Un futuro sin contar.

Un futuro sin contar

En un cuartico, diminuto como el escondite de un ratón se encontraba, Apolo Rammstein un pequeño niño, de descendencia rusa, el cual vivía en Canadá ,el cual le encantaban los chistes era un maravilloso orador porque desde pequeño sus padres le infunda ron el arte de hablar en público, en un pequeño establecimiento de bingo la única distracción era Apolo con sus maravillosos chistes y su gran simpatía con la cual conquistaba a todo quien conociera, su madre María Antonieta Rammstein se sentía orgullosa de su gran orador y de quien le mantenía la clientela al tope, su padre Alberto Cristancho trabajaba de albañil a dos cuadras de ahí y era un hombre muy varonil era tan varonil que cuando hablaba su bigote se paraba por su gran vozarrón, él no estaba de acuerdo con que Apolo fuera un comediante creía que quienes contaban chistes también les contaban las moñas solo dejaba que fuera quien le llevará la clientela a su esposa, en esos tiempos el país estaba pasando por una situación de que las mismas políticas se encargaban de que la sociedad se volviera corrupta y desalmada sin fundamentos ni principios, mientras unos necesitaban del gobierno y no los atendía la única salida que encontraban eran la corrupción y Apolo después de un largo tiempo de crecimiento y después de una década de contar chistes el, la única escapatoria que encontró de escaparse de ese mundo enfermo en el que vivía, ya Apolo con sus 20 años decidió en prender su sueño viajar a España uno de los mayores influyentes en la comedia, Apolo sin haberse ido de la casa a sus veinte años todavía era El Niño consentido de mama el cual lo traba como un bebe, le dijo a du madre el gran sueño que tenía y como hace cinco años atrás estaba trabajando para un programa de comedia llamado Comedí flash una gran cadena de asociados los cual se dispersaban por todo el mundo y a él le se le presentó la gran oportunidad de estar en España uno de los grandes asociados de este programa televisivo. La madre de Apolo estaba impactada con la resiente noticia que le había dado su hijo sentía un aire de angustia, al mismo tiempo de nostalgia y preocupación de como Apolo le diría a su padre la reciente noticia, María Antonieta Rammstein fue a buscar a el padre de Apolo a dos cuadras de allí para ir suavizando el rigor de su esposo.

Alberto dijo: hola mujer que es lo que quieres a un estoy en el trabajo es que no ves o ya te llego la rapidilona quien está dejando ciegos a todos.

María Antonieta: No es eso Alberto, y mucho menos tengo la rapidilona, entonces como llegue hasta acá, en fin vengo por algo de nuestro querido hijo.

Alberto: ah del supuesto comediante, dicen que hace reír tanto a las personas que desde la luna se escucharían las risas de los jugadores de bingo pero a mí no me causa gracia, me parece algo irrevocable que es lo

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