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Metodologia De La Investigacion

JJGR22 de Abril de 2013

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En este trabajo, nos analizar la Ilíada de Homero a partir de elementos característicos del género épico presentes en la obra, y focalizando el abordaje en las estrategias que la instancia narrativa emplea para construir el relato. En primer lugar, se hará referencia a la secuencia narrativa que configura el orden de las acciones en la obra, poniendo eje en la linealidad, prospectiva, y retrospectiva en el manejo del tiempo. En segundo término, haremos mención a los espacios en donde se realizan las principales acciones presentes en la obra, intentando esbozar un análisis que permita significar esos datos a partir del sentido que cobran en el relato. En última instancia, se trabajará con el aspecto formal de la obra, mediante la mención del modo en que se presentan en la obra elementos estilísticos propios del género textual al que pertenece: los símiles ¸ y las aristas.

. En este sentido, intentaremos nuevamente establecer significaciones y sentidos posibles de estos elementos, tanto en la construcción interna del relato, como en la referencia al marco extraliterario en el que se inserta la obra. En todos los casos, se tomará como eje de análisis y ejemplificación a los once primeros cantos de la obra.

1- Manejo del tiempo

En la narración de los acontecimientos, predomina la sucesión lineal de las acciones. Los sucesos se presentan de manera encadenada, lo que construye la progresividad del relato. En la mayoría de los casos, los hechos, tal como se presentan, derivan de los anteriores. Así, podemos trazar una secuencialidad narrativa tanto hacia el interior de cada canto, como también entre los ejes del texto de cada rapsodia. Como ejemplo de lo anterior, podemos mencionar la secuencia narrativa del primer canto: peste en el campamento aqueo – deliberación de los aqueos en el ágora, diagnóstico y prescripción del adivino – propuesta de que Agamenón devuelva a Briseida a su padre, el sacerdote – Anunció de Agamenón de que, a cambio de entregar a su esposa, raptará a Briseida, esposa de Aquileo – Cólera de Aquileo – Atenea exhorta a Aquileo a calmarse,a no atacar a Agamenón, a cambio de una recompensa en el futuro –Devolución de Briseida al sacerdote Crises y sacrificios rituales – Rapto de Briseida – Invocación de Aquileo a su madre, la diosa Tetis, para solicitarle que interceda ante Zeus para que castigue a Agamenón y comprenda su error –Pedido de Tetis a Zeus por la victoria Troyana hasta tanto Aquileo sea honrado – Conflicto entre Zeus y Hera por el bando a favorecer. De lo anterior se desprende una construcción progresiva de sentido, que permite a la instancia receptora comprender las causas de los diferentes sucesos que se narran, y los vínculos internos que se establecen entre ellos. A nivel más general, podemos mencionar una secuencialidad más estructural en cuanto a, como señalamos más arriba, los ejes de cada canto, que si bien no establece necesariamente una sucesión temporal, sí respeta la linealidad cronológica: Canto I: motivos de la cólera de Aquileo y de la intervención divina que devienen en el inicio del combate – Canto II: Intervención de Zeus para incitar a Agamenón a decidir sobre el ataque a Ilión, y mención de los integrantes década uno de los bandos – Canto III: Primer encuentro entre los ejércitos enemigos, intento fracasado de resolver la disputa mediante un duelo personal entre Paris y Menelao, intervención de Afrodita que salva la vida a Paris –Canto IV: Asamblea de dioses acuerda promover el reinicio del combate, etc. Sin embargo, y pese a que esta linealidad predominante en la narración permite reconstruir la secuencia y la interrelación de los hechos narrados, el relato presenta también saltos temporales. Podemos encontrar en la obra tanto prospecciones como retrospecciones, es decir, tanto menciones a sucesos que ocurrirán a posteriori, como alusiones a hechos pasados, anteriores al período que abarca la narración. Es llamativo que la primera prospección de la obra, se encuentre precisamente al inicio, en el proemio. “Canta, oh, diosa, la cólera del Pélida Aquileo (…) que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas…”1

Este enunciado adelanta las desventuras de las fuerzas aqueas que, la vez que sitúa la causa de esos males en la cólera del héroe Aquileo. La primera retrospección de la obra se encuentra también en la primera rapsodia, justo a continuación de la mencionada prospección. Allí el narrador expone: “… los hombres perecían por el ultraje que el Átrida

Infiriera al sacerdote Crises. Éste, deseando redimir a su hija, se había presentado en las veloces naves aqueas…” 2

