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Milly no pasaba por un buen momento en su familia. El consejo se había reunido y había hablado.


Enviado por   •  1 de Abril de 2016  •  Apuntes  •  3.604 Palabras (15 Páginas)  •  243 Visitas

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Sweethearth

Semana 1: Dalias

Milly no pasaba por un buen momento en su familia. El consejo se había reunido y había hablado. Sareth sería la Líder de escuadrón de escuadróndel Familia. Pero, sorprendiéndola, la comunicaron que no sería sellada. Casi se alegró. Casi, porque la siguiente noticia la impidió hacerlo. Sería comprometida. Ella no sería nunca libre. La sacaban de una jaula para encerrarla en otra. No dijo nada, y de poco serviría. Se limitó a asentir y alejarse poco a poco, como si se meciera.

Su padre la vio marchar y supo que, de alguna manera, había perdido para siempre a su hija.

Pocos días después, Karen se reunió con Ino y Sara bajo los cerezos florecientes.

Ey chicas, ¿Lo habéis oído?-preguntó entre susurros Karen

¿El que? – dijo Sara

Lo de Milly

Oh, si…pobrecilla. No se merece eso. Siempre es ella la que acaba sufriendo. Estúpido Familia Martínez y estúpidas normas. – comentó Ino enfadada.

Karen la entendía. Milly era la mejor persona del mundo y, sin embargo, parecía que los golpes siempre iban hacia ella. No sabría que hubiera hecho ella en su lugar, aunque ahora mismo no se lo preguntaba mucho. No con Saúl a su lado. La Cuarta Guerra Militar había terminado hacia dos años. Aun a día de hoy Saúl seguía siendo vigilado, pero había vuelto, había abandonado su camino de vengador que ya no tenía sentido y estaba con ella.

Incluso Mauricio lo había aceptado. Ahora estaba bastante ocupado como Líder de escuadrón de escuadróndel escuadrón, aprendiendo bajo la dura y atenta mirada de Teresa. Sus sueños se habían cumplido, y se notaba en su mirada. Le brillaban tanto los ojos que a veces temía quedarse ciega cuando lo miraba, igual que Saúl, que cuando lo veía siempre murmuraba, casi como una maldición, ``Estúpido ´´

Ino se apoyo aburrida en el mostrador de la floristería. No había fiestas hasta dentro de dos meses y eso solo significaba una cosa: aburrimiento. Puro y duro. Al no tener apenas trabajo se sentía como Saúl, y lo odiaba. Era una chica activa y no le gustaba que la vagancia se la pegara a los huesos.

La campanilla de la tienda sonó e Ino levantó la mirada. Una expresión sorprendida cruzó su cara.

-¿Qué haces tú aquí?

Lunes. 9 de la mañana. Milly se empezaba a despertar suavemente. Le llego el olor del desayuno, aromático y apetitoso, haciendo sonar sus tripas. Se lavó la cara, se cambió de ropa y bajo corriendo de puntillas. Entró en la cocina y un olor dulzón la hizo olvidarse del hambre.

En la mesa, en un jarrón blanco, había un ramo de Dalias frescas.

-¿Para qué son las flores?- preguntó en un hilo de voz, no muy alto, temiendo molestar.

-son para usted, señorita Milly. Las hemos recibido apenas 10 minutos.

-¿Pa-para mi? ¿De qui-quien son?

-No lo ponen, y no viene ninguna tarjeta.

Milly no lo entendía. Gracias a su amiga Ino, había aprendido a diferenciar las flores y sus significados. Por eso estaba perdida con aquel ramo. No tenía sentido.

Dalias. Reconocimiento.

¿Reconocimiento de que?

Semana 2: Margaritas

Andrés entrenaba frenético, dejando que el sudor empapase sus ropas. Todavía olía a flores, y no le gustaba. Las flores tenían un olor demasiado femenino y cargante, demasiado fuerte. Él era un hombre, no quería oler a flores. Por supuesto, en el campo también había flores, pero el olor que se impregnaba era el de campo. Le gustaba ese olor. Era maravilloso. Lleno de vida. Su segundo olor favorito era el del cielo mezclado con los rayos de sol. Le olía a verano, a calor y a energía. Mauricio le recordaba al verano, por eso le gustaba tenerle como amigo. Milly, en cambio, olía a primavera. Olores tenues y sutiles, agradables al olfato. Andrés apreciaba a Milly. Aún así, se juró que no volvería a entrar en aquella floristería nunca más si podía evitarlo.

Mauricio suspiró por enésima vez aquel día. Llevaba todo el día firmando papeles. Aburridos e inacabables papeles. Nadie le había dicho que ser Líder de escuadrón fuese un trabajo tan….triste y aburrido. Añoraba volver a salir en misiones, sentir el aire golpearle la cara al correr. De todos modos, Teresa le había dejado bien claro que solo estaba de prácticas, aún estaba demasiado verde para ser Líder de escuadrón. Quizás en unos años, cuando hubiese madurado.

Mauricio se lo agradecía infinitamente. Todavía necesitaba ser un militar en el sentido más literal de la palabra. Cuando pasasen unos años y se hubiese calmado un poco volvería a ocupar el puesto con el que siempre había soñado. Miró por última vez a la ventana antes de volver a concentrarse en los papeles. Era primavera y las margaritas estaban empezando a llenar todos los pardos dejando un aroma sutil en el aire. Le gustaba aquel olor.

Ino preparó el ramo que se mandaría a la familia Martínez a las 9. Milly ya había venido a preguntar por el desconocido que la envió el ramo de Dalias. Ino le dio una excusa pobre. Excusa que Milly aceptó dulcemente. Era primavera y a ella le encantaba esa estación. Cerró los ojos y dejó que el olor inundase su nariz. Aquella mezcla de olores era tan fascinante…

Milly bajó las escaleras despacio. El Familia Martínez aun tenía que ponerse de acuerdo en quien sería su prometido. Ninguno parecía satisfacer a su padre y por lo que parecía, encontrar a uno iba a llevar meses. Mejor así. Había preguntado a Ino por las flores, pero dijo que ella no sabia nada. ¿Quizás uno de sus pares había atendido al cliente? De cualquier modo le resultaba más fascinante no conocerlo. Añadía un poco de misterio y alegría a su vida. Hacia tanto que no veía a Mauricio…estaba ocupado preparándose para el puesto de Líder de escuadrón, las reuniones, los entrenamientos…empezaba a ser difícil ver su alocada cabellera por El País. Un olor la llenó las fosas nasales. Lo reconoció inmediatamente. Margaritas. Estaba acostumbrada a su olor. Después de los entrenamientos solía tumbarse sobre la hierba llena de flores con Bryan, Andrés y Akamaru, disfrutando de aquella paz.

Entró en la cocina, y allí estaban otra vez. Un jarrón blanco con un ramo de flores frescas en él. Un sonrojo leve adornó sus mejillas.

Margaritas. ``eres la más bella´´

Semana 3: Pensamientos

Bryan había apreciado cambios en sus camaradas. Milly parecía más alegre, no feliz. No, pero sí más alegre. Andrés, en cambio, parecía molesto. Incluso había visto sonreír a Saúl un día. Todo el mundo parecía comportarse raro. Quizás debería abrazar a la gente que se encontrase por la calle.

Su intuición parecía agitada cuando estaba cerca de Andrés, que solía lanzar miradas furtivas a Milly. Raro. Muy raro.

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