MI HISTORIA LECTORA

MI HISTORIA LECTORA

Mis primeros recuerdos sobre la lectura comienzan en los primeros cursos escolares, una vez que ya había conseguido la capacidad de poder leer las palabras que se ponían delante de mi vista. Por aquellos años mis lecturas se centraban en cuentos tipo La Cenicienta, Caperucita Roja, El gato con botas, etc. todos ellos en ediciones individuales que recuerdo adquiríamos en la librería que se ubicaba frente a la puerta de salida del colegio al que asistía y donde nos adentrábamos varias amigas durante mucho tiempo con el fin de adquirir aquellos cuentos ilustrados que tanto nos gustaban.

Después de la lectura de todos estos cuentos la verdad es que mi gusto por la lectura en mi tiempo libre se vio enormemente mermado porque en casa yo no veía a nadie leer y tampoco en el colegio nos fomentaban el gusto por la lectura, así que al quedar los cuentos de los primeros años fuera ya de mi interés y no conocer otro tipo de lectura que llamaran mi atención tuve un par de años en que únicamente leía algún que otro tebeo de Zipi y Zape en casa de una de mis amigas, pero ya no tenía predilección por esta actividad.

Alrededor de los 9-10 años, en vacaciones, pasaba un mes en casa de mis tíos con mis primas que vivían aquí, en Almería,  ya que al vivir mi familia y yo en Baza nos veíamos poco y esa era la manera de que mis primas y yo mantuviésemos una relación más cercana. Fue realmente con ellas con quién se me abrió el gusanillo por la lectura. Una tarde que salimos de compras con mis tíos, nos llevaron a la zona de librería del Pryca para que cada una eligiésemos un libro que fuese de nuestro agrado. En principio como yo no solía leer no sabía qué libro escoger pero gracias a su ayuda me decidí a leer uno de la colección de las gemelas O `Sullivan y terminé encantada con mi primera lectura. Así como mis primas eran ya dos grandes aficionadas a la lectura cada verano que iba a su casa a pasar las vacaciones aprovechaba para leer muchos de los libros que ellas ya habían leído, casi todos de esta colección o bien de la colección de Los cinco, ambas colecciones de la escritora Enid Blyton o también de la colección del Barco de Vapor.

Por otra parte mencionar que ya en los cursos superiores de EGB que fue la enseñanza primaria que yo cursé, los maestros comenzaban a mandar lecturas obligatorias de determinados libros pero realmente los pocos que recuerdo no fueron para nada de mi agrado, más bien eran una carga difícil de digerir como ejemplo puedo decir que con 11 años tuve que leer La Celestina de Fernando de Rojas y La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca.

Luego como lecturas obligatorias, pero ya de Bachiller, en concreto en 2º de BUP, recuerdo tener que leer La tesis de Nancy de Ramón José Sender Garcés. Igualmente recuerdo otras lecturas obligatorias para la asignatura de filosofía en COU como son El  contrato social de  Jean-Jacques Rousseau y Discurso del Método de René Descartes.

Mi experiencia durante los años de estudiante es que las lecturas obligatorias no me resultaban para nada gratificantes ni eran de mi interés porque no era libros que eligiéramos los alumnos, sino que eran impuestas y por tanto generalmente no eran de nuestro agrado.

Por otra parte mi afición por la lectura seguía su camino pero siempre desvinculada de la escuela o el instituto. Con los años en casa de mis padres fueron viendo que a mí me gustaba leer y como iba recomendando algunos libros a mi madre, ella también comenzó a leer  tal vez debido a que ya estaba un poco menos atareada con el cuidado de sus hijos compaginado con el trabajo fuera de casa y empezó a comprar libros del Círculo de Lectores. De esa forma tuve la posibilidad de tener bastante a menudo libros a mi alcance para leer.

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