Podemos observar, en esta construcción, la presencia de formas verbales que aluden a acciones anteriores al pasado en el que se enfoca la narración. El desaire de Agamenón a Crises es presentado como una acción anterior al estado en el cual se inicia el relato (la peste en el campamento aqueo) pero cuya mención es necesaria para comprender el hecho desencadenante de las acciones posteriores. En momentos posteriores, la instancia narrativa realiza pequeños saltos temporales, principalmente retrospectivos, para mencionar la procedencia de algunos personajes. Cabe destacar que, a lo largo de la obra, la voz narrativa es cedida, en numerosas oportunidades, a diferentes personajes. Esto se produce porque si bien las acciones son presentadas por el narrador, la voz de los personajes se manifiesta en un estilo directo que expone citas textuales del discurso de ellos; obviamente, cuando esto ocurre, la el relato del narrador queda suspendido. Así, más allá de las ya mencionadas, numerosas prospecciones y retrospecciones del relato están presentes en la voz de los actores hablantes, quienes, a su vez, relatan allí sucesos del pasado, o vaticinan acontecimientos del futuro. Entre ellas, podemos destacar las numerosas referencias que el anciano rey Néstor hace de un pasado antiguo, –y de alguna maneralegendario -cuya realidad (descripta de manera más o menos extensa)

1 HOMERO: Ilíada, Trad. de Luis Segalá y Estatella, Losada, Buenos Aires, 2005, p. 55

2 Ibídem, p. 56. Los destacados son nuestros 5 contrasta con la de su tiempo, lo que le sirve además para legitimar el valor de sus enunciados en un saber empírico del que carecen el resto de los personajes

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También podemos mencionar el momento en el que Aquileo relata a su madre los motivos de su cólera, que lo llevan a reconstruir lo ocurrido entre el inicio de la peste, y el rapto de Briseida...En la voz de otros personajes (como el adivino, o Agamenón) encontramos también referencias a hechos futuros que luego son retomados y mencionados en el transcurso del relato. Sin embargo, estos elementos pueden interpretarse no tanto como saltos temporales prospectivos, sino más bien como vaticinios o expresiones de deseo o intencionalidad, que encuentran luego un correlato en las acciones que se suceden. La única unidad temporal concreta que se puede visualizar en la Ilíada es el día.

Entendido en su doble significación, se presenta en el relato tanto como oposición a la noche (es decir, momento en el que hay luz natural), en el sentido de unidad temporal que estructura la vida de los personajes. No se han encontrado referencias a unidades menores (como las horas) ni mayores (meses, años, etc.); tan sólo menciones a períodos de días (como los nueve durante los que la peste asoló el campamento aqueo). Existen, sin embargo, otros indicadores de temporalidad (fundamentalmente, en alusiones de diferentes personajes a la posición del sol) pero dentro de la unidad cronológica mencionada, sin que estas referencias indiquen otras unidades concretas. De este modo, las acciones se suceden en el transcurso de los días. Es este el único elemento que nos permite inferir el paso del tiempo. Además, la acción se realiza precisamente durante el día. Durante la noche, mientras el sol no alumbra la tierra, la acción del relato se detiene junto con la acción bélica. Es el período de descanso, de regreso al campamento para los aqueos, y al hogar para los teucros. De alguna manera, es el espacio simbólico para la vida privada de los personajes, en tanto que la acción pública se reduce ahechos poco significativos como la cena que se menciona hacia el final del Canto VII.

3 Cfr. Ibídem, en especial pp. 61 y 91

En este marco, los sucesos trascendentes se enmarcan dentro de la cotidianeidad de lo privado, sólo que, por la importancia de los personajes que los protagonizan, tienen luego correlato en el escenario de lo público. Al respecto, podemos mencionar el sueño de Agamenón, quien lo interpreta como un buen augurio divino por lo que se dispone a atacar Troya, o reflexiones y meditaciones, entre las que destacamos la de Zeus, también hacia el final decanto VII. Sin embargo, todo esto es mencionado de manera breve y sintética. La instancia narrativa privilegia siempre la alusión a lo acaecido durante el día. En el segmento de la obra que constituye el eje de nuestro abordaje, hallamos una elipsis temporal significativa: los nueve días que transcurren entre el desaire de Agamenón a Crise, y la reunión del pueblo en el Ágora, convocada por Aquileo. Ese lapso, es referido escuetamente por el narrador: “durante nueve días volaron por el ejército las flechas del dios. En el décimo…”4. Luego de esto, otra elisión menor, de tres días 5 entre el cese de la peste concedido por Apolo, y la entrevista de Tetis con Zeus. A posteriori, la sucesión de los días respeta la linealidad temporal, sin otros saltos temporales substanciales.

4 Ibídem, p. 58

5 “Cuando, después de aquél día [el del cese de la peste] apareció la duodécima

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