Obligaciones Pecuniarias.

Gran cantidad de personas escépticas del lenguaje consideran que la gramática supone una obligación absurda para el escritor o el periodista, para el abogado o presentador de televisión, un carácter atribuido que limita su creatividad. Esta opinión se extiende a la sintaxis, la semántica, la ortografía, etc.

Al hablar o al escribir se cometen errores cuanto el autor viola lo que constituye la norma de los hablantes, que los mismo han decido asumirla como tal a través del tiempo. Solo el gusto general decide qué condenamos como una cacofonía o una aliteración, solo el conocimiento profundo del idioma, de su historia literaria y de su uso actual, o en su defecto el talento, nos permiten la elegancia de elogiar o despreciar una frase.

La gramática, la sintaxis e incluso la fonética componen ese afinador, esa norma que sirve de referencia al lector y a quien le escriba, que permite realzar las palabras o frases que se planteen; sin ella nadie podría interpretar la más mínima composición literaria. Así, un buen autor de novelas tal vez no haya aprendido en la escuela gramática y sintaxis, pero no tendrá la facultad de escribir sin ellas.

2. Explica qué argumentos proporciona Alex Grijelmo para convencernos de la importancia de la gramática.

Uno de los principales argumentos que utiliza es afirmar fervientemente que tanto la gramática, la sintaxis y la fonética conforman ese elemento perfeccionador básico que sirve de referencia al lector y a quien le escriba, que permite templar las cuerdas de la guitarra y la piel de los timbales; aquí hace una comparación metafórica entre instrumentos musicales y los elementos que antes mencionó que tienen la función de afinar el lenguaje. Si una persona va en contra de las normas que se han establecido en la gramática, o simplemente no las posee no podrá interpretar ni componer una sinfonía literaria.

Por otro lado, menciona la burla que hacía Miguel de Unamuno sobre la necesidad de aprender la gramática, pues para él era innecesaria, que no era primordial aprenderla, ya que solo se necesitaba tener qué decir. Sin embargo, una vez que se aprenda gramática se tendrá mucho más que decir, porque se obtendrá la capacidad de razonar.

Asimismo, se refiere a que no hace falta estudiar gramática para “escribir y hablar con corrección” como no hace falta aprender solfeo para tocar la flauta. Denotando claramente que las dos deben estar presentes en todo momento, ni uno ni otro podrán resultar si no son complementados. Por ejemplo, un gran escritor de novelas quizá no haya aprendido en la escuela la gramática, pero no logrará escribir sin ella. Demostrando así, que la gramática cumple un papel fundamental en el uso, la escritura y el habla de nuestro idioma, y que sin ella este se atrofiaría penosamente.

3. Expón de forma crítica tu opinión sobre el contenido del texto.

La excelente comparación que el autor del texto hace entre la música y el lenguaje traduce de forma clara y concisa que, para que pueda existir una buena afinación es necesario tener el solfeo siempre presente, jamás debe ser rechazado ya que obviamente habría desafinación en la ejecución de cualquier sonido musical. En cuanto al lenguaje, este no puede estar correctamente estructurado, hablado, escrito o señalizado si no se cuenta con una serie de elementos que lo enriquezcan, normas que los hablantes han decidido asumir como tal, si estos elementos no son utilizados el lenguaje va a ser deplorable, con grandes incorrecciones y en general, pobrísimo.

El autor hace referencia también a que solo el gusto general decide qué condenamos como una cacofonía o una aliteración, sin embargo, esta afirmación es muy relativa, puesto que cada persona puede tener un criterio diferente sobre lo que considera que esta correcta o incorrectamente escrito; este criterio podría ser tan amplio y diferente del que otro individuo pueda tener que, para llegar a un acuerdo se necesitarían grandes deliberaciones. Además, cada país o nación tiene su propia forma de expresar el idioma, ya sea hablado o escrito, al igual que sus propias normas gramaticales que muy posiblemente van a discrepar del que se utilice en otra población.

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