Momentos De La Clase

La estructura de una clase planificada y desarrollada con Pedagogía Conceptual consta de tres fases:

1. FASE AFECTIVA

2. FASE COGNITIVA

3. FASE EXPRESIVA

De esta manera se concibe el proceso que desarrolla la mente humana durante el aprehendizaje.

La fase afectiva: Es uno de los espacios más importantes de la clase. Se trata principalmente de crear excelentes condiciones para la escenificación de las enseñanzas. Es la oportunidad que tiene el docente para convencer a los estudiantes de la importancia, trascendencia, aplicación y utilidad de lo que van a aprehender. Igualmente el docente aprovecha para hacer que los estudiantes tomen conciencia de lo poco que conocen acerca de las habilidades y competencias a aprehender.

Si los estudiantes reconocen la importancia de lo que aprehenderán y de los vacíos cognitivos y expresivos que tienen, está listo el terreno para un buen aprehendizaje. Por lo tanto, el docente debe complementar esta fase con el desarrollo de estrategias de motivación, interés y gusto.

La fase afectiva a su vez tiene tres momentos, que son:

• Momento de la apertura: Si se trata del primer momento de la clase, si es la primera hora después del saludo, se realiza la oración y una corta reflexión como introducción al proceso que se va a iniciar. Es importante que esta reflexión gire en torno a valores espirituales y morales, principios cristianos, testimonios de vida, aspectos formativos, biografías, etc.

Si no se trata de las primeras horas de la jornada, el docente puede iniciar con un saludo cordial seguido de la organización del salón y la disposición necesaria. Puede continuar con mensajes formativos, dinámicas u otras actividades alusivas a las enseñanzas de la clase.

• Momento de los niveles de motivación: Es generar en los estudiantes la motivación por el aprehendizaje logrando que ellos vean la necesidad, la utilidad y la aplicación de las enseñanzas, demostrando gran interés y expectativa.

• Momento del planteamiento de los propósitos: Los propósitos son el norte de la actividad académica. Indican lo que se quiere lograr, hasta dónde se desea llegar con los estudiantes. En consecuencia, es necesario formularlos con mucha claridad, hacer que los estudiantes los comprehendan, los interioricen y colocarlos como referente para valorar desempeños. Deben ser formulados en sus tres dimensiones o de acuerdo a la necesidad de cada clase.

o Propósito afectivo: Indica la disponibilidad, aceptación y niveles de interés que el docente debe lograr en los estudiantes para que ellos alcancen los aprehendizajes y adquieran las habilidades y destrezas pertinentes.

o Propósito cognitivo: Hace referencia a los niveles de comprehensión que los estudiantes deben alcanzar acerca de las enseñanzas de la clase. Tiene que ver con la claridad cognitiva de la habilidad, el insumo y de las operaciones que se van a desarrollar a través del respectivo instrumento.

o Propósito expresivo: Se refiere al hacer, al cómo se ejecuta la habilidad, es decir, al desarrollo de la competencia.

Por ejemplo:

• La habilidad y el criterio se presentan de manera directa y sencilla. Por ejemplo:

• El momento de la aproximación: Puede iniciarse con la presentación de una Situación Significativa de Aprehendizaje (SSIGA). Éstas pueden ser anécdotas, eventos, noticias, narraciones agradables, biografías, etc., con el fin de conectar los procesos de motivación con la fase cognitiva. Sin embargo, la SSIGA se puede utilizar en cualquier momento de la clase. Se continúa con una serie de preguntas a los estudiantes acerca de las habilidades y preconceptos (saberes previos – retroalimentación – evaluación).

• Momento de la comprehensión: Se hace la presentación y comprehensión del insumo con el cual

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