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Padres E Hijos


Enviado por   •  29 de Abril de 2014  •  1.151 Palabras (5 Páginas)  •  174 Visitas

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Nuestros padres tiene mucha más experiencia que nosotros y han pasado por la adolescencia al igual que todos, tal vez de ahí venga el comentario de William Shakespeare “los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes”. Creen que son aptos para dar cualquier sugerencia, pero no piensan que los humanos no somos perfectos y que todos podemos equivocarnos. Es cierto que han pasado muchas más cosas y vivencias, han pasado por lo mismo de los jóvenes, los mismos problemas, pero realmente ¿tienen respuesta a todo?, personalmente creo que no. Los adolescentes somos hábiles, astutos, vivimos en nuestra época y entendemos los problemas que están surgiendo, pero los padres jamás lo entienden, siempre están repitiendo: “en mis tiempos”.

Un adolescente busca su identidad, su futuro, forjar su personalidad, es verdad que la familia ayuda mucho, ya que se dice, aprendemos lo que vemos en casa, pero hay ocasiones en que nos equivocamos; no encontramos respuesta a nuestras interrogantes, los padres siempre están criticando y no se dan cuenta que muchas veces no necesitamos un consejo, sino una presencia en quien poder confiar y desahogarse. Hay un refrán muy sabio que dice “jóvenes y viejos todos necesitamos consejos”, les criticaría eso que se han pasado desde que nacimos tratando de criar el árbol derecho pero son ellos los que en ocasiones se encorvan. Muchas veces tratas de mostrar tu opinión respecto a un tema, pero siempre la opinión válida es la de ellos ¿por qué? Por su experiencia. Dicen que quieren lo mejor, y que cuando seamos padres los vamos a entender, así como Enzo Ferrari dice “el único amor perfecto es del padre por su hijo”, quieren lo mejor, es entendible, no nos quieren ver fracasados más adelante, pero en ocasiones nos hacen un daño, no nos dejan expresarnos, y cuando por fin podemos hacerlo, somos sin respeto… hablan y hablan, y uno se ve chiquito, como que cada palabra que sale de su boca lo hace más grande y a uno más pequeño, al final uno ya ni escucha, simplemente piensa en las tantas cosas que le diría, como una frase muy cierta de Pablo Neruda “me gustas cuando callas porque estas como ausente”, que lindo sería ser por un día solo tú, y escribir en todas partes todo lo que piensas y lo que nadie te comprende.

Por eso lo padres siempre nos dicen “tu siempre serás mi bebé”… como también lo planteaba Osho “el problema con la familia es que los hijos abandonan un día la infancia, pero los padres nunca abandona la paternidad”, tal vez quieren que siempre seamos pequeños y vallamos a todos lados con ellos, o que nos pongamos esa ropa que nos compran, no quieren que crezcamos para que no manifestemos descontento respecto a un tema que cuando pequeños siempre asentíamos pero que ahora te lo cuestionas y quieres hacerlo saber, ahí viene un nuevo pleito, ¿Quién tiene la razón? El experimentado o el que a cada momento se tropieza. “Los jóvenes piensan que los viejos son tontos, los viejos saben que los jóvenes son”, así decía John Lyly y así piensan nuestros padres que somos, pero si supieran en realidad todo lo capaces que somos de superarlos a ellos.

Es lindo tener una familia, unida como lo es la mía, pero hay veces que me siento ahogada, y he escuchado a adolescentes que les pasa lo mismo, algunos peores, otros sólo exageran. Los padres deben entender que se equivocan, que a veces uno también quiere decirles que están haciendo algo mal y que no por hacerlo significa que no los queramos, sino como ellos, también queremos expresarnos y como ellos, también queremos que entiendan o por lo menos se den el trabajo de escuchar, simplemente escuchar.

“Una casa sin hijos es una colmena sin abejas”, así decía Víctor Hugo. Que frió se sentiría el hogar si un día nos estuviésemos presentes; he escuchado muchas veces a padres que dicen “Extraño sus gritos, sus desordenes, su música fuerte” pero, ¿Por qué no les gusta cuando estamos ahí? ¿Por qué lo extrañan cuando no estamos en casa? ¿Se habrán puesto a pensar todo esto? Creo que no, están tan ocupados que el tiempo ya ni les alcanza, se quejan que los estresamos pero ¿pensarán el cómo nos estresan ellos? Reprochando todo el día, tratando a cada instante que seamos mejores, como decía Tom Haggi “un indicador de que hemos sido buenos padres, es que nuestros hijos, superen nuestros logros”, tal vez piensan de igual forma los adultos que siendo buenos padres nosotros seremos buenos hijos, nadie se los discute, pero deben ponerse un momento en nuestro lugar y entender que el pasar de la infancia a la adolescencia es un paso muy difícil y complejo y que ya bastante tenemos con nuestros problemas del día a día, a veces no sabemos si tomar el camino difícil o dejarnos llevar por el más fácil, no sabemos como comportarnos, si lo que estamos haciendo está bien o mal, si realmente se hace así o de otra manera, si nuestra vida la estamos formando correctamente, o si somos tan buenos hijo como quisieran que fuésemos!!! .

Si un día se dieran vuelta los papeles y al llegar del trabajo les dijéramos, ¿escuchaste a tu hijo?, ¿sabes porque ayer estuvo llorando?, ¿te enteraste que está pololeando?, o simplemente ¿te diste cuenta que quiere un abrazo o un te quiero hijo?, se estresarían, tal vez se cuestionarían si están siendo buenos padres, así como nosotros nos preguntamos día a día, ¿seré buen hijo?, ¿les gustará esto que hice?, ¿y si no se sienten orgullosos de mí?, ¿Qué hago?!!!.

Como moraleja a los padres les podríamos decir que por lo menos un día dejen sus quehaceres habituales, cotidianos, y se dediquen a conversar con sus hijos, que se interesen por saber que pasa en el corazoncito del bebé que ha dado un paso más y que ya es un adolescente y pronto será un adulto y el apoyo es fundamental para crecer y superarse, si realmente nos quieren ver como personas exitosas se preocupen también de nuestro corazón y que muchas veces necesitamos oír un “tienes razón hijo yo me equivoqué” para por lo menos sentir que estamos pensando bien o que por lo menos por las noches antes de dormir piensen, conversen y se pregunten ¿ lo estamos haciendo bien?... sería una muy buena demostración de cariño y atención el que se preocupen no sólo de nuestro futuro sino también de nuestro presente.

Los adultos, con su experiencia, son muy sabios, pero los niños o adolescentes solo con observar a veces nos damos cuenta de los errores de nuestros padres, y es una muestra de humildad reconocer un error. Es más sabio el que lo reconoce, al que lo omite para no ser menor…

Es verdad que a nadie le enseñaron a ser padre pero, ¿a quién le enseñan a ser hijo?...

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