Trabajo 16 De La Rieb

La evaluación es un ejercicio continuo que influye en todas nuestras acciones y decisiones, así como la evaluación de los otros hacia nosotros o nuestros desempeños determinan aspectos eminentes de nuestra vida. Por esta contundencia de la evaluación sobre todo en el ámbito educativo es necesario conocer, comprender, analizar y adecuar las tendencias que imperan en el presente siglo. Las tendencias sobre la concepción de la evaluación educativa están íntimamente relacionadas con el desarrollo curricular y por ende con los paradigmas teóricos rectores.

El profesor deja su papel tradicionalista para convertirse en facilitador, que guiara el proceso de formación del alumno a través de la motivación al lograr retos, realizando acciones que conllevan a la calidad de la educación mediante la implementación de estrategias de evaluación que se aplicaran en todo momento: Diagnostica, formativa y sumativa, permitiéndonos conocer hasta donde el alumno se ha desarrollado personalmente en el que reflejara su nivel de éxito y permitiendo el ajuste necesario al programa, a la planeación de la mejora del aula.

No solo se registra lo que el alumno a logrado sino que también permite observar la integración de conocimientos, capacidades, habilidades, avances así como la conducta que él adquiere a lo largo del proceso, en el cual será el centro, actor activo en la evaluación.

Los tres tipos de evaluación son esenciales y útiles para el profesor ya que entre ellas se complementan para lograr los aprendizajes esperados dándole pauta para autoevaluar y evaluar su propio aprendizaje.

Pasadas son las épocas en que evaluar era sinónimo de examinar al final de un curso académico y cuando, sin tener en cuenta el progreso realizado por el alumnado, su punto de partida y sus logros parciales, se dictaba sentencia en función de los resultados obtenidos en único examen final, definitivo.

Un planteamiento actualizado de la evaluación debe basarse en prácticas cuya finalidad es comprobar lo que el alumnado sabe. Se trata de valorar las adquisiciones que se han realizado, ya que la evaluación es parte fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje y uno de sus objetivos es el de informar a los agentes educativos de los avances que se van logrando para reafirmarse en la aproximación que se está poniendo en práctica o para ayudar a reformular ésta introduciendo los cambios necesarios.

Esto significa que no sólo el alumno/a es objeto de evaluación sino que lo son todos los agentes educativos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje incluyendo, así mismo, recursos, metodología y materiales utilizados. Desde esta perspectiva, la evaluación significa valorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en su conjunto y modificar éste para adaptarlo a las necesidades y características del alumno.

avances que los alumnos tienen o los retrocesos que existan en algunos temas. Esto nos permitirá realizar las estrategias pertinentes para realizar el trabajo dentro del aula, como nos presenta la lectura que muchas veces los maestros califican dependiendo de la memorización no tanto del análisis, de que se realicen y contesten los problemas como ellos lo enseñaron y explicaron y si el alumno lo presenta de una forma distinta a la que le explicaron.

Las diferentes formas de evaluación nos ayudan a que se relacionen entre los mismos alumnos utilizando la coevaluación. En el caso de la autoevaluación los alumnos hacen uso del juicio crítico aplicado a su persona, esto les sirve para mejorar su desempeño, perfeccionar, seleccionar y observar sus avances con respecto a sus compañeros, demostrando el grado de honestidad de cada uno de ellos, propiciando así un trabajo colaborativo y aceptando las diferencias de sus pares, esta forma de evaluar se lleva a cabo al principio, durante

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