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Usos y oportunidades

Javier Pérez CuervaApuntes28 de Enero de 2018

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Usos y oportunidades

Se podría decir que la opinión general del grupo entrevistado es que el uso de las nuevas tecnologías de Internet es un elemento que complementa la participación política ciudadana pero que no la sustituye. Dentro de este espectro encontramos opiniones y usos que van desde un extremo más escéptico y utilitarista hasta aquellos que piensan que realmente el uso de las tecnologías en determinadas situaciones a transformado la forma de participación ciudadana.

Para empezar, en lo relativo a las motivaciones y ventajas que ven los entrevistados a la hora de usar las tecnologías como arma de participación política y ciudadana encontramos que de forma general coinciden en que esta les ha permitido escuchar más opiniones y ser más críticos, llegar a más información de la que se emite en los canales de comunicación tradicionales e incluso entrar en contacto con personas y organizaciones de otras partes del mundo. Esto ayuda a crear redes y a mantener activa de algún modo la participación ciudadana.

Por otro lado, algunos de los componentes del grupo de discusión como Daniel reconocen también que no ven clara la ventaja de utilizar las nuevas tecnologías para la militancia política, afirmando que de hecho “estropean más la militancia política que otra cosa”. La principal causa de esto es que a día de hoy el hecho de compartir algo en redes sociales muchas veces parece sustituir la acción política. Esta opinión es compartida por la mayoría de los integrantes del grupo de discusión.

Sin embargo, esto no es contrario a que también reconozcan la gran ayuda que suponen las redes sociales para la difusión de informaciones y eventos de carácter político y social. Helena, de hecho, considera que esta colaboración en la difusión supone una ayuda incuestionable para hacer llegar a más gente el mensaje, y permitir la involucración de más personas en determinada acción, a pesar de que como señalan Daniel y Carolina, el supuesto éxito de los eventos difundidos por redes sociales casi nunca tienen una correspondencia con la afluencia de personas en el evento real. Para ilustrarlo Daniel señala que en acontecimientos de repercusión mundial como el 15M, cuyo éxito se achacó a la utilización de redes sociales, tal influencia fue relativa, ya que dichas movilizaciones se construyeron sobre una base de acción política previa en la que las redes sociales supusieron simplemente un elemento de difusión de todo aquello que no aparecía en los medios. En los casos en los que se propone una opinión diferente sobre el alcance de las redes sociales para implicar a la ciudadanía y transformar la participación política es a través de las experiencias expuestas por las entrevistadas de nacionalidad austriaca y guatemalteca, Julia y Carolina. Ambas reconocen ver en las nuevas tecnologías y en las redes sociales que en ella surgen nuevas formas de movilización ciudadana en Chile y Austria.

A lo largo de la entrevista se van exponiendo también varias críticas. Por un lado, Daniel comenta que las nuevas tecnologías “acaban siendo un sistema de rastreo constante, de tus movimientos, de tu imagen, de tu voz, de tus compañías, de tus intereses, de todo en general. Y al final, digamos que lo que ganas como espacio de difusión lo pierdes en privacidad (…) Es cierto que -la tecnología- ayuda, pero también es un gran lastre del que tener cuidado.

Una de las limitaciones que los entrevistados ven en el uso de las nuevas tecnologías para la participación ciudadana es la posibilidad de las redes de ser hackeadas. Más allá de esto, durante la entrevista en grupo también se ha comentado el uso diferenciado de Twitter y Facebook para la participación ciudadana, en la que, según Carolina, el Facebook puede considerarse un espacio digital que por sus usos se utiliza más para la participación.

