RESUMEN ANALÍTICO DE LECTURAS

Autor: Duccio Demetrio

Su investigación promueve la escritura de uno mismo, tanto para el desarrollo del pensamiento interno y auto-analítico, como una práctica filosófica. Ex profesor de filosofía de la educación y de teorías y prácticas de narración en la Universidad de Milán Bicocca, ahora es director científico del Centro Nacional de Investigación y estudios autobiográficos de la Universidad Libre de la Autobiografía de Anghiari (fundó en 1998 junto con Saverio. Tutino) y "Accademia del Silenzio

Título: Escribirse

La autobiografía como curación de uno mismo

Fecha de edición. Editorial: Paidos Barcelona / 1999

Resumen: 

“Hay un momento en la vida en que uno siente la necesidad de relatarse de un modo distinto al habitual”,  esta es una de las frases con las que empieza el texto y recoge la idea principal de este además no se trata de un deseo íntimo cualquiera, referido a nosotros mismos y al placer de hablar de sí, consigo y para sí mismo. Tampoco se refiere a la necesidad de recuperar, a propósito de una conversación o de un instante compartido, algún recuerdo hasta entonces perdido. Se trata de algo mucho más importante y profundo que da sentido a la vida.

De igual manera permite a quien se encuentra escribiendo sentir que ha vivido y que todavía está viviendo, que la pasión por el propio pasado se transforma en pasión por la vida posterior;  Sólo entra a formar parte de nuestra experiencia humana e intelectual cuando le cedemos un lugar en nuestra vida diaria; cuando hacemos de nosotros mismos (quien soy y quién he sido).

El pensamiento autobiográfico, incluso cuando se dirige hacia un pasado doloroso, representa una historia de nosotros mismo de pasado al cual estamos atados, y dicha reconciliación y esto proporcionara  al autor de su propia vida una sensación de paz interior es un pensamiento que nace de nuestra individualidad y del que solo nosotros somos los actores conoce y visibiliza los momentos afectivos, abandona el egocentrismo que parecía caracterizarlo y se transforma en un nobleza del alma.

Incluso la vida más lineal, coherente y fiel a la dirección del yo, cuando se interroga a sí misma al hacer autobiografía  sabe bien que las tentaciones, satisfechas o reprimidas (y quizá sea éste el “pecado” para la tradición religiosa más atávica), no han sido nada más que una traición a este yo. El trabajo autobiográfico reduce el yo dominante y lo degrada a un yo necesario, es el que une y entrelaza y reconstruyendo, construye y busca la única cosa que vale la pena buscar – por el mero gusto de buscar – y que constituye el sentido de nuestra vida y de la vida en general.

La autobiografía es un viaje formativo y no un ajuste de cuentas. Sin embargo, la relevación de haber sido muchos yos, que a lo largo de los años o en un mismo día nos empuja a seguir haciendo lo mismo hasta que nos sea permitido y durante todo el tiempo que nos esforzaremos para llevar a término la obra de nuestra vida y destinada a no completarse nunca.

Cuando el pensamiento autobiográfico llega a pensar en plural, o mejor dicho a este estado de ánimo el ciclo de vida del relato de sí mismo termina para volver a empezar de nuevo. Solamente cuando lleguemos a este umbral tendremos la sensación de haber emprendido un insólito recorrido de autoformación. Solo entonces descubriremos que hemos abierto y estudiado los libros de nuestra biblioteca interior que habíamos ido escribiendo sin darnos cuenta. Y en los cajones de la memoria encontraremos todos los géneros literarios: novelas de aventura, alguna novela negra, lirica, novelas anecdóticas, fabulas, innumerables esbozos y muchas, muchísimas prosas concluidas o dejadas a medio escribir.

Toda nuestra existencia es un largo viaje en busca de aquella “construcción sintáctica” de la que depende la posibilidad de comprendernos y de ser comprendidos por los demás. Somos ante todo lenguaje y nuestra salud mental reside justamente en el hecho de conseguir unir con cierta coherencia las partes de nuestros discursos, monólogos o diálogos, en las escansiones que inevitablemente sugieren la literatura y el teatro

El destino es una composición de palabras en la que cada uno puede descubrir las suyas propias. Su devenir es dramático con el riesgo de algunas repeticiones que documentan mediante la autobiografía la historia de las “cosas esenciales” de la vida individual. En cuanto tales, los sentimientos, lugares, personas y estados de ánimo de la vida individual, “ponen en escena” y dan a conocer el pasado y, al mismo tiempo, nos permiten entrever los indicios del futuro que nos espera. Y como sucede siempre en estos casos, los instintos tienen una doble dimensión: la huida, perdidos y sin yos, o bien la aceptación que surge de un conocimiento más maduro (no psicológico sino existencial) de lo que uno es y podría llegar a ser; al precio de lanzar una mirada sobre los rastros visibles de la estela humana que vamos dejando.

