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Prólogo a la edición mexicana


Enviado por   •  22 de Junio de 2013  •  Tesis  •  1.321 Palabras (6 Páginas)  •  226 Visitas

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Prólogo a la edición mexicana

Desde principios de los años ochenta establecí que los programas escolares

posibilitan una articulación entre el campo del currículum y el

ámbito de la didáctica. Esta afirmación ha venido orientando los

desarrollos conceptuales que he realizado sobre este tema. En el fondo, se

trata de una trama que tiene un siglo de conformación y que en pocas

ocasiones nos detenemos a dilucidar.

Varias cuestiones es necesario tener presente. En primer término, la

conformación de la institución escolar que conocemos (la escuela del

Estado nacional) fue el resultado de las legislaciones que se establecieron

inicialmente en Europa a mediados del siglo XIX, por medio de las cuales

se establecía la obligatoriedad, gratuidad y laicidad de la educación. Pero en

el fondo se establecía el sistema educativo y se normaba su funcionamiento.

En ese contexto la didáctica desarrollada entre los siglos XVII y

XVIII necesitaba de nuevas formulaciones. Pero la didáctica (una

disciplina por antonomasia del y para el docente) concebía la tarea

educativa como un acontecimiento que sucede al interior del aula, en una

relación entre el maestro (en singular) y el alumno, sin tomar en

consideración ningún otro elemento adicional. A ello habría que añadir la

Revolución industrial desarrollada a lo largo del siglo XIX, que no sólo

incorporaría la máquina para reemplazar la fuerza humana, sino que sería la

base de la creación de ciudades en torno a la fábrica como centro de

producción. Todo ello originó una serie de cambios radicales en la vida

familiar y social.

La estructura epistémica de la didáctica no permitía (y probablemente

tampoco permite ahora) ofrecer una respuesta a esta situación. En parte

por ello, los saberes didácticos, junto con los saberes pedagógicos, son

ampliamente despreciados e ignorados en la actual era de reformas en pro

de la calidad. Los especialistas vinculados a la política educativa festejan

que en la actualidad se den a conocer los resultados que nuestros alumnos

obtienen en las pruebas internacionales, nadie trabaja por entender qué

significan esos resultados, ni mucho menos por establecer estrategias

didácticas y pedagógicas, para modificar los sistemas de aprendizaje de

los estudiantes. Es como si lleváramos un automóvil a un taller para que la

computadora detectara electrónicamente sus fallas, y con ese reporte se

fuera a un segundo taller a hacer lo mismo, y así a un tercero, cuarto, etc.

Y como si el dueño del automóvil se extrañara de que en todos los talleres

se detectara la misma falla. No basta con señalar la falla, es necesario

identificar su origen y realizar acciones para eliminarla.

La didáctica no daba las respuestas que requería la educación del ser

humano de cara a la industrialización y en el proceso de conformación de

los sistemas educativos. Esta es la razón por la cual, en el marco del

pragmatismo estadounidense se conforma una nueva disciplina (no un

nuevo vocablo, pues este existía también desde el siglo XVI), el campo del

currículum. Si la didáctica atendía los intereses del docente, el currículum

se abocaría a analizar los intereses de la institución educativa (del sistema

educativo y del sistema escolar). Reemplazaría los saberes del humanismo

clásico y moderno que son la base del pensamiento didáctico, por saberes

vinculados al pensamiento pragmático. Recordemos que Bobbit en el

prólogo de su libro The curriculum (1918) planteaba una discusión entre un

aprendizaje enciclopédico (sólo para saber) y un aprendizaje útil para

resolver los problemas que a un ciudadano se le presentan en el mundo

cotidiano, mientras que en el capítulo seis, el que denomina «construcción

científica de un currículum», establece que cuando se quiere formar a un

agrónomo, es necesario ir a preguntarles a los que contratan agrónomos

para qué los contratan y, una vez que se tenga claro para qué se les

contrata, entonces proceder a revisar si el proyecto de formación en los

planes de estudios incluye esas habilidades.

De esta manera la teoría curricular responde a varios elementos: a) a

una perspectiva pragmática de formar al hombre para ejercer su ciudadanía,

para un desempeño democrático, para incorporarse al mundo del trabajo y para el progreso personal y social; b) a la necesidad de la

industrialización de formar al trabajador que tenga los conocimientos y

habilidades que se requieren para un buen desempeño de su tarea, así como

las actitudes que le permitan integrarse a un sistema productivo; y, c) a

las

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