información y comunicación, poner en peligro la libertad de información y ejercer visiblemente una influencia cada vez mayor sobre la cultura, los hábitos y costumbres sociales.

Por lo que la evolución es: desde la información sobre los acontecimientos que interesaba a los ciudadanos, hasta la imposición de los propios intereses y necesidades de los difusores de los medios, impidiendo de esta forma la información verdadera.

“la desinformación podría resumirse en que la mayor parte del Periodismo ha convertido los hechos en opacos y mudos, y las opiniones en sagradas. En el campo de las ciencias experimentales y empíricas todavía se conserva un respeto por los hechos, pero en los temas culturales, antropológicos, morales o religiosos, o en cualquiera que tenga una relevancia política, todo se convierte en opinión. (...) la manipulación preponderante tanto por su intensidad como por su extensión es la producida por la interacción del laicismo, el libertarismo hedonista y el capitalismo consumista.” (Galdón, 2004, pág.63-64)

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