Volver monótona la existencia, para que no sea monótona. lo cotidiano para que la más pequeña cosa sea una distracción. En medio de mi trabajo de todos los días, oscuro, igual e inútil, e surgen visiones de fuga, huellas soñadas de islas lejanas, fiestas en avenidas de parques de otras eras, otros paisajes,  otros sentimientos, otros yos. La autobiografía demuestra de nuevo que pertenece más al imaginario y, por lo tanto, al futuro, que no al propio pasado. Si advierto la nada, el aburrimiento y la distancia de todo y de todos, es porque soy distinto a todo esto; si puedo describir la monotonía, es porque yo soy distinto a ella; si me siento extraño a todo y puedo observarme de este modo, me demuestro a mí mismo que no soy vacuidad sino que yo soy algo, al menos una entidad narrativa.

El autobiógrafo se da cuenta de que, para trabajar en el caos y no reducirlo todo a una modesta tarea escolar, debe emprender la búsqueda de la que hemos llamado “la sintaxis” de nuestra vida pasada. “Sólo la nota que dice algo esencial tiene derecho de existir”.

El texto se articula a través de una amplificación de sub-escenas que nos remiten orden de la escritura y a sus razones: la descripción de los personajes, lugares, acciones y pasiones sufridas o buscadas con voluntad manifiesta. Sin embargo nos alejamos de las “esencias”. Recuerdo los nombres que de niño daba a las hierbas y las flores escondidas. Recuerdo dónde se encuentra el sapo y a qué hora se levantan los pájaros por la mañana y el olor de los árboles y las estaciones, qué aspecto tenía la gente y cómo caminaban; también recuerdo su olor. La memoria de los olores es persistente.

Conceptos claves: 

Memoria: lugar donde se encuentra muchos recuerdos, sensaciones, emociones

Autobiografía: es una recopilación de momentos de la vida de una persona donde se narra y se tiene en cuenta varias cosas en cuenta en gramática y contenido.

Pensamiento

Comentario analítico: No es casual que quien pierde completamente la memoria debe ser reeducado en todo o en casi todo. Recordar, y las cosas que recordamos, no sólo tiene una función pedagógica prolongada, de la que sólo nos damos cuenta si reflexionamos sobre ellos; sino que también, como es nuestra intensión proponeros, invita a cultivar una pedagogía de la memoria que nos permita recuperar la sacralidad de aquellas experiencias. Son “sagradas” –en sentido laico, a pesar de que el respeto por la vida, y en primer lugar por la nuestra, es ya de por sí religioso- aquellas circunstancias que podemos reconocer y reconstruir a partir de la reminiscencia de las cosas que, día a día, han ido construyendo nuestra existencia

En el fondo, en estos años que ahora ya tienen al declive, el destino ya se ha cumplido y el panorama de mi vida se presenta tan entramado que mi deber y quizá mi derecho es perdonar a todos y a todo, regalándoles, simbólicamente, mi recuerdo. Podemos ser bondadosos escribiendo nuestra autobiografía, pero no podemos escapar a la pregunta clave: “tú, que compareces desde las sombras de la memoria ¿qué me has enseñado sobre las cosas del amor, el trabajo, el ocio o el modo de afrontar el dolor y el sufrimiento?”. Uno escribe la propia historia de vida para demostrarse a sí mismo que ésta no es más que vacío y nada.

“No debo relatar mi historia para descubrir quién soy, sino porque tengo la necesidad de fundarme en una historia que pueda sentir mía”.

Preguntas e inquietudes: 

• ¿Cómo se puede generar una buena autobiografía sin tener que mentir en cosas que no hay recuerdo?
• Que tan bueno es realizar una autobiografía con niños y niñas de diferentes contextos
• Se debe seguir algún orden para realizar el escrito de una autobiografía.

Utilidad y aportes: la autobiografía es una herramienta que permite conocer mucho relatos de diferentes personas de cómo vivieron la infancia y que ha pasado en el trascurso del tiempo en esa transformación de infancia y que nuevas concepciones son vividas en el este tiempo. Además el realizar una autobiografía de uno mismo permite liberar ciertas cargas de nuestra infancia y etiquetas que no permiten observar estos sujetos desde otra mirada y poniéndose en una posición menos adultocentica. Además los aportes que genera Duccio Demetrio permiten poder mirar otras opciones para poder relatar la autobiografía de una manera más descriptiva teniendo en cuentas varios elementos que permiten traer al presente recuerdos guardados en la memoria.