Por otro lado, todos los participantes del grupo de discusión están de acuerdo con la limitada posibilidad de los usuarios-ciudadanos para influir y modificar los temas de discusión vigentes fuera y dentro de la red. Se da a entender, por tanto, que la visión de la red como campo para la construcción ciudadana de discursos está en realidad muy limitada por los propios medios que funcionan como empresas y que reproducen su poder outline, dominando los contenidos y enfoques informativos también en la red. A pesar de esto, reconocen también la existencia de medios y fuentes alternativas a las que acceder en caso de infoxicación. A la par que esto ocurre Helena destaca también el espejismo que se produce al usar las tecnologías para informarse, ya que su apariencia de amplitud informativa no se corresponde con la realidad. De esta forma “te informas más pero solo de lo que quieres, no te metes a indagar sobre qué ha dicho el otro o qué opina el otro para crear una realidad, te quedas con la que te dan los medios que sigues y siguen lo mismo que tú.” Esto reincide en la idea antes expuesta sobre las ventajas que pueden extraerse del uso de Internet a través de las nuevas tecnologías, debido a que existe la posibilidad de contrastar y, por tanto, surge la posibilidad de empoderar a un usuario como ciudadano informado. Sin embargo, al depender este ejercicio del interés del mismo, puede que esta ventaja pase completamente desapercibida y simplemente se reproduzcan los discursos afines a cada individuo. Ante esto Carolina pide “conciencia ciudadana”, asumir que los medios son empresas y optar por los medios alternativos que emergen en la red. Otros miembros del grupo proponen que para un uso adecuado de las redes en estos términos es preciso entonces la educación.

En la línea de las críticas, el grupo de discusión en su totalidad desconfía de algunas plataformas de participación ciudadana como Change.org para poder realizar cambios reales. Sin embargo, en este caso la crítica se centra más en la imposibilidad de los mecanismos de participación ciudadana existentes en la actualidad (como es el caso de las Iniciativas de Legislativa Popular) para tener una incidencia real en la arena política y parlamentaria.

Por último, y a modo de resumen podríamos decir que, según lo vertido en el grupo de discusión, las nuevas tecnologías no ofrecen nuevas formas de participación política y ciudadana, si no que más bien, suponen un complemento a la participación ciudadana tradicional. Y sobretodo, queda claro que la calle no puede ser sustituida por Internet.

Diferencias

Parece que hay una idea generalizada sobre cómo el activismo y las movilizaciones en Internet son diferentes en comparación con la calle. Por unanimidad, el grupo parece opinar que Internet y las redes sociales actúan más como un canal de distribución para movimientos organizados en las calles que como una red de movilización por sí misma.

Uno de los conceptos que han surgido en relación a la participación social en Internet es el de slacktivismo, las acciones mínimas realizadas a través de Internet que no requieren un gran esfuerzo, pero sí actúan de forma de reafirmación moral y contribuyen a la construcción de la identidad personal de las personas que las realiza, ayudándoles a alcanzar la validación personal. Helena comenta que quizá las acciones en Internet la gente se implique menos y no acuda a asambleas o concentraciones que requieren un mayor esfuerzo (el informarse, buscar dónde es, ir hasta allí, gastar cierto tiempo).

También comentan cómo es más difícil que una persona que comienza el activismo en las redes haga el salto a las calles, pero es bastante probable que alguien que se moviliza por las calles también use las redes como forma de difusión y forma de activismo. Daniel, por ejemplo, opina que para él las redes sociales deberían tener sólo el papel de canal de comunicación en las movilizaciones, no pretender que se hiciera una movilización dentro de las propias redes. Se hace así la comparación entre la diferencia que había en las movilizaciones y movimientos sociales pre-internet, donde se usaban carteles, panfletos o folletos, y ahora, donde la red social no es sólo una herramienta de comunicación, sino también parece ser un espacio para el activismo, que muchas veces desemboca en ese slacktivismo comentado.

Hablando de este slacktivismo también se comentaron las diferencias entre las movilizaciones en la calle y aquellas iniciadas y realizadas en el internet o redes sociales. En general, todos opinaban que, pese a que internet había ayudado mucho a visibilizar y dar voz a problemáticas de las que antes no eran conscientes, son las acciones a pie de calle las que acaban importando de verdad. Helena, por ejemplo, comenta cómo a ella le ha ayudado de enterarse de más cosas de las que se enteraría viendo, por ejemplo, un telediario. Carol, por otro lado, opina que hay que revisar hacia dónde se va con las movilizaciones nacidas y efectuadas exclusivamente en internet, porque le parece difícil llegar al alineamiento necesario para crear un cambio meramente a través de redes sociales o internet.

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